Han vuelto. Dos cómics rompedores y violentos, una pre-cuela y un par adaptaciones cinematográficas de calidad desigual no eran suficientes para la popular saga Kick-Ass, la cual, parece ser, alcanza su clímax en esta tercera parte. Desde hace años, la asociación del talentoso y deslenguado Mark Millar con John Romita Junior (más que digno heredero de una de las estirpes más excelsas a los lápices de las viñetas norteamericanas) ha lanzado su último hurra, el tributo merecido a Hit Girl y Lizewski.
El tomo con la saga completa es una de las tentaciones más apetecibles para una generación de lectores que han seguido las andanzas de esos muchachos y muchachas que dieron un paso que iba más allá de la afición y la cultura freak, lanzándose a la mayor aventura de todas, el salto a la realidad del mundo súper-heroico. Mucho corazón. Pero, como decía el personaje de Clint Eastwood en Million dollar baby, un boxeador que solamente tenga mucho corazón, solamente puede aspirar a llevarse una gran paliza. Y las calles de esta franquicia están plagadas de golpes, tortazos y reveses, visitas al hospital y grescas muy específicas.
De cualquier modo, la fórmula resulta menos sorprendente en esta ocasión. Desde el original prólogo del primer número, Kick Ass resulta una narración sorprendente, donde muchas cosas impactaron con la novedad de la primera vez. Sea como fuere, incluso el realismo del trazo de Romita repercute menos en la retira del público, y es que uno ya sabe las salvajadas y gamberradas que vienen reservada cuando el atípico equipo de Dave y Mindy (la cual comienza esta tercera parte en presidio) se junta.
Una Hit-Girl que, indudablemente, ha sido uno de los grandes hallazgos de esta colección, un personaje redondo y repleto de un carisma que se ha notado en la predilección que Millar le muestra. Ya en la pre-cuela, aunque puede ser un error de percepción mío, ya se observa en el spin-off o pre-cuela que ella misma protagonizó, se empieza a ir notando que Mindy ha ido monopolizando buena parte de los momentos más épicos y divertidos de la franquicia. Esto ha dejado escenas memorables (resulta muy divertido ver a una pequeñaja intimidando a la altura de un Chuck Norris a bandas criminales organizadas o antiguos guardaespaldas de Valdímir Putin), pero también el peaje de que resulta impensable que ninguna criatura del universo comiquero (desde Hulk a Galactus, pasando por Superman) pudiera con Hit-Girl.
Esto hace que buena parte del duelo contra el nuevo hombre fuerte del clan Genovese se centre en una de las máquinas de matar más perfectas que han existido nunca en Marvel, un Deus ex machina que puede arramblarlo todo a su paso. En este sentido, la terrenalidad y la tragicomedia que llevan las andanzas de Dave y su heterogéneo (por ser finos) nuevo grupo de héroes callejeros para rescatar a Mindy, tienen un aire de verosimilitud y ácida deformación de la realidad que provoca una mayor empatía.
Y es que el arco de Dave va llevando a un crecimiento(mezclada con inmadurez) que lo hace, como en las anteriores entregas, insertando a un personaje tan interesante como Valerie. ¿Qué le pasa a los paladines enmascarados cuando se encuentran con su primera novia formal, con la que además se funciona muy bien bajo las sábanas? ¿Quién su sano juicio iba a mantener el interés a seguir saliendo en noches frías a pelearse con macarras que quieren hacerse un collar con sus dientes?
Pudiendo estar errado, creo que nos hallamos ante la aventura que satisface las pretensiones de los incondicionales, pero no va a atraer nuevos adeptos a sus viñetas. Vuelven a producirse algunos de los trucos de los anteriores tomos, la llegada de un nuevo mafioso que quiere acabar con esos freaks encapuchados que se meten en su negocio, el ambiguo rol del antiguo Red Mist, etc. Eso y, claro, el espectro de Big Daddy y otros de los personajes desaparecidos en previas entregas.
Es como si hace algunos años se hubiera lanzado una flecha a gran velocidad y corrosiva sátira en su punta, la cual, curiosamente, no impide que tras la parodia haya toda una declaración de cariño y amor al mundo de los cómics (algo que honra de Miller y Romita); hiperbólica, exagerada y única en su especie, Kick-Ass ha sido una fórmula de las más curiosas de los últimos años en este mundillo.
Un tobogán de emociones, una deslenguada montaña rusa, sin censuras ni corta-pisas, el relato de Dave y Mindy, con un guiño fantástico para terminar. El más gamberro de todos los cómics. El más cómic de todas las gamberradas.
IMÁGENES:
http://marvel.wikia.com/Kick-Ass_3_Vol_1_7
http://www.taringa.net/post/noticias/16717159/Primer-vistazo-a-Kick-Ass-3-1.html
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