domingo, 24 de septiembre de 2017

TIMEO DANAOS ET DONA FERENTES


Timeo Danaos et dona ferentes




Una de las características más singulares de los seres humanos es la capacidad de dar y recibir regalos. Un acto voluntario de generosidad hacia otra persona. No obstante, entre quien lo dio y el receptor se pueden crear vínculos muy diversos, cada obsequio es un mundo: algunos de ellos son muy deseados, otros, desafortunados. En ocasiones, el tributo tiene la "virtud" de subyugar al premiado, casi una forma de comprar su voluntad. Muchos de esos factores entran en liza en El regalo (2015), dirigida por Joel Edgerton. 



Las apariencias engañan en este singular film. Su reparto (Jason Bateman, Rebecca Hall y el propio Edgerton) nos podría llevar a pensar en una producción costosa; nada más lejos de la realidad. Por realización y enfoque de la trama estamos ante un proyecto bastante independiente, una película atípica dentro de la cartelera. Tiene suspense y no disimula sus intenciones de resultar incómoda y chocante en cada secuencia. 



Simon (Bateman) y Gordo (Edgerton) fueron al mismo colegio hace mucho tiempo. Un casual encuentro en un comercio entre ambos, acompañado Simon de su esposa Robyn (Hall), provoca que ambos vean cómo les ha ido a uno y otro tras tantos años. Económicamente hablando, Simon resultaría el hipotético vencedor en una confrontación, habida cuenta de su buena posición empresarial y el feliz matrimonio del que goza, poseyendo una rutina de vida realmente acomodada. Unos esquemas donde una persona introvertida y extravagante como Gordo no tienen cabida para su antiguo compañero. 




"El regalo está rodada con cuatro dólares y cinco interiores. La película posee un desenlace turbador y excelente"-Carlos Boyero. 




De repente, un extraño (1990), es el primer film que viene a la mente cuando comenzamos a ver los desajustes que se provocan en la rutina de una pareja bien acomodada a quien todo cambia de repente. Eso en sí ya seria interesante, aunque el guión (a cargo del propio Edgerton) se va encargar de hacer varios giros que nos llevarán a pensar que hay bastantes cadáveres debajo de las alfombras de estos apacibles burgueses. 



Este tipo de pirotecnias a cargo de un argumento pueden ser muy tentadoras. Nada más fácil para evitar el aburrimiento que permitirse constantes sorpresas en el libreto. Sin embargo, o esas modificaciones están muy bien explicadas o el artificio queda en luces cegadores que no esconden un cuarto vacío. Conforme avanza El regalo, resulta inevitable admitir que hay cabeza pensante detrás de las ideas tan oscuramente planteadas. 



El pegamento de este pulso que se inició en el pasado es el personaje interpretado magníficamente por Rebecca Hall. Y no era una papeleta fácil. Robyn exige una caracterización que debe tener un toque de frialdad premeditada para camuflar ternura. Hall lo capta perfectamente y es el justo contrapeso a la actitud de Simon, la explicación de por qué continúa este, aparentemente, inofensivo juego. Los diálogos, bien construidos, deben verse siempre acompañados del lenguaje corporal de este talentoso triunvirato. 


"El amor, por definición, es un regalo no merecido"-Milan Kundera. 



Todos los ingredientes están bien escogidos en esta ejercicio de tensión constante. De cualquier modo, el tercer acto en este tipo de sospechas siempre es el salto más delicado. Debe provocarse el sobresalto sin que sea inverosímil, tampoco previsible. ¿Lo consigue El regalo? En primer lugar, habría que concederle que, si bien retuerce sus trampas, no cae en la grosería de tomar por tonta a su audiencia con un traje del emperador. 



El milagro de este juego de engaños es que, bebiendo en fuentes tan diferentes como Sospechosos habituales (1995) o Sospecha (1941), las interpretaciones están tan bien y el conflicto emocional se yergue absorbente que estamos dispuestos a creer casi cualquier cosa. Se fuerza la maquinaria pero sin llegar a los niveles descabellados de otros ejercicios como The Game (1997), tratando de provocar un clímax que nos choque y permita pensar.



