Título: La Sombra del Viento.
Autor: Carlos Ruiz Zafón.
Ediciones: Varias. Primera aparición en 2.001.
Si puedo ser sincero, me he quitado una espina. Con unos ligeros ocho años de retraso, pero así lo he hecho. La Sombra del Viento era un título que conocía, vaya que sí, generalmente cuando el individuo de turno te apostillaba: “¿Cómo? ¿Aún no lo has leído?”. Ironías del destino, este súper-ventas mundial, traducido a más de 6 lenguas y auténtico bombazo editorial, pasó desapercibido entre mis manos, no de las de mi madre, cierto, pero allí lo tenía en la lista de “pendientes”, sin saber lo que según los demás, me estaba perdiendo muerto de aburrimiento en mi estantería.
Con el tiempo, los comentarios iban haciendo mella, no pocas personas de mi entorno lo consideraban uno de sus libros preferidos y ya fastidiaba que hasta cuando le preguntaban por ejemplo a un jugador de la ACB cuál era la mejor obra que había leído últimamente, salía la siempre nombrada La Sombra del Viento. He de admitir que solamente por llevar la contraria, la primera oportunidad que le di a un libro del señor Zafón fue al Juego del Ángel, su segunda obra. Fue la primera vez que me encontré cara a cara con el Cementerio de los Libros Olvidados, presente de momento en toda su producción como gran eje.
Sin saber que era en cierto sentido la segunda parte de este libro, lo cierto es que mi impresión fue muy positiva. Este verano, finalmente me he reconciliado conmigo y creo que el resto de la comunidad global mundial me perdonará por mi retraso, al fin he saldado la deuda con este libro. Nombres como Daniel, Julián Carax, Fumero, Bea, La Bernarda, Fermín, Barceló y un ilustre etcétera ya tienen en mí un efecto mental, mérito de su arquitecto, el escritor que les dio vida y les convierte en personajes carismáticos, malvados, entrañables, pomposos y siempre sorprendentes.
El primer atractivo es el carácter misceláneo de todo, hay un poquito de suspense, muchos dramones amorosos, pinceladas de novela histórica, un marcado carácter gótico… Esto hace que capte a mucho público, eso es un sentido avispado a la hora de saber venderse. El estilo es tramposo, pero no lo digo como algo negativo, sino como mérito, igual que las grandes películas de suspense, hay un fuerte deseo de todo lector/a que se enfrenta a este juego de adivinanzas de no tener la respuesta hasta el final. Yo no lo adiviné, entre los que conozco, tampoco me han llegado noticias de nadie que siquiera intuyera cómo iba a acabar todo, al menos hasta pasadas las quinientas páginas. Eso sí, tengan claro que Zafón sabe perfectamente donde quiere llegar.
Admitiendo eso, que posee personajes absolutamente entrañables como Fermín por ejemplo, o fascinantes como Carax y que es sumamente fácil identificarse con nuestro narrador, Daniel, podemos, admitiendo siempre la calidad de este libro, ¿está sobrevalorado? Pasados los efectos de su éxito y el shock que supuso, ¿no presenta errores? A la segunda pregunta hay que darle un rotundo sí, a la primera en mi opinión hay que decir no, merece los bien ganados laureles. Otra cosa muy distinta es hablar de cómo se debe afrontar el futuro, ¿qué hay peor para un autor que sobrevivir a su obra maestra? ¿No estará todo lo que haga en adelante en seria desventaja?
