CORONEL THURSDAY: ¿Cómo sabe que no eran apaches?
CAPITÁN YORK: Con todos los respetos, señor, si los ha visto, es que no eran apaches.
-Fort Apache (1948). Director: John Ford. Guión: Frank S. Nugent.
El arquero tiene un punto de genialidad y otro de locura. En verdad, como decía el capitán Jack Sparrow, resulta sorprendente la cantidad de veces que esos dos términos confluyen. Dentro del universo futbolístico, no es frecuente encontrar personalidades como Germán el Mono Burgos, un portero heterodoxo, fiel seguidor de la escuela de Hugo Orlando Gatti, ese tipo de guardameta que se especializa en fabricar América Latina. Hoy, en el blog hablamos de su biografía, Insoportablemente yo, escrito a media con María Udaberri. Pero, ojo, no hablamos solamente de darle patadas a un balón o de atajarlo, ni mucho menos.
Lo que atrae de Burgos, más allá de quien pudiera verlo defendiendo, entre otros grandes clubes, las redes de River Plate o el Atlético de Madrid, es su personalidad. El Mono, como le apodaban, es una rock and roll star, alguien que mira la vida con su propio prisma. Sus problemas de salud, serios y graves debido a un cáncer, no minaron la moral de un transatlántico. Quienes hoy pueden verlo como el Maharbal de ese Aníbal Barca de los banquillos que es Diego Pablo Simeone, saben que Germán va al frente con una cucharilla, un tipo de carácter, pero con el sentido del humor a prueba de bomba. Y unir carácter con la carcajada es una combinación explosiva y difícil de resistir.
Eso se refleja en la pequeña cita escogida que introduce cada uno de los capítulos. A veces, Udaberri y él eligen a clásicos del humor como Groucho Marx, otras, emplean al Mowgli de Kippling para explicar cómo la selva del pasto se incrustó en el protagonista. La brevedad de los mismos ayuda a agilizar un librito de lectura amena, perfecto para pequeños trayectos o tener en la cabecera de la cama, sin más pretensiones que ayudar a comprender una serie de vivencias de un deportista y músico en una época donde la fama lo desorbita todo.
No todo el mundo puede presumir de haber parado un penalti por la cara (o, mejor dicho, la nariz) en un escenario de la talla del Santiago Bernabéu. Aquello ocurrió en los años donde lo dirigía su admirado maestro Luis Aragonés (a quien dedica emotivos pasajes, solamente comparables a los que brinda a Marcelo Bielsa y Timoteo Griguol), con quien convivió en Palma de Mallorca y esa ribera del Calderón que lo adoptó para siempre, hasta el punto de que los geniales publicistas colchoneros utilizaron su rostro de apache para un memorable spot que festejaba el regreso de los rojiblancos a la primera división española.
"Chilavert se comió a muchos, pero conmigo no pudo", recordará en esta biografía donde hay tiempo para hablar de las derrotas. Hace referencia allí al mítico golazo que el portero paraguayo le coló de área a área. Un momento de gloria para uno y terrible para la víctima, inmortalizado en multitud de programas de zapping. Sin embargo, ese instante resultaría su fuente de inspiración para su etapa dorada en River. Victoria, derrota y empate. Hay que pasar por las tres fases y tratar de no ser demasiado boludo en cada una de ellas.
En definitiva, un rico mosaico de anécdotas como suelen saber contar con labia los argentinos para estas lides, rindiéndose tributo a maestros como su admirado Joaquín Sabina. Se nota en ello la buena mano y la prosa de Udaberri, vencedora del IX Premio de Novela Francisco Umbral, entre otras exitosas incursiones de esta autora en el campo literario. Su presencia le da pausa a las tentaciones apresuradas de Burgos, quien, como su admirado Higuita, siempre está deseoso de salir debajo de los tres palos.
Vivencias. Muchas vivencias, algunas en el Monumental con príncipes como Enzo Francescoli. No menos historias dentro de historias en campos de arena donde te raspas las rodillas que son el verdadero vehículo que te llama a jugar con la selección absoluta de tu país. Instantes también para rendir pleitesía a sus ídolos, especialmente al dorsal 10 de la celeste y blanca, ese dios mortal que engorda, adelgaza y fuma habanos. Piropos que Maradona ha correspondido al afirmar que, sin restar méritos a Diego Pablo como entrenador, no se puede olvidar que tiene un "fenómeno" al lado como el antiguo guardameta de River.
En estos tiempos que corren, empieza a surgir la necesidad de una re-edición ampliada o, mejor aún, un nuevo libro que recorra esos años mágicos que han vuelto a poner a los indios rojiblancos del Manzanares en el ojo del huracán. Uno donde se hable de cómo el Mono se unió al Profe y al Cholo para formar un triunvirato albiceleste tan heterodoxo como eficaz.
Del vial del Ferro Carril Oeste, duelos en OK Corral en la mesa de operaciones y micrófono en mano para cantar a su manera. Un capo que muchos entrenadores de postín quisieran tener el lujo de tener como segundo. Insoportablemente él, estos arqueros siempre han tenido un poco de loco... y mucho de genios.
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
http://pasionmonumental.com/riverplate/2012/04/16/%C2%A1feliz-cumpleanos-mono-burgos/
http://guardianesdelinfierno.blogspot.com.es/2013/07/a-ritmo-de-rock-german-burgos.html
ENLACES DE INTERÉS:
http://guardianesdelinfierno.blogspot.com.es/2013/07/a-ritmo-de-rock-german-burgos.html
https://www.youtube.com/watch?v=ElY9lFa9_N8
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