domingo, 26 de mayo de 2019

LA FAMILIA ADDAMS ENTRE BAMBALINAS


Los extremos siempre se tocan. A un género como el terror le falta siempre poco para terminar siendo comedia. De hecho, si una pieza que busca la gracia se equivoca en plantear los elementos, puede terminar siendo algo escalofriante. La familia Addams siempre se ha movido con comodidad en ese eclecticismo, hasta el punto de que su comedia musical en Broadway ha gozado de excelente recepción por parte del público. 



Exitosa serie de televisión a la estela de La familia Monster, desde la década de los 60 que el espectral linaje creado por Charles Addams sigue funcionando para las nuevas generaciones. Esteve Ferrer plantea una cuidada adaptación que busca emular el lujo de la puesta en escena que se da al otro lado del Atlántico, adaptándose el libreto de Marshall Brickman y Rick Elice a referencias de la más rabiosa actualidad. 



Con las ingeniosas coreografías de Montse Colomé, la Mansión Addams va moviéndose entre tramoyas para sumergir al auditorio en una comedia musical en dos actos que alterna la carcajada en un marco de terror gótico. Uno de los encantos es que el asunto no deja de ser una especie de ¿Adivina quién viene a cenar esta noche? pero entre mortales y criaturas de la oscuridad. Y ambas partes descubrirán que no son tan distintas. 


Carmen Conesa y Xavi Mira se combinan a la perfección para hacer de la pareja de la que emana todo: Morticia y Gómez. Un matrimonio realmente peculiar y al que ambos intérpretes dan un encanto innegable, destacando, además, las coreografías que protagonizan. Son dos intérpretes con muchas tablas y que dan fuerza al resto del conjunto, a la par que llevan mucho tiempo siendo Addams, dejando la sensación de que juegan de memoria. 



Tanto Morticia como Gómez deberán afrontar un momento temido por cualquier progenitor/a: conocer a la familia política. En este caso, el pretendiente es Lucas (Fabio Arrante), hijo de Alice (Eva María Cortés) y Andrés Navarro (Mal). Un núcleo familiar de un lugar tranquilo que considerarán a los Addams el molde exacto de los excéntricos habitantes de New York. Una cena de pedida que incluirá un incómodo juego de la confesión. 



¿Y la pequeña Atila que va a contraer nupcias? No es otra que Miércoles (Lydia Fairén), un personaje adelantado a su tiempo y que llevaba ballesta propia cuando el resto de sus colegas tenían aspiraciones principescas. Manipulando a propios y extraños intentará lograr sus objetivos, pese a la oposición de su hermano (caracterizado por Alejandro Mesa), temeroso de que su hermana con novio ya no saque tiempo para torturarle de ingeniosas maneras.  


Varias subtramas acompañan al argumento principal. Por ejemplo, el inesperado romance del hermano de Gómez, Fétido (Frank Capdet) con la Luna en un tipo de relación que hubiera hecho las delicias de Bécquer. Asimismo, la extraña farmacia portátil que posee la abuela Addams (Ariadna Comas), cuyo parentesco con el clan no está del todo claro. 



Todo ello bien acompañado de la inolvidable y pegadiza melodía, un equipo de danza bien entrenado y la icónica y traviesa mano del clan que se mueve a su antojo por el escenario. El resultado final son más de dos horas de espectáculo que no se hacen nada pesadas y equilibra bien el peso de los personajes para dar a cada uno su escena, canción o momento. 



Un entretenimiento tenebrosamente divertido. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



- Palcos del Gran Teatro de Córdoba, función de La familia Addams con fecha de 25 de mayo de 2019 [Fotografía realizada por el autor del blog]. 



- Portada programa La familia Addams, con fecha de 25 de mayo de 2019, Gran Teatro de Córdoba. 



- Final de la representación La familia Addams con fecha de 25 de mayo de 2019 [Fotografía realizada por el autor del blog]. 

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