Al fina, pareciera que los viejos pulsos de infancia nunca mueren, simplemente se transforman en una jungla más refinada e hipócrita. Timeo Danaos et dona ferentes 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://www.bebloggera.com/2016/01/conoce-los-estrenos-de-netflix-en-enero.html



-http://www.proyectorfantasma.com.ar/critica-regalo-2015-dir-joel-edgerton/



-https://tw.news.yahoo.com/%E4%BA%BA%E5%A6%BB-%E8%95%BE%E8%B2%9D%E5%8D%A1%E9%9C%8D%E7%88%BE%E5%87%BA%E6%B5%B4-%E6%80%A7%E6%84%9F%E9%A6%99%E8%82%A9%E6%88%90-%E5%AC%8C-%E9%BB%9E-101500432.html

domingo, 17 de septiembre de 2017

LOS CABALLEROS DE CALI (NARCOS, III TEMPORADA)


Los caballeros de Cali




La melodía seguía resultando muy familiar, aunque la música se estaba viendo obligada a cambiar varias notas. Incluso el tono pasaba de una voz cantante principal a un régimen más coral. Tras dos temporadas muy exitosas (Reseña I temporada y Reseña II temporada), quedaban incertidumbres para el futuro. Sin la carismática presencia de Wagner Moura, Narcos se estrenaba este septiembre bajo los buenos augurios de Netflix, si bien con muchas cuestiones por aclarar. ¿Podría seguir enganchando la serie solventada la saga de Pablo Escobar? ¿De qué manera se abordaría al temible Cartel de Cali? 



Una respuesta fácil es decir que sí. A pesar de echar en falta a personajes cruciales de antaño, se exploran más dimensiones de otros padrinos no menos interesantes, bendecido todo con un casting inteligente y en clara apuesta por el talento. Damián Alcázar se mantiene como Gilberto Orejuela, el primer inter pares de una organización más sutil que la dirigida por El Patrón, si bien no menos expeditiva y cruel cuando alguien chocaba con sus intereses. Los planes de Gilberto con su hermano (Francisco Denis) y otros asociados intentan buscar una salida beneficiosa a sus negocios, incluso llegando a pactar con las autoridades. 



Unos caminos más sutiles y bizantinos que aquella guerra total que el DEA mantuvo previamente en Colombia. Sin Murphy (Boyd Holbrook), la responsabilidad de la narración del show recae sobre los hombros de Pedro Pascal como Javier Peña. Un buen protagonista en el que poner el foco, puesto que su implicación con el grupo Paramilitar los Pepes es una losa que le condicionará mucho en sus planteamientos, siendo mal visto por algunas de las autoridades colombianas. Pascal se encuentra comodísimo con un papel que ya podría hacer con los ojos cerrados, permitiéndonos ver a un Peña más maduro, menos idealista y consciente de las verdaderas raíces del problema de la droga, viendo bastante más allá de lo que las apariencias indican. 


Vidas paralelas



Junto con los avances y retrocesos de Peña (acompañado de sus agentes principales) en esta lucha titánica, Narcos usa otra biografía real para narrar la paulatina descomposición de Cali. Concretamente, la figura de Jorge Salcedo (Matias Varela), el ingenioso jefe seguridad del hermano de Gilberto, quien intentará salirse amistosamente del círculo de sus empleadores, únicamente para corroborar que cuando uno pacta con el demonio no tiene fecha de caducidad. Naturalmente, el equipo de guionistas de la serie, igual que habían hecho anteriormente, simplifican, adaptan e inventa circunstancias en hechos históricos de su biografía con fines dramáticos. 



Salcedo aporta una perspectiva poco explorada con anterioridad en este universo. Se mueve en una línea muy difusa entre la legalidad y lo delictivo, poseyendo un arco realmente atractivo. Es una verdadera lástima que apenas se profundice en estos diez episodios sobre otra realidad: el periodismo con mayúsculas, esas personas que se jugaron (y en no pocos casos perdieron) el cuello por denunciar una realidad consentida por embajadas, ministerios y respetables empresas de negocios. Algo hay, pero tratado de manera muy escasa. Asignatura pendiente para la cuarta temporada.



Otros fichajes excelsos para la ocasión han sido Tristán Ulloa y Javier Cámara. Por diferentes circunstancias (incluyendo problemas con bufetes de abogados) sus roles no llegan a tener el peso específico que estaba fijado en la hoja de ruta de los contratos. Un buen reflejo de que, conforme Narcos vaya insinuando cuáles son los mentideros de poder del turbio y lucrativo negocio, irán surgiendo voces disconformes. Como fuere, ambos intérpretes tienen tanta calidad que les basta muy poco metraje para hacerse notar. 


