domingo, 29 de marzo de 2020

COLORÍN COLORADO (PARTE II DE II)


(Des) encanto parece, en muchas ocasiones, un enigma. Kayla Cobb escribía al poco de analizar su segunda temporada que todavía no se sabe qué serie quiere ser exactamente... pero que verla decidirse en sí es una pequeña maravilla. Tras una primera temporada que se movió en esa atractiva falta de definición (Parte I Colorín Colorado), la segunda entrega sobre las desventuras de Bean, una atípica princesa de cuento en Utopía, parece estar todavía pensándoselo. 



El problema de partida sigue siendo el peso del nombre: Matt Groening. El fenómeno sin precedentes que supuso cierta familia amarilla décadas atrás llevó a unas expectativas tan altas en la comunidad usuaria de Netflix que solamente podían desembocar en decepción. Además, es olvidar que, idea original al margen, la grandeza de los Simpson en sus revolucionarias primeras nueve temporadas fue el fruto colectivo de una generación de guionistas privilegiada que no ha vuelto a repetirse. Dicho lo cual, las intuiciones de Groening no son algo que podamos tomar a la ligera, puesto que Futurama fueron palabras mayores en su género. 



Esta secuela parece un barco cuyo viaje es interesante, pero no tiene claras las rutas. Prometía mucho la relación que iba a fijar Bean con la recientemente devuelta a la vida reina Dagmar, pero pronto se toman unos derroteros que llevan a pensar que el suspense podría haberse alargado bastante más. Nuevamente, la sagaz percepción norteamericana de que la comedia situación debe rondar siempre la media hora, ayuda a que los capítulos sean ligeros y vayan enganchando. 


El segundo arco principal del asunto es un viaje pseudo-místico de Bean y Luci en aras de resolver uno de los grandes cabos inconclusos de la primera temporada: el aciago destino de Elfo. Claramente, un personaje tan rico como ese no podía ser desperdiciado por los guionistas tan a la ligera. Con cierto aroma a Dante habrá un descenso incluso a los infiernos. 



Luego se dan subtramas que ayudan a pensar en esa crítica de un eclecticismo que no siempre encaja. Una de las que mejor funciona es la del rey Zog, obligado a quedarse en un reino de piedra y que tendrá que improvisar nuevas relaciones personales y sentimentales, incluyendo una historia de osos bien curiosa. 



¿Cuál es la fórmula? Pese a su originalidad heterodoxa, no tenemos problema en conocer, más o menos, los principales rasgos de un episodio estándar de Rick y Morty. (Des) encanto no halla todavía ese denominador común que le permita alcanzar voz propia, si bien por el camino deja algunas secuencias y escenarios de los más atractivos. 

  
Se supone que todo obedece a un plan mayor, una novela-río que debería encajar perfectamente cuando estemos en una cuarta temporada, imaginamos que cada pieza de la tetrarquía con diez capítulos por entrega estará diseñado. Y hay resquicios de eso, en el acelerón del nove episodio se ve que hay cabezas pensantes que saben dar giros argumentales de altura. 



¿Qué puede esperarse de la futura tercera parte? Un gran riesgo empieza a ser la capacidad (Des)encanto de dejarse lo mejor para el final, logrando un "continuará" de manual, pero que siempre suele mantener enganchada a la audiencia. El problema es que en los nueve capítulos anteriores no se aderecen bien los ingredientes suficientes para mantener la mecha en un mercado de las series televisivas convertido en el Far West. 



¿Sigue poseyendo interés? Sin duda. ¿Ha acortado distancias con Futurama o incluso Los Simpson? Probablemente, se hayan agrandado hasta que este relato fantástico encuentre su voz propia y sin miedo. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://lanetaneta.com/el-final-de-la-temporada-2-de-desencanto-se-presagio-desde-el-principio/



https://decider.com/2019/09/20/disenchantment-season-2-review/



https://www.dailydot.com/upstream/netflix-disenchantment-season-2-review/

domingo, 22 de marzo de 2020

EL SAMURÁI OSCURO (PARTE II DE V)


Los ingredientes ya estaban en la cocina. El primer arco de Kieron Gillen y Salvador Larroca (reseña) colocaba con esmero sus piezas en un tablero destinado a atraer a las legiones de fans de Star Wars. Siempre se había pensado que Lord Vader había cambiado mucho entre los episodios IV y V de la trilogía original de George Lucas. Podía intuirse el por qué, aunque faltaba el proceso que llevó a una fría máquina de matar del Imperio a convertirse en alguien con planes propios y que incluso aspiraba a arrebatar el trono a su manipulador maestro. 



