Comienza un nuevo año con vientos de crisis y, más de uno, estaría dispuesto a cualquier cosa con tal se salir del atolladero con algún cero de más a la derecha... incluso a costa de estafar al seguro.
Simple y clara, es la premisa de un guión brillante, firmado en los 60 por el genial director vienés Billy Wilder y su compañero de fatigas L. Diamond, pieza vital de un engranaje cómico que volvió a contar con una pareja dorada, hoy te hago reír más que ayer pero menos que mañana, Jack Lemmon y Walter Matthau.
Un individuo bastante bonachón, Harry Hinckle, recibe un percance por parte de uno de los mejores jugadores de fútbol americano del momento, mientras grababa el partido. Lemmon encarna al pobre Harry, que pese al susto, parece que pronto se podrá recuperar.
Justo entonces entra en escena su cuñado Willie, interpretado por un Walter Matthau tan meritorio que recibió el Oscar de la Academia por su excelente recreación de un verdadero picapleitos sinvergúenza. Con diálogos de una agilidad tremenda y aprovechando una lesión de infancia de su cuñado, el letrado le engatuse para que prolongue un poco la agonía, llegando a alarmar a la gran compañía responsable del accidente, que piensa que con Willie al frente, podrían llegar a sacar una indemnización asombrosa.
No obstante, conforme va recobrando su salud normal, Harry se da cuenta de que esta farsa ha ido demasiado lejos, mostrándose especialmente afectado por el hecho de que el jugador afroamericano que lo lesionó accidentalmente (Ron Rich) se esté mostrando muy preocupado, solítico y hasta, distraido en su juego, afectando su complejo de culpa a su rendimiento en la Liga. Pero, hay un factor en la ecuación que puede hacer al más cuerdo de los hombres caer en el pragmatismo del abogado: una mujer, una ex, para ser exactos.
Judi West es el cebo utilizado por el personaje de Matthau. West logra una caracterización muy buena de una antigua esposa que había abandonado a Harry y ahora, como los buenos carroñeros, vuelve al redil cuando intuye que puede sacar mucha pasta de ese acercamiento. El triángulo está planteado y en formato de pequeños capítulos con atinadísimos títulos, hace que sus más de dos horas de duración, no den la sensación de alargarse. También ayuda que aparte de comedia, esta obra de Wilder tiene buenas dosis de tragedia.
Mucho menos profunda que esa maravillosa obra maestra que es "El apartamento", "En bandeja de plata" es una ácida y brillante muestra de una sociedad moralmente descompuesta, como muestra esta secuencia:
Willie: ¿Qué estabas viendo?
Harry: Un documental de Abraham Lincoln.
Willie: Ah, gran presidente...¡mal abogado!
El retrato no estaría completo y el director y su equipo no son descuidados, sin poner igual "de bien" a la competencia, a los agentes de la compañía que buscan por todos los medios demostrar que Harry es un fraude. Encabezados por un Cliff Osmond que parece un hombre de la Pinkerton, son gente bastante oscura y gris, no pocas veces cuadriculados de mente y absolutamente desconfiados del género, empezando por ellos mismos.
Con un final sorprendente pero que no decepcione, una buena forma de estrenar el vídeo, DVD o Blue, con ironía, mucho humor y ciertos atisbos de tristeza por un mundo que nunca fue inocente.
6 comentarios:
Wilder nunca falla. Y esta tengo que verla, sí o sí.
Efectivamente, amigo Franchesk, los genios como él rara vez lo hacían. Se podría hacer quedada cinéfila, tiempo al tiempo...
1 abrazo y gracias por comentar.
Un final que fue tachado, en su momento, de misógino...Yo también me quedo algo descuadrado, sí.
Ciertamente, aunque particularmente, cada vez que la puedo visionar, me gusta más, incluyendo el final.
Curiosamente Wilder nunca le tuvo mucho aprecio, aunque yo siempre la he considerado una de las mejores.
Gracias por postear, Chespiro.
Suscribo lo dicho por Franchesk.
Gran pelicula, y con un gran ritmo de gags.
Lo del final que comenta chespiro... bueeeeh, nunca sera tan "misógino" como el final de casablanca, jajajajajaja (risa loquendera). Ahora en serio, yo no me lo tome en serio. La regla de "las risas lo justifican todo" se aplica.
Ciertamente, conociendo a Diamond y Wilder, siempre buscado la carcajada. Gracias por postear, Easmo.
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