martes, 22 de diciembre de 2009

REGALOS DE REYES


Título:Drácula, el no-muerto.


Autores: Dacre Stoker e Ian Holt.


Editorial: Roca (2.009).


Me había prometido a mí mismo dejar un poco abandonado a cierto conde, que ya había monopolizado el blog a través de los cómics. No obstante, aparte de expresar opiniones, no deseo que esta humilde página pueda ser acusada de falta de sinceridad. Otras obligaciones me han impedido avanzar en las lecturas, así que ahora estoy aprovechando vacaciones, entre otras cosas, para ponerme al día con la palabra escrita que no es académica.


Así que, mal que me pese,de nuevo volvemos un poco a la mitología de Bram Stoker, ya que es el libro más reciente que he podido leer con el suficiente detenimiento cómo para poder realizarle una crítica justa. Evidentemente, trataré de que el próximo libro vaya de cualquier cosa (incluso de la cría del ganado soviético) que de vampiros. No obstante, pienso que a los lectores/as les podría gustar en la medida de que así juzgarán si es un buen regalo navideño para familiares, amigos y cía.


En primer lugar el envase cumple el cometido, entra maravillosamente por los ojos, escribo esto mientras tengo frente a la pantalla de mi ordenador una excelente reseña de esta obra efectuada por el señor Alfredo Álamo, en noviembre del 2.009, del magnífico lugar de Lecturalia. En ella pone el acento en la edición española, efectivamente, lo han hecho para vender descaradamente... y qué bien les ha salido. Sin querer hacer publicidad, ya si es del Corte Inglés como el capricho que me pude dar, encima te regalan un pequeño almanaque con lugares de algunos de los escenarios. En metáfora cinematográfica, sí, excelentes efectos especiales, pero, ¿cumple el argumento y las interpretaciones?


Pues bien, aparentemente juntar a un investigador de la figura de Vlad (aunque Stoker en ningún momento deja claro que su conde sea tal mito, aunque sí se insinúa) como Holt con un descendiente del propio autor original, parecía una combinación interesante, sobre todo porque el familiar daba acceso a archivos y viejos manuscritos de la pluma de tan ilustre antepasado, que además, es cierto que proyectó hacer una secuela del original. No es moco de pavo y se nota en un conocimiento profundo de lo que pasó en Drácula original, pero faltaría más en un trabajo artístico que quiere elevarse sobre la media, además han tenido un aparato publicitario muy bueno, superior a otros escritores que merecerían más predicamento.


Después de esta carta de presentación, afirmar que la estructura de capítulos breves, directos y de sugerentes puestas en escena me ha gustado mucho. Es ligero, rápido y con una prosa elegante, no estamos ante unos aficionados. El problema será cuando hablemos de los pérfiles de personajes. Lo lamento, pero ni bien ni mal, ¿cómo estaría Jonathan Harker más de veinte años después de su encontronazo con el malévolo rival de amores de su esposa? La respuesta: tantas como lectores hubo de la obra original. Al propio Bram le hubiera costado convencer, de haber publicado la segunda parte, que había algo en el horizonte y que era lógico, luego del apoteósico final.


Lo más original y elogiable me ha parecido la presentación de una antagonista de altura, sacada de la de por sí, no muy edificante y macabra vida de la condesa Báthory. Ella es la protagonista malvada real de la obra y en cierto sentido, mucho más temible que cualquier otro elemento. Es precisamente tras su rastro por parte del cazador Seward, superviviente del grupo original, que aún sigue trastornado por la pérdida de Lucy, dolor que comparte con el viudo de la misma, al parecer por culpa del transilvano, cuando vuelve el viejo espectro de Vlad.


El tratamiento de algunos de los antiguos héroes del relato general ha sido poco menos que durísimo, en especial Seward (interesante adicción a la morfina incluída) y por supuesto, Jonathan, sumido en el alcoholismo, las mujeres mercenarias del amor e incapaz de sentirse cómodo con su mujer, Mina Harker (sospechosamente resistente al envejecimiento) y a su rebelde hijo Quincy. El tratamiento a Quincy no ha gustado a todo el mundo, pero a mí, acostumbrado a caracterizaciones de un Harker Junior más adulto y experimentado, me ha divertido encontrarlo como un joven inteligente pero alocado, más preocupado por el teatro que por su carrera de Derecho. Precisamente esta afición le lleva a amistades peligrosas como la que mantendrá con el célebre artista rumano Basarab, que esconde un secreto (no lo voy a desvilar aquí, pero el supuesto misterio que debería ser un clímax, no llega a ser tal y las pistas son demasiados obvias).


