domingo, 28 de junio de 2020

EL PLACER



¿Cuánto hemos cambiado con respecto a generaciones anteriores en materia de un sábado por la noche? La primera respuesta que vendría a la mente sería una rotunda sensación de no tener nada que ver con aquellas cosas que harían, si es que somos capaces de imaginarles en un contexto lúdico, nuestros tatarabuelos en su día de asueto. No obstante, Max Ophüls, un cineasta que tiene un sello tan marcado que basta el opening de cualquier cinta suya para saber que solamente podría haberla dirigido él, estima que lo escrito por el gran Guy de Maupassant se aplicaría sin ninguna dificultad en futuras sociedades. 



El placer (1952) fue uno de los grandes hitos cinematográficos en Francia tras salir de la terrible experiencia de la II Guerra Mundial. Así lo reconocían figuras como Jean-Luc Godard. Su estructura narrativa se compone de tres relatos. El primero de ellos de carácter sumamente breve, bajo el sugerente título de "La máscara". Un entremés cuya condición no impide un esfuerzo técnico enorme, donde se pone de manifiesto tanto la pericia técnica con la cámara como un gusto exquisito por los grandes referentes pictóricos del arte galo. 



Contada con bastante más humor negro del que parece, esta obertura nos marca el tono para el resto del metraje. Es la antesala perfecta para ir al verdadero corazón de la cinta, "La casa Tellier", un momento que nos va a permitir hacer un pequeño alto en el bullicioso París para visitar los agradables encantos de una pequeña comunidad rural en un día tan especial como la primera comunión de la infancia de lugar. Claro que aquí la ceremonia va a tener unas invitadas muy especiales.


Madeleine Renaud da vida y carisma a Julia Tellier, una madame parisina cuyo establecimiento deja desolada a su clientela en pleno fin de semana. Ophüls aprovecha esas quejas para despertar nuestro interés en qué motivos hay detrás del cierre temporal. Y es que Tellier lleva a sus pupilas a casa de su hermano, caracterizado por otro fenomenal intérprete, Jean Gabin. Las damas provocaran una verdadera conmoción en el lugar por su mera presencia.



Maupassant es un influjo tan relevante que el cineasta no se priva de emplear la narración en off para que podamos disfrutar de su narración privilegiada a través de los ojos de la inocencia. Es una técnica que veremos también para El Chavo del 8, usar una infinita ternura para describir situaciones sociales de sumo desequilibrio o sencillamente crueles. Hay escenas en ese hogar con las chicas ayudando a la niña con su vestido que tienen magia en celuloide, en una alquimia extraña y fascinante.



También puede ser terrible. El personaje de Gabin es carismático y cuesta poco encariñarse con él. Le veremos asimismo hacer cosas muy censurables, bajo el pretexto (qué socorrido ha sido a lo largo de la Historia) del alcohol. Hay desilusión al final de ese día con respecto al género humano, si bien luego todo vuelve a una aparente normalidad. Este relato, el más largo de los tres, resulta sumamente sobresaliente en sus relecturas.


La frutilla del postre es un tanto agridulce. Siempre se ha elogiado, con razón, cómo Orson Welles diseccionó el auge y la caída de un matrimonio en un par de escenas en Ciudadano Kane (1941), si bien Ophüls no le va a la zaga en "La modelo", el turbulento romance entre una musa y un joven pintor.



Jean Servais da vida al amigo del artista, quien nos hace las veces de narrador. Un aspecto muy interesante es que no resulta fácil tenerle simpatía, algo normal en un relato que desprende cierta misoginia y desazón sentimental. Hay una palpable toxicidad en las diferentes relaciones humanas que llevan este cierre profundamente normando.



Sensualidad y tristeza. Un triunvirato de historias que nos recuerdan lo joven que sigue siendo Maupassant y lo poquito que hemos cambiado, por mucho que ajustemos la máscara. 



ENLACES DE INTERÉS:



¡Qué grande es el cine! (El Placer, parte 1) [Propiedad del vídeo: Leandro Sierra García] [Consultado el 23/06/2020] 



¡Qué grande es el cine! (El Placer, parte 2) [Propiedad del vídeo: Leandro Sierra García] [Consultado el 23/06/2020]



¡Qué grande es el cine! (El placer, parte 3) [Propiedad del vídeo: Leandro Sierra García] [Consultado el 24/06/2020] 



¡Qué grande es el cine! (El placer, parte 5) [Propiedad del vídeo: Leandro Sierra García] [Consultado el 28/06/2020]



¡Qué grande es el cine! (El placer, parte 6) [Propiedad del vídeo: Leandro Sierra García] [Consultado el 28/06/2020]



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



http://www.mubis.es/noticias/todos-los-detalles-del-blu-ray-de-el-placer [Propiedad de la fotografía: Mubis] [Consultada el 22/06/2020]



