sábado, 7 de abril de 2018

GOTHAM CENTRAL: DESPEDIDA DE LA COMISARÍA (PARTE IV DE IV)



Hacía ya bastante tiempo desde que la formidable pareja de guionistas conformada por Ed Brubaker y Greg Rucka se había lanzado a narrar el día a día de cierta comisaría de Gotham (En el cumplimiento del deber), convirtiéndola en pocos meses en una colección de culto, capaz de mostrar a figuras como el Joker desde otro ángulo (Payasos y lunáticos) o los callejones más recónditos recorridos por este cuerpo policial (De patrulla por el infierno). Quedaba el último paso, un arco entre los números 32-40 (2005-2006), el lacito final de este regalo para toda la comunidad lectora del Murciélago de Gotham. 



El primer número de esta etapa ya refleja el grado de maestría alcanzado. Escrita en solitario esta aventura por Rucka, se trata de un clásico momento de transición antes de comenzar una nueva saga. Asimismo, se cuenta con el dibujante invitado Steve Lieber. Pero el relato gráfico que nos brindan, "Naturaleza", es de todo menos aburrido. Una historia breve perfectamente contada y con un final terrorífico digno de un cuento de los hermanos Grimm. 



Una cuestión importante para esta fase es que ya no contamos con Michael Lark, un artista espléndido que, junto con Alex Maleev, es uno de los mejores del gremio a la hora de recrear el género heroico urbano. Su dominio del trazado de Gotham era tan alto que es inevitable no echarle de menos en las páginas. Dicho eso, la solución adoptada es sobria y eficaz, puesto que Kano da un aire muy similar a la serie, perfectamente respaldado por la tinta de Stefano Gaudiano, quien llevaba muchos meses en la colección y sabe exactamente cuál es la estética.



A pesar de todo el recorrido que ya llevaban a cuestas, el dueto de guionistas sigue teniendo sobrada capacidad para sorprendernos. El presunto asesinato de Robin en los callejones de Gotham llevará a la esforzada capitana Margaret Sawyer a tener que interrogar a tipos con una jurisdicción muy especial: los Jóvenes Titanes. Criada en Metrópolis, Sawyer es un personaje excelente en una ciudad tan corrupta como Gotham, puesto que aporta la visión foránea de alguien que viene de otro gran núcleo urbano donde existe fe en el sistema y pocos entre su ciudadanía dudan que el tipo de la gran S en el pecho no esté de su parte.



Brubaker y Rucka siguen mimando el arco de uno de sus ojitos derechos en la colección, Renée Montoya, una agente de personalidad que sufrió un infierno ante Dos Caras, aunque lo peor fueron las consecuencias de tener expuesta su vida al escarnio público de la cerrazón. En esta ocasión, la compañera de Crispus Allen (¡qué formidable pareja!) habrá de plantar cara al enemigo desde dentro, Jim Corrigan, un policía corrupto pero listo a la hora de beneficiarse del sistema y no descubrir su rastro.



Igual que sucede con la etapa de Bendis en la colección de Daredevil, siempre tenemos la sensación de que todo lo presentado tiene su importancia. Harvey Bullock no sale en esta ocasión, pero ante un difícil asunto de armas escuchamos a sus compañeros lamentar no tener a un experto en la materia para ayudarles en la investigación. Gotham Central es una novela río coral y poderosa en el reparto, capaz incluso de permitirse lujos de tener a Batman como secundario sin abusar de él.


El juego del gato y el ratón que mantendrán los detectives con Corrigan será realmente peligroso. El libreto no cae en la sensación de venganza violenta redentora y fácil. Tanto Montoya como su rival van cayendo en una espiral de hacer mucho daño al adversario, pagando un peaje por ello. Si el agente corrupto hace tiempo que vendió su alma, la curtida policía gothamita se expone a hacer ese descenso al averno si no es capaz de contener el placer que empieza a sentir por la revancha. 



Hay un aroma dickensiano que los escritores (quienes vuelven a contar Lieber al final del periplo) que se permiten sacar su lado más tierno alrededor de la figura de Stacy, esa joven becaria a quien un tecnicismo legal le permite poder pulsar esa señal que a muchos agentes duele en su amor propio por recurrir a ella. Asimismo, la relación sentimental que mantienen Romy Chandler y Marcus Driver es la perfecta muestra de que no hay tópicos románticos si se saben usar con inteligencia. 



Gotham Central nos deja como público más que satisfechos, conscientes de que volveremos a ella. A esa mañana donde dos compañeros habían recibido un falso soplo para encontrarse con Míster Frío. La magia desplegada por sus creadores logra que nos creamos desde la primera viñeta que nosotros hemos visitado esa comisaría donde todavía coleaban las secuelas de la jubilación de Jim Gordon tras sufrir un intento de asesinato. No me gusta la expresión de lectura obligatoria. Esta serie merece el apelativo de imperdible. 



ENLACES DE INTERÉS:



-Reseña en el portal cazadores de recompensas



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-https://www.ecccomics.com/comic/gotham-central-num-04-corrigan-2010.aspx



-http://cazadoresderecompensas.com/gotham-central-5/



-https://comicvine.gamespot.com/gotham-central/4050-9958/

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