Con una visita a Tatooine, a partir del número de 7 de la colección podíamos comprender que su guionista no jugaba a los dados con el universo. Cada elemento de la trama es necesario. Aphra, una especie de Indiana Jones sin moral, se convertía en la secundaria de lujo perfecta para los bizantinos planes de su forzado jefe, en un duelo de inteligencias y tenso contacto. Acompañada por las dos versiones gore de los androides más queridos de la galaxia, la buena doctora garantizaba evitar quemar el carisma del Sith más peligroso de todos los tiempos, además de dar una pausa de comedia negra ideal para las viñetas.



Sabiamente, esos avances serían puestos en peligro por un antagonista de altura. Thanoth, una especie de supervisor de las actividades del protagonista, escondía mucho carisma conforme avanzaban las páginas. Con aspecto apacible y gesto de Colombo despistado, este simple humano era capaz con su sentido común y deducción de ser más peligroso para Vader que una decena de Jedis. Entre ellos, pronto surgiría un juego del gato y el ratón no exento de admiración mutua. 


Con esos duelos de voluntades como telón de fondo, avanza una aventura donde los cazarrecompensas son movilizados en masa y las bases rebeldes que son descubiertas quedan sometidas a feroces asedios. Con todo, Alejandro Magno ya advertía que había guerras de ratones y otras de hombres, por lo que la megalomanía de Vader le hace ver muchas de estas operaciones como meras interrupciones a sus verdaderas ambiciones. 



Por su parte, Palpatine, en su usual darwinismo capitalista para sus aprendices, irá planteando nuevas candidaturas para el puesto de lugarteniente. Gillen apuesta por poner el foco en el general Karbin, quien inicia indagaciones perspicaces sobre el afortunado y desconocido piloto que fue capaz de mandar a la Estrella de la Muerte fuera de órbita. 



El dibujo de Larroca vuelve a estar en un nivel superlativo, mostrándose la enorme pericia de este artista. De igual forma, hay portadas más que notables a cargo de gente como Adi Granov o Edgar Delgado, junto con el propio autor valenciano que en aquellos momentos se encontraba en verdadero estado de gracia, brindando un antihéroe carismático y complejo en cada uno de sus movimientos. 


Tampoco hay un exceso de querer descubrir la pólvora. El tándem creativo es perfectamente consciente de que hay muchas cosas de la mitología Star Wars que funcionan casi sin querer. Aunque tiene rango propio, Aphra cumple en la saga una función muy similar a la canallesca de Han Solo en el estreno de la franquicia. Y nadie acompañaba mejor al busca-fortunas que cierto wookiee. Black Krrsantan se convertirá en otro reverso tenebroso y de humor negro para que la sagaz doctora disponga de un equipo de trabajo a su altura.  



Lejos de ser herética, esta versión apócrifa de Darth Vader enriquece y complementa mucho, incluso respondiendo a algunos interrogantes que dejaba la filmografía, puesto que el metraje de una cinta, por alargado que sea, no puede atender a todas las variables de una ficción con tantas subtramas. ¿No parecía, en ocasiones, que el Imperio se centraba en un puñado de revolucionarios cuando eso era un movimiento a gran escala? ¿Y qué ocurría en los rincones más remotos de sus posesiones? 



Con la tranquilidad de saber que cuentan con inicio, nudo y desenlace, Gillen y Larroca se disponen a dejar más claras que nunca las motivaciones de lo que quedaba de Anakin Skywalker para su último gran hurra. Y estaremos expectantes de seguir tirando del hilo dentro de unas semanas. 



BIBLIOGRAFÍA:



- GILLEN, K. y LARROCA, S., Star Wars: Darth Vader, Planeta Cómic, Barcelona, 2017, vol. 2. Recopila los cómics 7-12 de la colección. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.amazon.es/Star-Wars-Darth-Vader-recopilatorio/dp/8416767939



https://www.marvel.com/comics/issue/51677/darth_vader_2015_9



https://starwars.fandom.com/wiki/Darth_Vader_10

domingo, 15 de marzo de 2020

BIOGRAFÍA, EL ARMA DE DOBLE FILO


La biografía es un arma de doble filo. La persona historiadora que se aproxima corre el riesgo de fallar por falta de empatía o dejarse seducir por la personalidad analizada. Alejandro Magno fue capaz de arrastrar a muchos seguidores desde su Macedonia natal hasta los confines del mundo conocido. Su influjo llega hasta nuestro día. Excelsas cronistas como Mary Renault no dejan de mostrar una sincera admiración por el hijo de Filipo II y Olimpia de Epiro, dos figuras colosales, geniales y egoístas que tiraron de los dos extremos de su retoño hasta el punto de que el chico llegó a valorar el papel de la amistad por encima de todas las cosas. Robin Lane Fox, conocedor del Mundo Clásico de olfato fino, sigue sosteniendo hoy en día uno de los mejores análisis de aquel a quien, con toda justicia, el escritor alemán Gisbert Haefs calificó como "el señor de las diez mil almas". 



