domingo, 9 de septiembre de 2012

ESTO ES TODO, AMIGOS

Palabra de honor de que Argentina no ha patrocinado bajo ningún concepto este blog ni tampoco ha enviado generosas subvenciones (algo a lo que por otra parte no renunciamos y si alguien se anima a hacerlo...), sin embargo, acabamos con un triplete de la tierra de Gardel. La culpa de ello se debe a que Quino, más conocido por todos como el creador de Mafalda, tuvo a bien dejarnos una auténtica joya, una verdadera obra maestra bajo el título de "Esto no es todo".
 
 
 
 
Podríamos afirmar que es una sucesión de tiras cómicas e ilustraciones, más o menos inspiradas; hubiera sido una salida para reseñar este cómic, pese a ello, sería una tremenda injusticia. A pesar de ser inconexas entre sí, todas las piezas del rompe-cabezas nos van llevando a un hilo conductor claro. Pocas veces, con permiso de la camorrista de la sopa, Quino ha abierto más su ingenio, en una serie de reflexiones brutales. Al igual que sucede con las primeras y maravillosas temporadas de los Simpson, hay una curiosa alquimia, capaz de lograr lo moral sin moralina, la moraleja sin subrayado, a gusto del consumidor...
 
 


Igual que sucede con algunos momentos de Will Eisner o Marjane Satrapi, Quino logra en todo momento una impresionante cotidianeidad en sus personajes. Matrimonios, trabajo, empleo, salud, guerra, política y amor (antes he hablado de matrimonio, así que no estoy reiterando conceptos necesariamente) , pasan bajo la disección de un cirujano muy parecido a una de sus grandes creaciones, Felipín, inteligente, sensible y con un tamiz de timidez que no esconde la picaresca de un romántico derrotado a quien no le ha quedado otra retirada más digna que la fina ironía.

A nivel narrativo, la capacidad de decir muchísimo con muy escasos trazos es una verdadera delicia. Si bien las sonrisas cómplices están garantizadas y varias carcajadas, la capacidad que tienen estas "simples" (pocas cosas más difíciles que progresar una historia con esa aparente sencillez) viñetas de hacerte cuestionar supuestos axiomas, no deja de asombrar.  
Nuestro moderno Esopo nos va contando historias, como las de un viejo pibe que siempre había llegado borracho y tarde a casa, durmiendo a pierna suelta y dejando a su abnegada esposa desvelada ante semejante actitud. Hasta que un buen día, el tipo llega y a ella no parece alterarle en lo más mínimo. La viñeta acaba con la buena señora durmiendo con una inquietante sonrisa mientras el esposo, probablemente por primera vez en siglos, no puede pegar ojo. 
 
 


El espectro omnipresente de Mafalda todo lo abarca y siempre va asociada al apellido de su papá, con todo, aquellos que hayan gozado de esas historias, no deben, bajo ningún concepto, dejar de observar la impresionante versatilidad de este dibujante irrepetible.




Esto no es todo, amigos. Pero es más que suficiente para considerarlo una pieza magistral.

2 comentarios:

Chespiro dijo...

El hilo conductor al que aludes, amigo, es en mi opinión la propia naturaleza humana.

El Viejo dijo...

Puede ser, señor Chespiro, pero simplemente sé que me gusta este cómic, qué joya. Gran recomendación que me hizo alguien, usted sabe, jejeje... 1 abrazo