El realismo mágico y Scorsese



Decía García Márquez que, si hubiera nacido en Colombia, Kafka habría sido considerado un escritor costumbrista. El proyecto de Narcos, si bien adapta y noveliza muchas cuestiones, está brindando una de las visiones más directas sobre un fenómeno que inundó de violencia a países, chantajeó a gobiernos e hizo montañas de dólares. Un complejo rompe-cabezas de intereses, con los Estados Unidos oteando y guerrillas comunistas en las selvas, con unos hampones dispuestos a sacar tajada de todo ello. Aunque eviten caer en las vendettas personales de Escobar, el Cartel de Cali tarda poco en iniciar un conflicto directo con sus rivales del Norte del Valle. 



Tras tres o cuatro episodios de despegue, hay un momento en que esta tercera temporada coge una fuerza increíble. Una evolución que marcan a la perfección tramas como la de Pancho Herrera (espléndido Alberto Amman), un tipo sofisticado, elegante y capaz de momentos de sensibilidad o lealtad con sus asociados. Igual que el Tony Soprano de Gandolfini, es capaz de pasar a castigos violentos a una gran ternura, recordando de inmediato los peajes de este negocio y su lógica sangrienta. El DEA también queda cuestionado en algunos de sus estamentos, así como los enormes riesgos que se asumen en los programas de protección de testigos. 



El mejor piropo que se puede dar al experimento es que una decena de capítulos sabe a muy poco. Igual que Peña, empezamos a volcar la mirada en México. Una nueva pieza del gran tablero de poder, sangre y adicción. 



ENLACES DE INTERÉS:



-La auténtica historia de Jorge Salcedo



.Participación de Tristán Ulloa y Javier Cámara en Narcos



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://www.lascosasquenoshacenfelices.com/primeras-impresiones-de-narcos-tercera-temporada/



-http://laprensa.peru.com/espectaculos/noticia-narcos-temporada-3-jorge-salcedo-como-ingreso-al-cartel-cali-netflix-74733



-https://www.zonared.com/tv/narcos-mejor-serie-sin-pablo-escobar-t3/

domingo, 10 de septiembre de 2017

LO BUENO, SI BREVE, DOS VECES MORTADELO



La memoria puede ser traicionera. Cuando evocamos a los inefables agentes de la TIA, de inmediato nos vienen  la mente las páginas de clásicos como El sulfato atómico, Chapeau el "Esmirriau" o Valor y al toro, entre muchos otros. Todas ellas divertidas aventuras largas con épica y que forman parte del santoral de las viñetas de Mortadelo y Filemón. No obstante, una mirada más profunda nos llevaría a recordar que Francisco Ibáñez es un magnífico contador de historias cortas, capaz de sacar jugo de la más mínima oportunidad que le brinde esta peculiar pareja. 



El gran inconveniente es lo extremadamente complicado que resulta catalogar el corpus tan amplio de este género de historietas. Un elevado volumen que se nos dispara si añadimos al catálogo aquellas aventuras apócrifas. A este respecto, en el blog nos vamos a ocupar hoy de uno de los números más apreciados de la colección Olé "Sorpresas a Mansalva" (número 91, Editorial Bruguera, 1975), donde se nos juntan algunas de las mejores peripecias del dueto brugueriano. 



Personalmente, tal vez mi favorita sea "El Súper Lobo" (originalmente apareció en Super Pulgarcito, número 18), cimentada alrededor de un efectivo remedio contra el resfriado del profesor Bacterio, aunque con el indeseado efecto secundario de convertir en licántropo  a aquella persona sanada por el jarabe. En apenas ocho páginas, Ibáñez saca todo el partido posible a los infructuosos intentos de la gente de Vicente cara a deshacer el entuerto. La transformación velluda que se produce mientras está al teléfono será evocada en otras ocasiones por el autor. 