Un sello de distinción de esta fina pluma de Oxford sería su capacidad de conocer las fuentes al milímetro y luego cuestionarlas de forma detectivesca. Fox reconstruye todo y luego, con fina ironía que no debería ser incompatible con trabajos de alto nivel académico, va desmenuzando por qué apuesta por unas versiones sobre otras. Intuye el pragmatismo astuto de Ptolomeo al recordar a su general, también la devoción protectora del veterano Aristóbulo y llega hasta la laudatoria crónica de Calístenes, el sobrino de Aritóteles, su cronista más hiperbólico... y que terminó ejecutado en un episodio extraño bautizado como "la conjura de los pajes". 



Alejandro Magno: Conquistador del mundo es una carta de amor a una época. No solamente a las fuentes históricas, asimismo a la geografía, un minucioso caminar por los grandes escenarios de la vida del protagonista para determinar qué emociones debieron experimentar sus tropas cuando recorrían el Camino Real que iba desde Sardes a Susa o la casi inexplorada India con el retumbar de los elefantes. Memnón de Rodas, el más formidable estratega que se midió al macedonio, entregaba mapas en una cara de sus monedas a sus mercenarios para que conocieran bien el terreno de Asia Menor. 


A pesar de lo denso de la obra, su lectura es una delicia por su tono pausado y reflexivo. Analiza con la misma rigurosidad los movimientos de los carros persas en Gaugamela que los muchos significados que poseía el ritual de la proskynesis, arma arrojadiza en las siguientes generaciones para acusar a Alejandro de tiranía y enemigo de la libertad. Con todo, él tuvo bastante menos racismo con la cultura persa que cualquiera de sus coetáneos, con la única excepción de Hefestión, amante y amigo, cuya trágica y evitable muerte le sumió en una profunda depresión. 



En resumen, un trabajo mayúsculo que permite ir casi paso por paso en todo lo que permite una fase histórica tan remota. Si, en ocasiones, nos cuesta saber qué pensaban realmente Napoleón o Madame de Stäel, cómo no se complicará la hercúlea tarea hablando de una figura que, en muchísimos casos, tuvo obras sobre su vida redactadas siglos después que muriera, pasadas incluso a la escala de valores de la antigua Roma, bien alejadas de los códigos de un tipo que dormía con la Ilíada debajo de su almohada y creía los relatos de su madre sobre su parentesco con Aquiles. 



Un código de honor que siempre hemos asumido, si bien no encaja con las purgas tras su ascenso al trono o los siniestros episodios ocurridos cuando ya era dueño de Persia. Las ejecuciones de Filotas, Parmenión, Clito El Negro y otros miembros de su círculo cercano siempre serán motivo de revisionismo. Fox no oculta en esos pasajes sus simpatías, y es que el poderoso aura de Alejandro como "musa de la Historia" hace para la intelectualidad ponerse de su lado con mucha más facilidad que unos veteranos leales que fueron a una cruzada y luego no podían comprender que su primer inter pares vistiese ropas persas y hablase de vengar a su Némesis, el Gran Rey Darío III. 


Lo mismo ocurre con la absurda comparación que siempre se estableció entre él y su padre. Fue un choque generacional tan evidente y pueril como suelen serlo las disputas de dicha índole. Lane Fox argumenta, con datos más que objetivos, que en apenas cinco años Alejandro llevó al ejército de Macedonia y sus aliados griegos a cotas ni siquiera soñadas antes. Una verdad tan cierta como el hecho de que él había llegado a un trono con una maquinaria de guerra casi imbatible que él incluso mejoró con su genio, cuando Filipo II (con consejeros de la talla de Antípatro o Parmenión) tuvo que crear un reino de la nada y absolutamente rodeado en cada frontera.



Su fascinación y capacidad de generar moda fue casi al instante de su muerte en Babilonia, otro capítulo diseccionado con bisturí de cirujano por este magnífico historiador. Los Sucesores querían parecerse a él hasta el más mínimo gesto, incluso disputándose donde sepultar su cadáver. Aunque eran personas hábiles y de gran inteligencia, debieron asumir que era imposible igualar al mito, incluso en sus errores.  



