sábado, 1 de septiembre de 2018

UNA NOTTE NEL MUSEO (PARTE VI DE VII)


Piazza Museo



Las personas amantes de la arqueología tienen una cita inexcusable en Nápoles. Sin duda, el Museo Arqueológico de la ciudad italiana es uno de los más completos del mundo, una verdadera gozada de visita que permite sumergir a los huéspedes en distintas etapas del pasado. Naturalmente, Pompeya y Herculano juegan un papel fundamental en su riqueza, aunque sería injusto subestimar por ello la rica colección Farnesio o las piezas de coleccionista durante la época borbónica, entre muchos otros objetos de valor. 



De hecho, cuando la HBO quiso poner en marcha una serie magnífica (especialmente su primera temporada) titulada Roma, ambientada en los años de la lucha civil entre las facciones de Julio César y Pompeyo, una de las grandes fuentes del equipo de rodaje fueron las pinturas, utensilios, objetos domésticos y demás elementos trasladados desde Pompeya-Herculano al museo. Pocas oportunidades mejores de conocer la vida cotidiana en la antigua República que a través de estas salas. 



Otra parada obligatoria son los mosaicos, donde hay un espacio reservado y anticipado por columnas que lleva a la célebre copia de aquel enfrentamiento mantenido por los ejércitos de Alejandro Magno y el Gran Rey Darío III en la llanura de Issos, el primero de sus dos duelos frente a frente. De ser posible, es muy recomendable visitar primero Pompeya y Herculano para luego ir al museo otra jornada y poder imaginar cómo encaja cada una de las piezas en los dos enclaves. 


Las gemas del infinito



Gracias a los Russo y Thanos, nuestra concepción de la importancia de las gemas ha mejorado mucho en los últimos tiempos. Desde las piedras preciosas del célebre Cosme de Médicis, cabeza visible de aquella familia que tanta relevancia tuvo en Florencia, hasta el célebre linaje Farnesio, el Museo Arqueológico de Nápoles alberga unos tesoros que harían las delicias del Titán Loco surgido de la fértil imaginación de Jim Starlin. 



El gran impulsor fue el bibliotecario y anticuario Fulvio Orsini (1529-1600), persona de refinado buen gusto y que, además, tenía una deferencia exquisita cara a las futuras investigaciones históricas: legó un detallado inventario con descripciones de cada una de sus posesiones artísticas que todavía hoy sirve para los catálogos. 



La riqueza de cada objeto adquirido por los Farnesio es incuestionable. Hay una hermosa taza plagada de detalles donde se hace un repaso mitológico de primer orden: desde Plutón a la figura egipcia de Horus, en una fusión de panteones realmente atractiva y que encaja perfectamente en el tono ecléctico de este museo. 


"Sé firme como una torre, cuya cúspide no se doblega jamás al embate de los tiempos"- Dante Alighieri. 



Fruto de las excavaciones en las termas del emperador Caracalla en Roma se encontró al gigante. Una escultura en mármol inspirada en el estilo del maestro heleno Lisipo, un Hércules desafiante y ajeno a todo, aunque con cierto aire de melancolía. Durante años, sirvió de decoración al cardenal Alejandro Farnesio, pasando posteriormente al Museo Arqueológico napolitano, donde a día de hoy sigue congregando a una gran cantidad de turistas. 



A pocos metros de distancia se halla otro conjunto escultórico muy afamado, en este caso de una violencia extrema. Nos referimos al Toro Farnesio, donde se escenifica la terrible represalia de los hijos de Antíope por el drama sufrido por su madre. La composición es tan arriesgada como espectacular en su visionado, pudiendo el Museo jactarse de tener una obra que fue codiciada en su día por Luis XIV. 



Siempre hay algo donde excavar en las calles napolitanas... 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 



- Escalera principal Museo Arqueológico de Nápoles [fotografía realizada por el autor del blog] 



- Sala de las gemas de la dinastía Farnesio [Fotografía realizada por el autor del blog]



- Estatua de Venus en el Museo Arqueológico de Nápoles [Fotografía realizada por el autor del blog]

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