Con muchos años a las espaldas sobre la mesa de dibujo, Ibáñez sabe perfectamente que el opening es clave para que una historia corta enganche. En este ejemplar, sobresale su sapiencia en "Un explosivo en furgoneta" (Super Pulgarcito, número 17) donde juega con una de sus secuencias predilectas: los empleados ansiosos por burlarse impunemente del mandamás a sus espaldas y los jefes, siempre tiránicos y poco amigos de cualquier ironía que acaricie sus muchas inseguridades. Creyendo que tienen al Súper en el fono-visor, Mortadelo y Filemón mostrarán sus verdaderos sentimientos por el jerifalte de la TIA. 



Corra, jefe, corra, uno de los mejores blogs sobre el universo Mortadelo que se han hecho en la red, ha subrayado la agilidad que las viñetas de pequeño tamaño permiten para dar un fuerte ritmo a esta misiones breves donde no hay un instante de respiro. Otro exponente de ese modelo sería "El transformador molecular" (Super Pulgarcito, número 20), donde el incansable Bacterio les da un invento suyo que permite cambiar de tamaño a personas y cosas. Como en tantas otras ocasiones ocurre, el ingenio está bien hecho y es funcional, siendo la ineptitud de la pareja la causa de sus desgracias para apuntarlo de forma ineficaz para dar caza al Desnucabufalos, tierno nombre con el que se conoce a un peligroso delincuente. 



Queda incluso la sensación de que, en ocasiones, es una pena que no se estire un poco más el chicle, puesto que algunos de los recursos que les brinda Bacterio son fascinantes. Especialmente útil es "El Platanillus" (Super Pulgarcito, número 21), ejemplo de la buena etapa por la que pasa el maestro del disfraz en la década de los setenta del pasado siglo; el nombre viene de que otorga al receptor la capacidad de escurrirse como un plátano de Canarias de sus agresores (lo que hubieran hecho el Batman de Adam West con ese artilugio). 


También resulta único en su especie "El marciano" (Super Pulgarcito, número 32), una de las raras ocasiones donde no es Mortadelo quien cambia de forma, siendo ese honor el que le corresponde al bueno del Super, eso sí, con la mala pata de toparse con sus agentes muy sugestionados por las lecturas sobre vida en otros planetas. La imagen de Mortadelo embelesado con un libro y muy sugestionado sería también carne para algunos originales flexos inventados, cómo no, por Bacterio. Asimismo, este malentendido se propicia en un fallo de coherencia por parte de Ibáñez, ¿cómo es posible que el bueno de Vicente llame a su agente si no puede articular sonidos con la indumentaria? 



Naturalmente, la comicidad que brindan algunos de estos ingenios terminarían reciclándose para aventuras largas. Hablamos especialmente de cierta máquina del cambiazo que terminó alargándose por la excelente acogida que tuvo entre el público, abriendo el abanico de gags para Ibáñez con una proyección exponencial. Si Vázquez era la picaresca y Escobar la crítica social en las viñetas, Francisco Ibáñez sería la búsqueda de la carcajada inmediata a toda costa, sin dar una pausa mientras se pasan las páginas. 



Apenas un vuelo de pájaro sobre esta magnífica etapa (ni siquiera nos ha dado tiempo de hablar sobre Joe "Matapeñascos", "Fumador empedernido", etc.) siendo una gozada rastrear en estos deliciosos entremeses. Si son las aventuras largas las que auparon a Mortadelo y Filemón, no es menos cierto que su esencia halla su mejor hábitat en estos brillantes aquí te pillo aquí te mato que nos regala Ibáñez. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 










domingo, 3 de septiembre de 2017

LA PRINCESA ESTÁ TRISTE...¿QUÉ TENDRÁ LA PRINCESA?


"La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro"-Rubén Darío, Sonatina.



No debería juzgarse a nadie por cómo pensaba a los diecinueve años. Cuando Carrie Fisher sacó del baúl de los recuerdos sus anotaciones sobre el rodaje de La guerra de las galaxias (1977), ya no era la misma persona. Por supuesto, había cosas en común, pero en aquel pasado, el poderoso espectro de la princesa Leia no se dejaba notar con tanta fuerza. Era, sencillamente, una joven actriz de relación tormentosa con su afamada madre y mucha ilusión de participar en un curioso proyecto dirigido por George Lucas. 



