domingo, 26 de junio de 2011

VERSOS ENCANTADORES E INOCENCIA DESESPERADA



Tienen un ritmo distinto, una alquimia especial, es una cuestión del instante, la fugacidad de un pensamiento y el brillo de los ojos de una gran idea. Los versos no se confeccionan como los renglones de la prosa, son dos juegos, con reglas diferentes.
La musicalidad de la poesía tiene la virtud o el defecto de convertirse en un arma de doble filo. Casi no da lugar al término medio, un novelista puede ser muy malo a la hora de narrar o medir los capítulos, pero genial en las descripciones, o quizás lo salven sus vivaces diálogos... El poema te tiene que entrar, casi de inmediato sabes si te va a gustar o no, tal vez en la primera estrofa.
En estos días donde uno suele dejarse caer por las piscinas, se agradecen libros en pequeño formato para poder manejarlos con comodidad en la sombra mientras uno trata de relajarse un poco y guarnecerse de los feroces rayos de Sol. "Veinte canciones de amor y una canción desesperada" ha sido uno de los libritos que ha cumplido ese requisito. Lo cierto es que una obra que para muchos de ustedes no necesitará presentación, publicada por primera vez en 1924, catapultó a su joven autor, Pablo Neruda, hasta las más altas cotas de fama dentro de los poetas iberoamericanos. Tanto fue así, que terminó siendo galardonado con el prestigioso premio Nobel a la altura de 1971.
Lo cierto es que con una re-lectura ya distinta de los primeros tiempos, en los que uno ha madurado un poco, no mucho, lo cierto es que me ha sorprendido, que me perdonen los puristas, cierta ingenuidad en los mismos. Estas veinte canciones sin título no dejan de ser la oda de un crío, de un chaval, que indudablemente sabe escribir con maestría, pero que verdaderamente no arroja nada nuevo bajo el Sol sobre el tema universal de la lírica, el amor. Hay cierta ñoñería en su estilo, que se explica porque Neruda, por prodigioso que fuera, no dejaba de ser en aquellos momentos un imberbe.
Sin lugar a dudas el momento para leer esta pieza de Neura es la adolescencia, cuando de verdad uno creía que el dolor infinito solamente lo podía causar la ruptura del primer amor, cuando se suspiraba por un beso y había más intención de sentirse enamorado que del propio amor en sí. Dicho esto, no quita que estemos ante algunos de los mejores versos del siglo XX, aún hoy en día recordados por varias generaciones, y las que queden que los seguirán almacenando:
"Me gusta cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto"
Me decía un amigo poeta hace muy poco, que en realidad, ellos viven de chispazos, de ocurrencias que anotan... a partir de ahí, según él, "solamente" hace falta inspiración y sentido de la musicalidad. Nada más sencillo... Nada más difícil. Neura era un súper-dotado en ese aspecto, toca un tema manoseado y universal, dándole una cándida inocencia y haciendo que aún hoy, cada poema se pase con una facilidad pasmosa para pasar al siguiente. "Crepusculario" había sido distinto, aquí Neruda juega a otra cosa.
Como fuere, lo más importante de esta sensible colección, fue su manera de catapultar definitivamente a aquel joven prodigio que con el tiempo se ganaría la admiración de nombres de la talla y el calibre literario de Gabriel García Márquez. Apasionado en todas las facetas de su vida, con un modo de recitar muy personal, Neura seguirá siendo inmortal para este siglo y alguno de los venideros, precisamente porque de vez en cuando, sigue siendo más importante el estilo que el contenido, la forma que el interior y... el talento sobre el resultadismo.
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido".
¿Lo ven? Ya lo decíamos al principio, sentido de la musicalidad, concepción del ritmo y gracejo en la escritura. Nada tan sencillo... si uno fuera Pablo Neruda, aunque solamente fuera por una noche.

2 comentarios:

Chespiro dijo...

Excelente crítica, nada académica y a ratos un tanto hard (lo cual me encanta).
Felicidades.

El Viejo dijo...

Parece que llevo el camino inexorable de ser catalogado hard, que le vamos a hacer... jejejeje

La intencionalidad de que no fuera académica es totalmente intencionada, de Neruda hay mucho y muy bien crticado por los expertos, así que buscaba una cosa informal.

Muchas gracias por los elogios Chespiro, un placer verte siempre en este blog.