Una lectura extensa, no fácil, pero en la que si se entra, como en los misterios de Samotracia, será imposible salir. Narrada de una forma exquisita. 



BIBLIOGRAFÍA:



- LANE FOX, R., Alejandro Magno: Conquistador del mundo, Acantilado, Barcelona, 2007. Traductora: Maite Solana. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://articulo.mercadolibre.com.uy/MLU-467654181-alejandro-magno-robin-lane-fox-acantilado-_JM



https://www.microsoft.com/en-ie/p/alexander/8d6kgwzl61gt?activetab=pivot%3aoverviewtab



https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/alejandro_magno.htm

domingo, 8 de marzo de 2020

PECADO EN LA SEDE DEL MAAT


Lo que esconde Silver Lake (2018) no es una película agradable. Su atmósfera, estilo y puesta en escena casi dan una sensación pringosa. No obstante, si se aceptan las reglas del juego propuesto por David Robert Mitchell, la experiencia merece mucho la pena. Hay cintas que van asociadas a una ciudad, esta experiencia atípica irá siempre ligada a Los Ángeles, una urbe con mucho ocio, autopistas casi vacías y la sensación de un eterno verano, un ocio excesivo que amenaza con engullir a Sam, un joven protagonista sin excesivos estímulos en su vida cotidiana. 



Andrew Garfield lo encarna con solvencia y no debe haberle resultado fácil. Con hechuras y facilidad para roles de galán, aquí da voz a una especie muy particular: un freak, pero no en el sentido entrañable que pudiera darle uno de los personajes de The Big Bang Theory. No se trata de tener una afición fuerte a cómic, cinematografía o hacia cualquier otro tema: Adam es raro y nos recuerda que de esa palabra se abusa en exceso. No obstante, se trata de un protagonista más próximo al James Stewart de La ventana indiscreta (1954) o Vértigo (1958) que al ejemplar profesor de La soga (1948). 



Su universo es inquietante y nunca sabemos exactamente qué es lo que ronda por la cabeza. Un encuentro con una atractiva vecina (Riley Keough) le lleva a observar con muchas dudas la repentina desaparición de la chica. Claro que las apariencias engañan y, muchas veces, vamos a plantearnos si la visión de este narrador está próxima realmente a la realidad. Con todo, en la hipérbole y lo onírico, no es baladí decir que Mitchell ha trasladado el mito de Orfeo a Hollywood. El descenso a los infiernos en búsqueda de la persona amada.


Hay un espectro poderoso que sobrevuela todo el metraje: Mulholland Drive (2001), una película experta en levantar sensaciones de amor-odio y nunca indiferencia (LA Dreams). A título muy personal y subjetivo, me parece que esta odisea surrealista en Silver Lake no alcanza la majestuosidad de esa ópera prima de David Lynch con Naomi Watts como insuperable musa, pero sí que que es una pieza de sumo interés y que estaría muy por encima de la media.



Las conspiraciones y obsesiones sobrevuelan durante más de dos horas. En ocasiones, con un punto de seriedad y profundidad que sobrecoge. La reflexión sobre la música y bandas sonoras que presiden nuestra vida (la rebeldía adolescente, el romance, la madurez, etc.) arroja casi un escalofrío y tiene un componente metaficcional de altura. De igual forma, esas pesquisas también se reducen al absurdo, a través incluso de cajas de cereales y confirmando que, como decía Julio César, "Los hombres creen de buena gana en lo que les conviene". Adam hace todo lo posible por cuadrar sus descabelladas hipótesis y nada en la lógica le impedirá lograr ese objetivo.



De igual forma, hay un componente de simbolismo como el Rey Amarillo, una búsqueda del origen del bien y del mal. Con homenaje incluido a Rebelde sin causa (1955), hay un recorrido por el universo de los mendigos y vagabundos en los Estados Unidos, incluyendo sus códigos y advertencias sobre los distintos hogares.


En el antiguo Egipto, la familia del faraón y los nobles más poderosos se sepultaban con sus riquezas materiales, incluyendo esclavos a quienes daba tratamiento de cosas. Pese a haber sido dioses en las tierras del Nilo, la muerte y juicio del Maat les perturbaba, necesitaban pensar que pasarían la prueba de la balanza para seguir gozando de sus privilegios más allá de los designios de Osiris. Miles de años después, las élites acaudaladas siguen sintiendo ese impulso, algo que el film de Mitchell capta a la perfección.