Otra vez citando al atinado señor Álamo, decir que se nota a la legua que hay una visión comercial evidente en esta colaboración, lo cual no es malo de por sí, es legítimo querer ganar dinero escribiendo, pero hay demasiados elementos que él se digna a llamar hollywoodienses (para más IMRI, el tramo final parece ya lanzar guiños a los compradores de la idea para una futura película). También espantoso me parece dejar tan aberta una futura secuela de la secuela, queriendo seguir explotando la gallina de los huevos de oro. Drácula el no-muerto, en mi humilde opinión, hubiera ganado más como un what if y "señores, vamos a dar un final alternativo". Pero bueno, doctores tiene la iglesia.


Interesante si es el ejercicio de explotar los decorados reales que ese maldito psicópata, absurdamente aún hoy idolotratado por algunos como si mereciera la categoría de digno de pasar a la Historia, llamado Jack The Ripper. Esto permite varios cameos, a veces graciosos, otras bastante forzados e incluso el bueno de Bram se dejará caer por allí (por cierto que su descendiente podía haber sido más amable describiéndolo, lo cual yo me atrevería a calificar de una especie de ingratitud, sí, desconodido para el gran público en su época, con sus defectos, pero que este individuo cogió una idea que estaba purulando y aún hoy muchos viven de ella).


Categoría aparte merecen Abraham Van Helsing y por supuesto, Drácula. El primero, desde luego, no es"mi" Van Helsing, no es tampoco el que, yo creo que hubiera sido el de Stoker, pero señores, chapeau. Es un gran personaje el que plantean, un viejo terco fanático que parece querer devorar cada escena en la que sale. Además, le plantean un lado oscuro (al estilo Coppola) que no está mal, no es lo que otros hubiéramos hecho, pero, si funciona... funciona. Drácula va aparte, es interesante, más ablandado que en otras versiones, con un estilo en ocasiones de defensor romántico de causas pérdidas al estilo Crepúsculo que pueden estar bien en un producto popular para adolescentes y románticos, pero que no encaja con las muchas otras facetas de la tenebrosa criatura, capaz de seducir, sí, pero también de destruir.


Es jugoso el triángulo Mina (excelente personaje femenino, siempre lo ha sido y siempre lo será si está bien llevado)- Quincy (de menos a más, aunque le faltó una guinda en la decisión final, aunque a mí me ha gustado y hasta caído bien) y Vlad.


En definitiva, un práctico regalo si el receptor que pretenden tiene cierto apego por la novela gótica, a pesar de que esté aderezada con una estética cinematográfica, lo cual no es malo, pero es una estructura en este caso que parece impuesta a "queremos vender cuanto antes". Abierto, ameno, se deja y se retoma con fluidez... pero creo que con las re-lecturas, es un excelente ejercicio de técnica y ejecución, pero que deja un poco frío en el sentimiento. Drácula el no-muerto es un invitado correcto y educado que está en el salón, pero que se recoge demasiado pronto, no dando todo lo que podía de sí.


A raíz de ello, juzguen ustedes, como siempre... suya es la última palabra.

4 comentarios:

Francisco Javier dijo...

Interesante reseña e interesante libro aunque a juzgar por lo que dices no se le saca todo el partido que puede dar la historia de si, aunque también parece que se va a sacar todo este jugo en sucesivas entregas que convertiran esto en una saga que cubrirá el riñón de nuestro autor

El Viejo dijo...

Sí a ambas cosas, amigo Francisco Javier. Las sucesivas entregas imagino que darán buena bolsa, pero de momento este No-Muerto se queda en sinfonía interrumpida.

Gracias por tu visita al blog,

Francisco Javier dijo...

De nada amigo, espero que al menos la saga no baje de nivel nunca, aunque a esa cuestión solo el propio autor y el tiempo nos darán y quitarán razones

El Viejo dijo...

Efectivamente. Solamente queda esperar a ver qué ofrecen, siempre termina dependiendo de las plumas. Cordiales saludos.