El punto negativo del libro es, en contadas ocasiones, los diálogos. Lo digo en serio, aquí sé que mucha gente dirá que cómo es posible, pero si son lo mejor de la obra, e incluso podrán citar algunos de los más brillantes e ingeniosos de memoria. Sin lugar a dudas, no lo niego, pero, Zafón en mi opinión tiene un defecto, con todo el respeto del mundo, incluso su personaje más tonto parece tener una cultura general de sobresaliente. Que Carax o Daniel puedan tomarse licencias poéticas entra dentro del juego, pero parece que arrastran al resto, Nuria Monfort, Miquel Moliner o el propio Fermín, llegando hasta el exceso. Cuidado, que en mi opinión esto también le pasaba a uno de los mejores (sino el mejor) dramaturgos de la Historia, Shakespeare, ¿alguien recuerda algún personaje suyo que hablase con alguna incorrección gramatical o no estuviera bien formado en la Cultura Clásica?
La concatenación de misterios y cajas de sorpresas está bien llevada, en momentos sentimos la tentación de pensar que nuestro narrador se va a equivocar y cometerá incongruencias, pero se pasa la prueba con nota, aunque el amplio desfile de personajes puede llegar a obligar a esfuerzos de memoria muy notables, como también pasa con otras obras muy vendidas como El Ocho o su secuela, El Fuego. Simplemente resignación y mucha atención leyendo, es mi aviso para todos aquellos que no lo conozcan aún, aunque desde luego es parco precio por volver a tener la maravillosa sensación de sorprenderse leyendo.
¿Qué hacer cara al futuro? Lo cierto es que con la perspectiva de los dos últimos trabajos del autor (La Sombra del Viento y El Juego del Ángel), aunque resulte tentador, mi consejo de todo corazón y con admiración es que Zafón procurase alejarse un poco del fascinante marco del Cementerio de los Libros Olvidados. La idea es buenísima y se maneja perfectamente con el linaje de los Barceló, pero en ocasiones, como dijo Ken Follet, cuando te sale un libro muy bueno, un escritor sentirá la fuerte tentación de repetir el esquema una vez al año, sabiendo que muy mal se deberá dar la cosa para que por lo menos no se igualen las ventas del anterior.
Un escritor que demostrado la versatilidad de géneros de Zafón está perfectamente capacitado para abrir nuevos frentes… por muy tentador que siempre sea retornar a Barcelona.
Autor: Carlos Ruiz Zafón.
Ediciones: Varias. Primera aparición en 2.001.
Si puedo ser sincero, me he quitado una espina. Con unos ligeros ocho años de retraso, pero así lo he hecho. La Sombra del Viento era un título que conocía, vaya que sí, generalmente cuando el individuo de turno te apostillaba: “¿Cómo? ¿Aún no lo has leído?”. Ironías del destino, este súper-ventas mundial, traducido a más de 6 lenguas y auténtico bombazo editorial, pasó desapercibido entre mis manos, no de las de mi madre, cierto, pero allí lo tenía en la lista de “pendientes”, sin saber lo que según los demás, me estaba perdiendo muerto de aburrimiento en mi estantería.
Con el tiempo, los comentarios iban haciendo mella, no pocas personas de mi entorno lo consideraban uno de sus libros preferidos y ya fastidiaba que hasta cuando le preguntaban por ejemplo a un jugador de la ACB cuál era la mejor obra que había leído últimamente, salía la siempre nombrada La Sombra del Viento. He de admitir que solamente por llevar la contraria, la primera oportunidad que le di a un libro del señor Zafón fue al Juego del Ángel, su segunda obra. Fue la primera vez que me encontré cara a cara con el Cementerio de los Libros Olvidados, presente de momento en toda su producción como gran eje.
Sin saber que era en cierto sentido la segunda parte de este libro, lo cierto es que mi impresión fue muy positiva. Este verano, finalmente me he reconciliado conmigo y creo que el resto de la comunidad global mundial me perdonará por mi retraso, al fin he saldado la deuda con este libro. Nombres como Daniel, Julián Carax, Fumero, Bea, La Bernarda, Fermín, Barceló y un ilustre etcétera ya tienen en mí un efecto mental, mérito de su arquitecto, el escritor que les dio vida y les convierte en personajes carismáticos, malvados, entrañables, pomposos y siempre sorprendentes.
