domingo, 27 de enero de 2019

LA IGNORANCIA ILUSTRADA


En una época donde se exige la innovación constante televisiva, este show supone la vuelta al oficio más artesanal. El gran recurso en Ilustres ignorantes siempre es la charla, la conversación que termina derivando en lo divino y humano. Siempre en clave de chanza, sin miedo a que la broma sea demasiado rebuscada o increíblemente soez. Javier Coronas, Javier Cansado y Pepe Colubi confían lo suficientemente en sí mismos y en la capacidad de las personas de su tertulia para seguir su hilo cuando la cosa se desmande. 



Debutando en el Cartuja Center de Sevilla, los tres artistas acudieron de gira, alejados de la tradicional mesa de sus debates para pasar a taburetes y un improvisado Gin Tonic para aclarar ideas. Como siempre, contaron con invitado, en este caso, nada menos que Raúl Cimas, actor y humorista que se mueve sin necesidad de intérprete en la genial locura que supone este espacio. 



Durante más de una hora y media se fueron dando distintos giros de tuerca, acompañados de equilibrados monólogos para permitir el lucimiento de cada integrante de la Tetrarquía. Quienes conozcan el programa ya sabrán que lo mismo se habla de fantasmas que de filosofía clásica, pasando por la cárcel y llegando a (tema de rabiosa actualidad) la cuestión del límite de los chistes. 


En la España de Miguel Ángel Revilla y En tu casa o en la mía, probablemente esta demencia cómica sea justo lo que indicaba el recetario ante la invasión de lo políticamente correcto. Coronas y su banda no hacen prisioneros propios ni ajenos, mostrando ayer el juego que puede dar incluso debatir sobre los supermercados y el significado que tienen en nuestra existencia. 



Javier Cansado da su experiencia bajo los tablados, una que domina desde los días en que actuaba conjuntamente a Faemino, con un tono socarrón en el que se desenvuelve como pez en el agua. Su complicidad con gente como Coronas es total y exhibe olfato fino para adaptarse al marco de la ciudad donde está actuando (mención a la Puerta de la Carne hispalense). 



Por su lado, Pepe Colubi confirma en este inicio de la séptima temporada que sigue siendo una de las voces más destroyer del panorama actual, alternando una cabeza muy bien amueblada para el humor con un gusto para la escatología digna de Torrente. Igual que sucedió con La vida moderna en su visita al Cartuja Center, la frescura del directo y que no se permitiese la grabación provoca que estos artistas tiendan a desinhibirse (todavía) más de lo habitual. 


Como de costumbre, el objetivo es encontrar delirantes respuestas para las preguntas trascendentales (o absurdas) que nos rondan la cabeza. Ya decía Álex de la Iglesia (no en vano invitado en uno de los programas) que la risa es el lenguaje de los dioses. La búsqueda de la carcajada a cualquier precio, incluyendo las anécdota heavy de Colubi o la capacidad de Coronas de hablar de memorias infamantes de su propia persona.



Descubrimos también un poco del futuro que nos depara como país, con especial mención al alzamiento, unicornio mediante, que tendrá lugar en 2023. Una pausa justa y necesaria, salpicada de besos negros y otras irreverencias de estos modernos bufones con licencia a poder decir lo que se piensa de todo, incluyendo testas coronadas. 



La ignorancia ilustrada tomó el escenario durante toda la velada. Lejos de pedir perdón, se hizo un selfie después de perpetrar su fechoría.



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



- Cartuja Center, sesión del 26 de enero de 2019 de Ilustres ignorantes [Fotografía realizada por el autor del blog].



- Cartuja Center, final de la sesión del 26 de enero de 2019 de Ilustres ignorantes [Fotografía realizada por el autor del blog].



- Cartuja Center, escenario de la sesión del 26 de enero de 2019 de Ilustres ignorantes [Fotografía realizada por el autor del blog]. 

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