domingo, 17 de octubre de 2010

LO PEOR DE UNO DE LOS MEJORES

Aprovechando el fuerte tirón de la película "El Gran Vázquez", Ediciones Glénat ha sacado un tomo de casi 600 páginas con una de las épocas más desconocidas del maestro brugueriano, su "exilio interior" en cómics para adultos más creciditos.



A diferencia de otros períodos de su trayectoria artística (pensemos en Anacleto), en esta fase, no nos estorba para nada el blanco y negro. Es un Vázquez veterano, de vuelta de todo, capaz de lo mejor y de lo peor. Alguien capaz de reírse de su propia vagancia ("Solamente un personaje y si es invisible, mejor" llega a pedir a la musa que va a visitarle) y con un trazo simplista pero genial para la caricatura. "Lo peor de Vázquez" es, por tanto, una adquisición muy interesante.

"Gente peligrosa", "Los casos del inspector Yes" (por otra parte, es una recopilación incompleta) o "Más gente peligrosa" aún muestran a un Vázquez próximo al viejo estilo, humor ácido pero con apariencia infantil, con sobre-entendidos y muy sagaz, con diálogos chispeantes. "Sábado, sabadete" o "Historias Verdes", nos muestran al autor más próximo a líneas como pueda ser la de la revista "El Jueves", con un erotismo tragicómico, muy desinhibido, en ocasiones escatológico hasta el exceso pero a fin de cuentas, piezas de coleccionista. Él mismo, firmó esas obras con seudónimo ("El Sapo"), no tanto por timidez (que no tenía) como para jugar a dos bandas con diferentes editores (rasgo característico de este pícaro empedernido).
Sorprende ver al cerebro de las aventuras aparentemente inocentonas de las castas (una de ellas a la fuerza, ¿embrión de Patty y Selma?) Hermanas Gilda, contando historias tan altamente subidas de tono, confirmando algo que siempre se ha sospechado. Si en manos de clásicos como Ibáñez o Escobar uno se sentía sanamente en el lado de la ley, la producción de Vázquez era ese pariente o amigo que de vez en cuando te invitaba a cruzar la frontera: "Si en el fondo a ti esto también te gusta".
En otros frentes, su capacidad de visionar lo que iba a pasar es asombrosa. Sus chistes de los fumadores empedernidos y los realmente fanáticos pro-leyes antitabaco no solamente no han caducado, sino que ahora se entienden mejor. Siempre con gusto por ponerse a él mismo como protagonista, no dudaba en ponerse en ridículo a él mismo con sus estúpidos intentos de curarse de sus vicios, sin dejar títere con cabeza, desde su propia debilidad a los implacables "amigos" cruzados que se empeñan en que uno no pueda morirse como quiere.

De corte muy personal, casi autobiográfico, tenemos "Querido Maestro" o "Agente del Fisco", donde simplemente deforma un poco su propio reflejo en el espejo para presentar a un dibujante con muchos problemas a la hora de entrega que, además, considera una obligación moral darle problemas a Hacienda.

Se echa en falta "Vámonos al Bingo", un típico producto de lo que era capaz este peculiar artista. En base a sus anécdotas de ludópata empedernido, Vázquez recreaba con mano maestra todos los estereotipos de voluntades débiles y codicia, con una capacidad de reírse de si mismo sobresaliente. Es una ausencia destacada en un, por otra parte, muy completo volumen.

En definitiva, los amantes del tebeo español están de enhorabuena con el tirón que ha pertmidio la película y que también ha conllevado que surjan ediciones de "Los cuentos del tio Vázquez", donde nuevamente, volvía a ponerse las zapatillas para correr de acreedores y sastres. No son tampoco material de olvido, sus alusiones a colegas de profesión, especialmente Víctor Mora, Ibáñez o el por entonces muy joven, Ramis.

Como es sabido, los bufones durante la Edad Media y la Edad Moderna, gozaron del permiso de poder burlarse del resto del mundo, incluyendo reyes y cortes, a cambio eso si, de narrar con gracia y amenidad sus propias desventuras. Vázquez, que carecía de remodimiento alguno por su peculiar estilo desordenado de vida, se permitió el gusto de decir, escribir y dibujar aquello que se le cruzase por la cabeza.

Por último, recomendar a los interesados en el tema el magnífico blog de mi buen amigo Chespiro "Corra, jefe, corra", donde se han escrito varios artículos muy interesantes comparando la trayectoria del dibujante moroso con el gran Francisco Ibáñez.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De nuevo, poco que añadir. Suscribo cada excelente palabra tuya, Viejo, y recomiendo encarecidamente a todo bicho viviente que adquiera este tomo (que me vas a tener que dejar un día de estos, todo sea dicho, jeje).

Chespiro dijo...

El tomo tiene algunas historietas realmente escatológicas y desagradables...con las que es imposible no reírse.
Touché, monsieur Vázquez.

El Viejo dijo...

Por supuesto, cuenta con el préstamo cuando lo desees amigo Franchesk.

Totalmente atinado Chespiro, imposible no reírse.