Conforme lo revisaba, Fisher se examinaba a sí misma. Se trataba de una andadura única. Interpretar a aquella líder rebelde le abrió las puertas del imaginario popular; en pocos años, un montón de su audiencia veneraría con celo su póster con un icónico (e inverosímil) bikini metálico. La clase de éxito que ella misma se habría deseado en las primeras audiciones y que terminó escapándose de las manos. En diferentes monólogos, demostró su capacidad de autocrítica y sentido del humor sobre los riesgos que trae aparejada la fama desmedida, agitada la mezcla con la inseguridad humana. El diario de la princesa sería el broche a todo ello, sus reflexiones más íntimas sobre cómo se gestó aquella película y las relaciones que estableció. 



Tristemente fallecida en diciembre de 2016, la curiosidad y el morbo se volvieron hacia aquellas páginas donde se escondían bastantes secretos sobre el origen de una saga cinematográfica mítica y cómo afectó a una de sus principales artífices. Tal vez menos se ha hablado del notable talento de Fisher como escritora, en esta autobiografía de chispazos, donde se esconden verdaderas perlas y sufrimientos. 


"No me ofrezcas amor/Busco indiferencia y rechazo/La ternura me pone la piel de gallina"- Carrie Fisher. 



Resulta curioso qué es noticia y qué no. La editoriales que pretendían vender el libro verían con agrado las filtraciones de la prensa acerca de que estos diarios confirmaban un breve affaire entre Fisher con Harrison Ford, otra de las estrellas de La guerra de las galaxias. Con el morbo de que el actor estuviera casado ya durante el rodaje, no fueron pocos los titulares que seleccionaban fragmentos donde se incluyera algo más subido de tono entre las sábanas. Sin negar que eso tenga su atractivo (porque lo tiene, para qué vamos a engañarnos) hay cuestiones que se desprenden de esos recuerdos bastante más profundas. 



Por ejemplo, se incide menos en una fiesta de rodaje que se realizó en vísperas de que Ford y Fisher comenzasen el idilio. El ambiente de la misma y la descripción de la actitud de algunos integrantes del equipo es quizás una de las mejoras denuncias involuntarias sobre el machismo en la industria cinematográfica. Sin pretenderlo quizás, la narradora refleja la testosterona mal entendida, lo "beneficioso" del exceso de copas y cómo por aquellos días cualquiera involucrado en esta clase de proyecto pensaba que las actrices de la misma eran premios de caza que disputarse. 



Más allá del pequeño romance, uno de los efectos más interesantes del mismo fueron algunos de los breves poemas que provocaron en la joven actriz. Igual que le sucedería a millones de chicos y chicas en el globo con su princesa, Fisher se enamoró de la imagen del aventurero Han Solo y su cicatriz en el mentón, el héroe que escondía grandes secretos bajo su silencioso gesto. Pero miraba al personaje y no al Harrison Ford persona. Apasionados, alocados y auto-destructivos en ocasiones, hay algunos versos con un tinte realmente sabinero y que reflejan muy buena pluma. 


"¡Oh, por qué no podrás quedarte así para siempre!"-Señora Darling, madre de Wendy, James Matthew Barrie, Peter Pan



Lectura de excesivos saltos temporales y caótica en ocasiones, sin embargo, acercarse a estos diarios brinda momentos que realmente atrapan. Más incluso que algunos detalles desconocidos sobre los recovecos de la creación de La guerra de las galaxias, atraen las páginas que dedicó Fisher a recordar su juventud, los difíciles comienzos en la arte escénica y la relación tan particular que mantuvo con su madre. 



Así que, por mucho interés que pueda tener lo costoso y complicado de hacer que fue el peinado de Leia, una humilde recomendación para disfrutar esta autobiografía es mirar en los recovecos, esas facetas de su vida más terrenal donde Fisher deja unos impecables brochazos donde se insinúa mucho, aunque solamente sea a través de una anécdota. 



¿Qué habrías sido de no ser una princesa intergaláctica con fans en todo el globo? Esa cuestión se lanza Carrie Fisher, cuando muchos fans solamente ven a Leia. "Sería yo" es su respuesta al finalizar el diario de la princesa.  



BIBLIOGRAFÍA: 



-FISHER, C., El diario de la princesa, Nova, Barcelona, 2017. Traducción de Irene Salasvsky. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 






-https://galakia.com/resena-de-el-diario-de-la-princesa-de-carrie-fisher-publicado-por-nova-b/



-http://cultura.atresmedia.com/libros/noche-que-princesa-leia-perdio-virginidad_2017040558e5ecf30cf2f2c87559d97c.html