-http://johannes-esculpiendoeltiempo.blogspot.com/2010/10/el-placer-le-plaisir-1952-de-max-ophuls.html [Propiedad de la fotografía: Blog "Esculpiendo el tiempo"] [Consultado el 23/06/2020]



http://www.mubis.es/noticias/anuncio-oficial-de-el-placer-en-blu-ray [Propiedad de la fotografía: Mubis] [Consultada el 24/06/2020]

domingo, 21 de junio de 2020

BOJACK HORSEMAN ES SECRETARIAT (BOJACK, PARTE III DE VI)


Dispuesta a experimentar. La tercera temporada de BoJack tiene ya a un personaje que ha pasado por muchas vicisitudes. Tras aceptar que escriban su biografía (Temporada 1) y hacer una salida poco ordenada de LA (Temporada 2), el caballo que protagonizó una serie muy popular en la década de los noventa afrontará nuevos retos de la mano del equipo de Raphael Bob-Waksberg. Indudablemente, la serie intenta no caer en el conformismo y trata de explorarse a sí misma. 



Aquí hay que hacer referencia al reverenciado "Fish Out of Water". Mike Hollingsworth dirige este capítulo mudo en una ciudad sumergida donde el protagonista es incapaz de hacerse entender. A nivel artístico es realmente interesante, además de contener una curiosa metáfora de su relación con el personaje de su antigua directora, una de las personas a las que falló cuando depositó su confianza en él (y el bueno del equino no tiene una lista escueta en ese sentido). 



Sin ánimo de querer levantar polémicas, admito que, a título personal, sin negar la premisa, se me hacen más atractivos otros episodios de molde más clásico. Eso no quiere decir que pueda subestimarse el importante estilo que tiene este programa. Como bien me señaló un amigo, dibujante profesional, no se contentan con que los animales antropomorfos hagan alusión a su verdadera naturaleza, tienen lecturas más profundas Princess Carolyn es una gata sobre un tejado de zinc, mientras que Peanutbutter es un perro en su propia personalidad: una compañía muy agradable y fiel, aunque también dependiente y temeroso de la soledad en el hogar de su recientemente formado matrimonio.


Hay nuevas y furibundas incursiones como la de Ana Spanikopita, efectiva y despiadada manager que va a empezar con BoJack la difícil carrera para triunfar entre los nominados a mejor actor. Angela Bassett da mucha fuerza y presencia a un personaje con aristas y que permitirá trazar las bases de un mundo donde, quizás, lo menos importante sea quién ha actuado mejor. Todo es cuestión de promociones y saber estar en la pomada del star-system



Hay incluso guiños a un concepto manejado por películas como Simone (2005), aunque una inevitable es a muchas de las reflexiones que hizo Woody Allen sobre la fama en el séptimo arte a través de Stardust Memories (1980). La conducta y los vaivenes emocionales por los que pasa la cabeza del equino están tratados con más agudeza y sensibilidad que otros intentos de imagen real más sobrecargados. 



En la mejor estela de Los Simpson en sus años dorados, la estética del dibujo animado permite reflexionar con agudeza sobre temas de rabiosa actualidad. Un ejemplo lo hallamos en "Brrap Brrap Pew Pew", donde un error de Diane con el móvil lleva a una estrella del pop a la que administra en sus redes sociales al ojo del huracán. En cuestión de segundos, todo el universo tendrá una radical y absolutamente desinformada percepción del incidente.


La comedias de situación de finales del pasado siglo nos acostumbraron a verlo todo con los ojos del protagonista. En ningún momento se planteaba que hiciera cosas realmente incorrectas, al menos a propósito; la audiencia compartía sus filias y fobias. No obstante, en BoJack se aprecia que es mucho más fácil desear que las cosas le salgan bien a Princes Carolyn, un personaje que siempre despierta empatía, que con el propio personaje principal.



Esto llega a su máxima expresión con "That´s Too Much, Man!", un capítulo realmente rompedor y dirigido con mano maestra por J. C. Gonzalez. Elijah Aron, Jordan Young y el propio Waksberg firman un argumento poderoso y oscuro, con una narrativa experimental, pero que tiene bastante coherencia cuando se analiza con detalle. Sobre todo es una mirada a la relación que han mantenido Sarah Lynn (Kristen Schaal) y su antiguo compañero de reparto en Horsin`Around.



