domingo, 4 de diciembre de 2016

A PROPÓSITO DE JESSICA


Tras la excelente acogida de Daredevil (reseña 1 y reseña 2), muchas expectativas fueron puestas en el segundo cimiento de la alianza de Netflix con los personajes del universo Marvel. Sin embargo, alguna sensación de extrañeza pudo apoderarse de un sector del público cuando se sumergió en el mundo de Jessica Jones (2015). Aunque comparten el mismo marco e incluso personajes secundarios, entre el abogado de la Cocina del Infierno y la peculiar señorita Jones hay un abismo que marca un divergente tratamiento de la realidad superheroica. Mucho cuidado, eso no significa que la serie que hoy nos ocupa sea decepcionante; en realidad, todo lo contrario. 



En primer lugar, afirmar que se trata de una apuesta muy personal, una serie perteneciente a un género muy sobado por los últimos estrenos de cine y que, no obstante, tiene unos tintes de originalidad excelentes. Buena parte de ellos con toque femenino. Melissa Rosenberg debe ser reconocida como la productora ejecutiva que puso bastante más que dólares para esta nueva visión de los héroes callejeros del cómic pasados a la pequeña pantalla. Por otro lado, la caracterización de Krysten Ritter, cómoda de principio a fin con los ropajes urbanos de Jessica, una protagonista carismática, atormentada y que resulta enigmática desde el instante inicial en el que su presencia arranca esta investigación privada. 



¿Cuál es el turbulento pasado que hace a una persona con un don único renegar del mismo? Varias cabezas acreditadas (el guionista Brian Bendis, la propia Rosenberg, etc.) tejen un inteligente argumento donde iremos desentrañando el pasado de Jessica hasta llegar a la palabra clave, el momento donde todo su truncó y explica el tenso presente: Kilgrave. Un aura que tarda en llegar pero cuando lo hace resulta tan fascinante como la propia heroína. Este villano que escapa a cualquier cosa que hayamos podido ver en ninguna adaptación Marvel precedente. 


David Tennant es el gran culpable de revestir de una chaqueta de lujoso murex a un ser contradictoria y que genera una cantidad de dilemas morales fascinantes. Lo oscuro del asunto es que la profanación que hará Kilgrave del mundo de Jessica es para él una historia de amor, un bonito relato que espera llevar a un buen puerto. Si Wilson Fisk es una Némesis fascinante para Daredevil, el paradójico corruptor de voluntades no le va a la zaga en dejar perplejo al público. Con todo, en muchos aspectos, su actitud será la de un niño con deficiencias en buenos modales antes que un ente oscuro. 



Eso queda cristalizado con la figura de Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), la despiadada e inteligente dueña de un bufete que, en ocasiones, emplea a Jessica Jones. Sin ningún superpoder, Hogarth es mucho más implacable que el propio Kilgrave en cuestiones de pragmatismo, dando a entender que, de tener ella las características de él o de la propia Jessica, les daría una rentabilidad mucho mayor. El arco de esta letrada no solamente no estorba en la narración sino que será muy efectivo para entender mejor las motivaciones detrás del, aparentemente, simple encargo. 



Aunque sea una serie callejera y violenta, oscura en no pocos momentos, hay un gran acierto en la sangría: las víctimas importan. Es decir, dejan secuelas, hermanas, amantes, vecinos, amigos, etc. En ocasiones, los ejercicios de esta índole dejan barrios devastados sin que parezca que nadie en la ciudad vaya a tener problemas al día siguiente para volver a su rutina. Tanto Jessica como el resto sufren las consecuencias y arrastran cicatrices, pecados del pasado que pueden manifestarse justo cuando van a empezar de nuevo.


Un conglomerado atractivo donde van surgiendo personalidades que refuerzan esa sensación de que todo es parte de un engranaje para un objetivo mayor. Así, aparecerá un señor llamado Luke Cage, mientras que cierta enfermera (una siempre magnífica Rosario Dawson) harán acto de aparición durante la pesquisa. Una escalera que parece va a ir encaminada a un paso más de la iniciativa de Netflix: Los Defensores



Con todo, existe un punto flaco en esta cautivadora primera temporada. La obsesión por llegar a los trece capítulos ralentiza el juego del gato y el ratón, hasta el punto de que habrá varios instantes donde el público podrá verse tentado de pensar que ha llegado el clímax. Pero no es así y la prolongación provoca que, si bien sigue mereciendo la pena verla, la resolución quede un tanto desangelada. 



Defecto que no impide que Ritter haya quedado ya, sin discusión posible, como la mejor opción posible para Jessica Jones. Una heroína que supone un contrapunto a una fórmula trillada, la mejor noticia posible para cruzar los dedos con ansía por una segunda entrega de la investigadora. 



ENLACES DE INTERÉS:



-CRÍTICA DE THE PREACHER



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://screenrant.com/best-facts-jessica-jones-season-1/?view=all



-http://draco.pe.kr/



-http://www.posta.com.mx/tv/netflix-lanza-nuevo-trailer-de-marvels-jessica-jones

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