El primer atractivo es el carácter misceláneo de todo, hay un poquito de suspense, muchos dramones amorosos, pinceladas de novela histórica, un marcado carácter gótico… Esto hace que capte a mucho público, eso es un sentido avispado a la hora de saber venderse. El estilo es tramposo, pero no lo digo como algo negativo, sino como mérito, igual que las grandes películas de suspense, hay un fuerte deseo de todo lector/a que se enfrenta a este juego de adivinanzas de no tener la respuesta hasta el final. Yo no lo adiviné, entre los que conozco, tampoco me han llegado noticias de nadie que siquiera intuyera cómo iba a acabar todo, al menos hasta pasadas las quinientas páginas. Eso sí, tengan claro que Zafón sabe perfectamente donde quiere llegar.
Admitiendo eso, que posee personajes absolutamente entrañables como Fermín por ejemplo, o fascinantes como Carax y que es sumamente fácil identificarse con nuestro narrador, Daniel, podemos, admitiendo siempre la calidad de este libro, ¿está sobrevalorado? Pasados los efectos de su éxito y el shock que supuso, ¿no presenta errores? A la segunda pregunta hay que darle un rotundo sí, a la primera en mi opinión hay que decir no, merece los bien ganados laureles. Otra cosa muy distinta es hablar de cómo se debe afrontar el futuro, ¿qué hay peor para un autor que sobrevivir a su obra maestra? ¿No estará todo lo que haga en adelante en seria desventaja?
El punto negativo del libro es, en contadas ocasiones, los diálogos. Lo digo en serio, aquí sé que mucha gente dirá que cómo es posible, pero si son lo mejor de la obra, e incluso podrán citar algunos de los más brillantes e ingeniosos de memoria. Sin lugar a dudas, no lo niego, pero, Zafón en mi opinión tiene un defecto, con todo el respeto del mundo, incluso su personaje más tonto parece tener una cultura general de sobresaliente. Que Carax o Daniel puedan tomarse licencias poéticas entra dentro del juego, pero parece que arrastran al resto, Nuria Monfort, Miquel Moliner o el propio Fermín, llegando hasta el exceso. Cuidado, que en mi opinión esto también le pasaba a uno de los mejores (sino el mejor) dramaturgos de la Historia, Shakespeare, ¿alguien recuerda algún personaje suyo que hablase con alguna incorrección gramatical o no estuviera bien formado en la Cultura Clásica?
La concatenación de misterios y cajas de sorpresas está bien llevada, en momentos sentimos la tentación de pensar que nuestro narrador se va a equivocar y cometerá incongruencias, pero se pasa la prueba con nota, aunque el amplio desfile de personajes puede llegar a obligar a esfuerzos de memoria muy notables, como también pasa con otras obras muy vendidas como El Ocho o su secuela, El Fuego. Simplemente resignación y mucha atención leyendo, es mi aviso para todos aquellos que no lo conozcan aún, aunque desde luego es parco precio por volver a tener la maravillosa sensación de sorprenderse leyendo.
¿Qué hacer cara al futuro? Lo cierto es que con la perspectiva de los dos últimos trabajos del autor (La Sombra del Viento y El Juego del Ángel), aunque resulte tentador, mi consejo de todo corazón y con admiración es que Zafón procurase alejarse un poco del fascinante marco del Cementerio de los Libros Olvidados. La idea es buenísima y se maneja perfectamente con el linaje de los Barceló, pero en ocasiones, como dijo Ken Follet, cuando te sale un libro muy bueno, un escritor sentirá la fuerte tentación de repetir el esquema una vez al año, sabiendo que muy mal se deberá dar la cosa para que por lo menos no se igualen las ventas del anterior.
Un escritor que demostrado la versatilidad de géneros de Zafón está perfectamente capacitado para abrir nuevos frentes… por muy tentador que siempre sea retornar a Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario