domingo, 8 de noviembre de 2015

MONKEY BUSINESS



Una cosa está clara ante las fuerzas de la naturaleza. Algunas son perniciosas; otras, ventajosas. De igual forma, algunas de ellas supondrían una mezcla de ambos adjetivos. Lo que está claro es lo que no hacemos cuando el destino nos pone frente a ellas: sentarnos a negociar. Durante una época irrepetible, los hermanos Marx fueron la anarquía por el caos, la genialidad destructiva y la afrenta ácida. Se los podía amar en el escenario o censurarlos. Pero nunca hacerlos pasar desapercibidos.



Simon Louvish nos los vuelve a colocar en la palestra de la mano de las páginas de Monkey Business: la vida y leyenda de los Hermanos Marx, una excelente biografía, nada exenta de riesgos. En primer lugar, porque sus protagonistas se encargaron de dejar una serie de divertidas trampas a los historiadores y admiradores de su trayectoria. Groucho cambiaba sin rubor los nombres de gente de su pasado, Chico dejó un reguero de deudas en carreras de caballos y partidas de dados, Harpo mentía sobre su edad... Los pobres funcionarios del censo estadounidense fueron las primeras víctimas de este linaje de origen alemán que terminó siendo un icono de Hollywood. 



Claro que eso es el final de la historia. Un resultado del talento, pero también del esfuerzo, del vodevil y de una madre singular, una mezcla de genialidad y locura que convenció a sus pequeños del camino a seguir. Voces cantoras angelicales y delincuentes juveniles. La vocación y esa dosis de fortuna (solamente las deudas de Chico impidiendo que los Marx hubieran terminado siendo los más alocados granjeros del país) que permite a unos pocos escogidos traspasar el umbral de la leyenda. Aterrando, de paso, a muchas señoritas de buen ver en los castings y siendo el pánico de cualquier director con dos dedos de frente. 


De cualquier modo, el triunvirato y la madre no están solos en el relato. Louvish nos rescata a algunos de los grandes desconocidos, al padre al que su prole hizo ostentar el título de peor sastre del mundo, y una hermana desaparecida en las brumas del tiempo, así como los otros dos hermanos: Zeppo y Gummo. Menos conocido para el gran público, Gummo solía bromear con gracia sobre su ostracismo entre tan afamados parientes, mostrando un notable sentido del humor. 



Más trágico pudo resultar todavía para Zeppo, el más galán del reparto, quien perdió uno de sus amores ante su hermano Groucho, quien, además, se levantó de su convalecencia para volver al teatro, puesto que su sustituto, el propio Zeppo, estaba exhibiendo mucha gracia en su sustitución del irredento fumador de puros... hasta límites peligrosos. Envidias, celos y distanciamientos que no impiden que, leídos todos los capítulos, uno piense que al final fueron una Cosa Nostra de artistas (de hecho, la propia mafia barajó darle algún susto al táhur de Chico alguna vez, pero se descartó la idea por la mala prensa que traería en California que el crimen organizado se habuiera cargado a uno de los carismáticos Marx).



Se cuestiona asimismo el supuesto aburrimiento atribuido a Margaret Dumont (cuyo nombre real no era ese), dama de biografía apasionante, no pudiendo la persona lectora sino compadecerse de que tan patricia actriz terminase cayendo en manos de la horda huna más peligrosa de todos los tiempos. Con todo, decía Terenci Moix que un papa fue capaz de contener a Atila a las puertas de Roma, tenemos constancia de que Harpo no hubiera tenido tales miramientos. El menos hablador del clan, el genio del que Elvira Lindo decía que le hacía uno querer volver a hacer saltar charcos como cuando éramos niños, tiene sobre su azarosa biografía la sospecha de haber sido el instigador de un incendio contra un empresario que les trató mal.  



Louvish, nacido en Glasgow, formado en Jerusalén y figura de relevancia en el prestigiosos London International Film School, exhibe un excelente conocimiento del mundo del celuloide y de los entresijos más privados de estos huidizos genios, sobre todo cuando se quitaban las máscaras de sus desinhibidos personajes. Las primeras intentonas con el otro sexo del tímido Groucho en hoteles, las misiones diplomáticas de Harpo en la Unión Soviética o la capacidad de Chico para que en su casa le siguieran aguantando pese a sus despilfarros e infidelidades son algunas de las muchas cuestiones que harán las delicias de nuestra vocación más cotilla. 



El contexto de su época tampoco es omitido. No se entiende la desazón económica que arrastró toda su vida Groucho sin el crack del 29, una estocada en toda regla que hundió a muchos y estuvo a punto de hacerlo asimismo con estos protagonistas. También se incluye el pánico que llegó a sentir Harpo durante una breve visita al Berlín del incipiente Adolf Hitler, debido a sus orígenes étnicos. De idéntica manera, se tratan aspectos de la industria cinematográfica estadounidense como las normas censoras que se tiraban de los pelos ante aquellos ídolos (si bien, el cine los fue edulcorando con el paso del tiempo).  



Una oportunidad única para saber más de un fénómeno irrepetible. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 






https://en.wikipedia.org/wiki/Marx_Brothers



http://www.allposters.com/-sp/At-the-Circus-Chico-Marx-Groucho-Marx-Harpo-Marx-1939-Posters_i5108458_.htm

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