domingo, 12 de junio de 2011

MAREAS DE POPULARIDAD

Uno puede ir al cine por muchos motivos, igualmente respetables. En ocasiones para ver alguna pequeña joya desconocida, otras, para dejarse arrastrar como cualquier hijo de vecino ante la ola de un estreno. Ninguna de las dos cosas es incompatible con la otra, así que con ganas de desconectar de la semana fui con un grupo de buenos amigos a ver "Piratas del Caribe 4".
Lo cierto es que si alguien le hubiera dicho a los productores que la adaptación a la gran pantalla de una atracción Disney se iba a convertir en un sello de talla mundial, con tantos admiradores como detractores, se hubiera quedado de piedra. Uno de los principales responsables de ello ha sido Johny Depp, un actor de dotes cameleónicas, conocido por su capacidad de componer personajes.
La moralidad Disney hizo que más de uno quisiera echarlo cuando trajo tanta inmoralidad a su personaje, Jack Sparrow, de sexualidad tan dudosa como su código ético. No obstante, en aquella ya lejana primera entrega, Sparrow se coló en la cinta como lo hacía Groucho Marx con la pareja romántica de rigor (en aquel caso, Olrando Bloom y Keira Knightley), arrasando, rompiendo moldes y convirtiéndose en el verdadero líder.
Eso explica que resueltas todas las tramas de la primera saga, la franquicia apuesta por un cuarto episodio absolutamente innecesario, pero que permite a sus seguidores volver a gozar de los chascarrillos aventureros de Sparrow y compañía. Afortunadamente, el genial Geoffrey Rush repite como Héctor Barbosa, siguiendo un rol ya llevado al cine por el brillante Charles Laughton en "El capitán Kidd", el filibustero convertido en honesto corsario por virtud de Su Graciosa Majestad.



No deja de ser sorprendente que un producto tan palomitero como las aventuras caribeñas, pueda reclutar película tras película a actores tan reputados y de calidad contrastada como Rush ("El discurso del rey"), Jack Davenport en el pasado o en "Mareas misteriosas" a Ian McShane. Básicamente, el villano, el malo malísimo, el Barbanegra, el pirata temido por los piratas... Es un encargo fácil para un actor de tan contrastada trayectoria, y lo ejecuta con maestría artesana.
El cambio en la dirección por Rob Marshall no ha supuesto la traición al epíritu de la saga, que en cierto sentido recupera la esencia, al alejarse de la pretenciosa grandilocuencia que quisó tener la tercera entrega de la saga. Es una cinta que no se toma en serio asimisma, lo cual es una virtud en esta clase de productos, un ejercicio de desconexión y que permite pasar dos horas largas ligeras con ingeniosos diálogos, mucha capa y espada y alguna americana (no, ni en una obra de piratas se olvidan de que todo objeto colisionado tiene la obligación de estallar con estruendo y desde varios ángulos).
Siendo tradicionalmente muy cainitas, yo también iba a mirar con lupa a Penélope Cruz (no, no me refiero solamente a dónde le han puesto su tatuaje de filibustera). A mí siempre me ha parecido que es una actriz que no tiene el perfil de estrella que se le ha pregonado, pero tampoco me parece necesario promulgar el acoso y derribo a alguien porque haya tenido la fortuna de dar un espaldarazo a su carrera en Hollywood. En ocasiones le he visto buenas actuaciones, como cuando la tomó bajo su batuta Pedro Almodóvar, con éxito, o en cosas ínfames ("Bandidas", sin comentarios), así que ni tanto tiene el agua cuando la bendicen ni tampoco está envenenada. La actriz española cumple, sigue la tónica general de un producto hecho para arrasar en taquilla y que además cuenta con ella para funcionar en el mercado latino; además, siendo honestos, tampoco es que el legado que hubiera dejado Keira Knightley fuera de puestas en escena shaskepirianas.
Una agradable sorpresa ha sido ver el papel otorgado a los agentes hispanos enviados también a por el navío de Ponce de León. Sorprende, teniendo en cuenta la tradición del cine inglés de presentar a los castellanos como bárbaros que se solazan en la oscuridad de Madrid con Felipe II (monarca que se caracterizó por tratar mucho con sus soldados, ciertamente) de invadir la soleada y casta Gran Bretaña. Aquí los gaditanos enviados se destacan como gente competente, en sus escasas intervenciones, por lo que resulta casi sorprendente que se les haya respetado ese estatus de súper-potencia disputándose de tú a tú con Su Graciosa Majestad Jorge el territorio colonial. Y sí, ciertamente Óscar Jaenada no lo hace nada mal, yo me hubiera atrevido hasta darle más papel, teniendo el cuenta el precedente del rápido remedo de "Piratas" de tele 5, que a mi modesto juicio me parece muy flojo, Jaenada sorprende con buena soltura y manera de entrar en el juego de la franquicia.
Si alguien es fan de la saga, puede adentrarse sin temor en estas aguas. Está Depp, muy versátil pero más controladito que en la tercera donde prácticamente le dejaron improvisarlo todo, un Rush muy competente y divertido, junto con buenos secundarios y una aventura al estilo Indiana Jones, todo pasa muy rápido, te diviertes mucho y no te da tiempo a que te des cuenta de que lo que dicen no tiene ni pies ni cabeza. Se echan en falta ausencias (los primeros tripulantes de La Perla Negra junto al citado Davenport), pero el producto final es más que digno para una secuela.
Y a los que nunca se hayan sentido tentados por esta saga, pues no, si no fue su tipo de película la primera que estaba muy bien y es una de las piedras del género... No, no creo que sea de su agrada. Saludos.

2 comentarios:

Easmo dijo...

Muy cierto todo el análisis. Esta secuela cumple con creces en contra de lo que me presupuse cuando la anunciaron.

Es más, me atrevo a decir que si bien no es la mejor de todas, se tutea de tú a tú con la primera, superando con creces a la tercera y puede que a la segunda, dependiendo de a quién le preguntes. Es cierto que comparada con sus antecesoras, esta cuarta entrega es una película pensada después, fuera de a trilogía original de Davy Jones y el concilio pirata, y eso se nota en que es una peli "menor" a nivel de presupuesto y efectismo palomitero (aunque mantiene ciertos efectos notorios como la brutal muerte de BarbaNegra, que no spoilearé). Sin embargo, a nivel de guión se hace muy disfrutable, con un ritmo muy bien llevado y un énfasis en momentos cómics muy aventureros, sin caer en la absurdez mal entendida (al menos en su mayor parte, ya que depende de a quién le preguntes).

Sobre todo, sale ganando comparada con la tercera, la cual tenía momentos muy épicos (como la escena de lucha nada más empezar en el puerto asiático) con otros momentos mucho más coñazos y farragosos: esta se deja de tanta trama concentrada, y va a divertir, sin por ello resultar vacía.

Mi única queja sería que se podría haber dedicado algo más a cómo el personaje de BarbaNegra obtuvo sus poderes, ya que no se incide mucho en ellos, aparte de unas cuantas zombificaciones y la mención de que los obtuvo en uno de los rituales derivados del que ha de efectuarse en la fuente de la vida (cosa lógica si tenemos en cuenta que su motivación era precisamente encontrarla, con lo que habría mirado muchísima información sobre la misma).

En fin, gran película de todas formas.

PD: ¡Hey! ¡Al fin hice un comentario más largo que los típicos de dos líneas!

El Viejo dijo...

Caray, ¿alguien duda de que el amigo Easmo vio la película? Sí, lo de los zombies huele a que querían aprovechar el tirón de popularidad de "Walking Dead".

Complemetamente de acuerdo en mucho de lo que mencionas, especialmente tus consideraciones sobre la tercera.

De verdad, no es porque quiera rehuir la polémica, es que me parece que lo has clavado.

1 abrazo y gracias por un comentario muy pertinente a la entrada.