Durante el metraje, se nos sumerge en caminos repletos de cultura pop, desde el séptimo arte a la saga de videojuegos Zelda. Un eclecticismo tan raro que lleva a momentos excéntricos, si bien, de alguna forma extraña, como habría dicho Woody Allen: whatever works. Lo que esconde Silver Lake tal vez vaya sobre un desquiciado asesino de perros o no, pero sin duda tiene la capacidad de perdurar en nuestra memoria.



Una nueva ventana indiscreta para satisfacer la curiosidad de la mujer de Lot. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20181227/presentacion-estreno-lo-que-esconde-silver-lake-david-robert-mitchell-7220675



https://www.filmaffinity.com/es/movieimage.php?imageId=807029296



https://cinemaforumblog.com/under-the-silver-lake/

domingo, 1 de marzo de 2020

HIPÉRBOLE AJENA (VERGÜENZA, TERCERA TEMPORADA)


Es un programa que es consciente de poseer una baza tremenda. Desde el principio (crítica primera temporada), Vergüenza sabe que tiene dos intérpretes en estado de gracia: Malena Alterio y Javier Gutiérrez. Dotada de un tempo bárbaro para la comedia, es una pareja ganadora que haría funcionar prácticamente cualquier escena por hiperbólica que resulte. Eso es relevante, puesto que tras una secuela que logró que la empatía por Jesús y Nuria creciese (segunda temporada), su tercera parte lleva a un vaivén exagerado desde el minuto uno. 



Cavestany y Armero cargan las tintas, especialmente con Jesús, para llevar a unas situaciones que provoquen la completa estupefacción de la audiencia. Eso tiene la lógica ventaja de que permite evitar el espectro de la repetición o situaciones ya vividas. Sin embargo, se paga también el peaje de que se pierde bastante del aroma cotidiano que convertía a este matrimonio de clase media en una joyita televisiva que tenía un punto muy real. 



Un acceso repentino a una fama viral de internet hará perder los pies en el suelo a Jesús, quien cada capítulo confirma que, de todas maneras, precisa de muy poco para volverse loco. Amparado en el tremendo talento de Gutiérrez, es un personaje muy de quiebre que puede llegar a moverse por unos parámetros inverosímiles.


Lo cual no resta que siga resultando adictiva y repleta de actuaciones meritorias. En primer lugar, merced a un metraje muy idóneo. Hace ya tiempo que varias plataformas se han dado cuenta de que algunas de las comedias españolas, incluso las más brillantes, se beneficiarían si tomasen prestada a estructura de las comedias-situación norteamericanas, casi siempre más breves, algo que a este género le viene como anillo al dedo. 



Dentro del segundo ámbito, hay verdaderos lujos como tener a Miguel Rellán, uno de esos intérpretes que convierten en injusto el manido término de actor secundario. Se trata de una delicia de artista, capaz de convertir en gracioso o dramático cualquier frase a su antojo, alguien con muchísimas tablas y que maneja al personaje del padre de Nuria con una facilidad pasmosa. 



En una narración que parece ser una versión noir de Modern Family, un añadido bien curioso de esta tercera parte es la forma de reconstruir los hechos y las dudas que genera, quedando patente que quizás uno de los protagonistas no estará al final de la misma. Se trata de un hilo conductor potente y que casi obliga a ir pasando de capítulo en capítulo.


Los dados están en el aire y las cartas marcadas para una partida donde las miserias cotidianas, desde el mal aliento a los celos cuñados entre padres del cole, todo pasa por un bisturí inmisericorde. De la misma forma, se intuye un mayor deseo de apariciones con carácter de famoseo y guiños a personajes de la actualidad, siendo esto un arma de doble filo por la caducidad que puedan poseer dichas referencias.



Algunas soluciones se muestran afortunadas. Por ejemplo, emplear una especie de realismo mágico para que Nuria pueda seguir teniendo conversaciones con su difunta madre, una excusa perfecta para seguir disfrutando de una actriz de la talla de Lola Casamayor, un lujo del que no podía privarse Vergüenza.



Naturalmente, la sensación de incomodidad ajena no habrá desaparecido cuando baje el telón, quedando todo fijado para una cuarta entrega. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.elperiodico.com/es/series/20200213/tercera-temporada-serie-verguenza-bochorno-nacional-7847591



https://www.fotogramas.es/series-tv-noticias/a29991532/verguenza-tercera-temporada-sinopsis-fecha-estreno/



https://www.fotogramas.es/series-tv-noticias/a29991532/verguenza-tercera-temporada-sinopsis-fecha-estreno/