domingo, 30 de septiembre de 2018

MEETING BLACK MIRROR: HANG THE DJ


Está plagada de paradojas. La cuarta temporada de la prestigiosa Black Mirror supone un conglomerado de capítulos de calidad heterogénea, desde ideas originales a otras que parecen refritos de cosas que hemos visto anteriormente. No obstante, cuando echemos la vista atrás es muy probable que haya un título que venga primero a la cabeza sobre el resto: Hang the DJ. La joya de la corona que llegaba en un momento donde muchos discutían si era precisa una quinta entrega o era mejor que el show ideado por Charlie Brooker. 



La premisa no podría ser más oportuna en estos tiempos que corren. En la era de Tinder, plantear un futuro cercano donde hay una aplicación que ha perfeccionado al máximo la búsqueda de la pareja ideal parece agua de mayo. De hecho, el porcentaje de acierto es tan alto que la mayoría de la ciudadanía ha aceptado la regla del juego, incluso permitiendo al programa determinar la duración de sus ligues hasta que reciban seleccionada a su compañero/a para toda la vida. Se acabaron incómodas primeras citas, decepciones y largos procesos de divorcio. 



Timothy Van Patten dirige con mano maestra para crear una atmósfera donde todo parece estar en orden pero recordamos mucho la obra de George Orwell. El libre albedrío se ha perdido, aunque es cierto que en aras de la eficacia. En ese cajón de sastre y guía asistida para encontrar al alma gemela nuestra cámara se detiene en las figuras de Amy (Georgina Campbell) y Frank (Joe Cole). Dos jóvenes a quienes el programa apenas da unas horas de encuentro para conocerse, donde ambos, pese a notar química, deciden no pasar a tener relaciones sexuales esa noche. 


La apuesta de casting da un resultado magnífico. Campbell y Cole cuajan dos personajes muy humanos, creíbles y con los que resulta sumamente fácil empatizar. El argumento de Brooker se da cuenta de ello y traza con un sabor agridulce la vida paralela de los dos tras el fugaz encuentro. Cada uno de ellos pasa por diferentes trances amorosos, empezando a hartarse del constante baile al capricho del contador. 



De cualquier modo, quizás en la máquina haya un método detrás de la locura, puesto que volverá a pactarse un nuevo encuentro. Entonces el guión da un excelente giro que permite a esta historia elevarse, puesto que no solamente es la gracia de imaginar un invento que podría darse en pocos años, vemos cómo afectaría a nuestros sentimientos en el caso de surgir. Así, Amy y Frank determinan hacer un curioso pacto: no mirarán la fecha de caducidad que se le dé a su noviazgo de prueba, intentando disfrutar hasta que suene el contador. Un toque de riesgo que le da un aliciente a su vida juntos, confirmando el feeling que tuvieron en su efímera primera noche. 



Por sus particulares características, Black Mirror suele plantear un tono bastante frío, casi deshumanizado. Aquí el equipo artístico demuestra un gran eclecticismo para contarnos una historia de forma más tierna de lo habitual pero sin caer en la ñoñería. Acostumbrados a las comedias románticas de usar y tirar en cartelera, es un verdadero placer como público volver a percibir interés por la andanza de una pareja y ver el reflejo de sus anhelos-miedos. 


ADVERTENCIA SPOILER (A partir de aquí la reseña revela algunos elementos fundamentales de la trama. Se recomienda no leerla hasta haber visto el episodio al completo):



Colocado el anzuelo de una historia atractiva, aderezada con unos protagonistas carismáticos y que se refuerzan cuando están juntos en pantalla, la única duda posible es si Hang the DJ será capaz de ponerle un lacito a la altura del regalo. Brooker lo logra con algo más que buen hacer, de hecho, se atreve a desafiar la propia lógica de su show, dando un hilo de esperanza más importante del que suele tener el tono sombrío de su creación. 



Amy y Frank deciden fugarse de la ciudad ante la decisión del programa de separarlos definitivamente. Se podría intuir desde el burladero que habrá una trágica muerte a lo Romeo y Julieta en un futuro tenebroso donde ya no hay sitio para idealismos románticos. Pero resulta que, irónicamente, ese es justo el acierto benevolente del programa, capaz de reproducir simulaciones donde dos personas sienten su conexión tan profunda que son capaces de desafiar sus dictados. Black Mirror se atreve a desafiar sus mandamientos y admite que puede haber tecnología beneficiosa para estas lides. 



El cierre es el mundo real, donde apenas habrán pasado unos minutos. Allí presenciamos a la joven pareja, la cual se ve en realidad por primera vez... Un capítulo con muchísimo encanto y hecho con un toque que a un tal Billy Wilder le habría gustado. El reflejo más inteligente y blanco del espejo. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://loud.cl/68548/basta-o-queremos-mas-netflix-confirma-quinta-temporada-para-black-mirror



-https://www.imdb.com/title/tt5710978/mediaviewer/rm1872318976



-http://vertele.eldiario.es/noticias/Hang-DJ-Black-Mirror-Tinder_0_1979502049.html

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