Con todos estos ingredientes, cuesta pensar que pueda hacerse una temporada que iguale en emotividad a esta búsqueda del galardón por Secretariat. Sin embargo, gracia a cierta relación materno-filial, como veremos dentro de unas semanas, esto se alcanzará en una de las cumbres del show. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://nabilnet.net/collections/animation/products/bojack-horseman-season-3-2017 [Propiedad de la fotografía: Nabilnet] [Consultada el 15/06/2020]



https://www.telegraph.co.uk/on-demand/0/season-3-of-bojack-horseman-is-a-beautifully-dark-satire-on-cele/ [Propiedad de la fotografía: The Telegraph] [Consultada el 16/06/2020]



https://www.imdb.com/title/tt5218488/mediaviewer/rm1548093440 [Propiedad de la fotografía: IMDb] [ Consultada el 17/06/2020]

domingo, 14 de junio de 2020

EL SAMURÁI OSCURO (PARTE V DE V)


Colocados los soportes (Parte I), establecida la tripulación (Parte II), hecho con brillantez el crossover (Parte III) y explorados los rincones del Imperio (Parte IV), a Kieron Gillen y Salvador Larroca solamente les faltaba cerrar su trama, recoger todos los anzuelos arrojados con sutileza a lo largo de veinte y cinco números sin contar los especiales. 



Titulada El final de todos los juegos, la última de las sagas lleva a la resolución de una larga partida que el emperador y su más poderoso discípulo han disputado de forma subterránea. Lejos de ser algo aparte o una incursión de personajes icónicos del celuloide en los cómics, los sucesos de estos números explican muy bien la evolución que apenas se intuye en la trilogía original de Geoge Lucas. El Lord Vader que fracasa en la defensa de la Estrella de la Muerte es bien distinto del hábil calculador que hallamos en El Imperio Contraataca



Sin que sirva de precedente, creo que Gillen comete aquí el error de desembarazarse excesivamente rápido de una aportación interesantísima: Thanoth, una mezcla de Hércules Poirot y Colombo galáctico, un tipo mayor y aspecto funcionarial que puede ser más amenazador para los Skywalker que una poderosa criatura emergente de las arenas. Es una de las fuentes de inspiración de esta colección y merecía una resolución a su altura, cosa que no sucede. 


Por fortuna, eso no ocurre con una de las joyas de la Corona: la doctora Aphra. Perfectamente diseñada por Larroca como una Indiana Jones más pícara, Gillen no comete un error que algunos magníficos guiones tienen cuando presentan a un personaje novedoso en un marco de ficción ya consolidado: subestimarlo o sobredimensionarlo. La buena doctora está inserta desde el primer instante en los juegos de traiciones que orbitan alrededor de Vader, sus creadores no tienen ningún miedo en ponerla arrogante ante el mismísimo emperador o colocarla contra la espada y la pared al incurrir en las iras del Sith más peligroso de todos los tiempos. 



Y luego está el humor. Un arma de doble filo en Star Wars. No emplearlo da un tono de epopeya sombría que aleja del sabor original. Abundar en el mismo puede terminar cayendo en la autoparodia. Casi desde el principio, Gillen se dio cuenta de que hacer un reverso sádico de los dos androides más adorables del cosmos era la mejor fórmula posible y la apuesta le sale admirablemente bien, además de ser una conexión con el público. Con figuras tan maquinadoras, solamente pueden exponer sus planes a droides de confianza. 



De igual forma, debe haber una gran batalla. Cualquiera que rememore el episodio III o el VI, será consciente de las similitudes de Anakyn con el monstruo de Frankenstein. La gran duda que expresaba Obi-Wan Kenobi era si seguía habiendo más hombre que máquina, algo que en El final de todos los juegos se expone a través del duelo con Cylo, usándose Larroca casi a sí mismo como modelo de inspiración en el aspecto físico. 


De hecho, el dueto creativo logra un fenómeno curioso reservado para los trabajos más excelsos. Durante la escena del hundimiento del coche en Psicosis (1960), Alfred Hitchcock consigue que quieras que le salga bien la trampa a Norman Bates. Aquí, muchas veces nos sorprenderemos de anhelar que las conjuras bizantinas de Anakyn sean fructíferas y logre dar los pasos para ocultar a su hijo de miradas incómodas, reservando ambiciosos planes para el joven. 



Larroca da un plus con los momentos oníricos en el planeta Mustafar, el enclave de la gran derrota jamás conocida por el protagonista, un lugar que lo cambió todo y donde sus fantasmas brotan de nuevo con más fuerza. A nivel de color, Edgar Delgado firma un trabajo fino y excelente, acompañando de forma ideal este apartado. 



Recopilados en cinco tomos, estos compases pueden haber sido una de las demostraciones más talentosas de que nunca se ha dicho lo suficiente sobre un gran villano. Solamente hay que mover el espejo con la habilidad que exhiben Gillen y Larroca. 



BIBLIOGRAFÍA:



- GILLEN, K. y LARROCA, S., Star Wars: Darth Vader, Planeta Cómic, Barcelona, 2017, vol.4. Recopila los cómics 20-25 de Darth Vader de esa misma colección. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.amazon.es/Star-Wars-Darth-Vader-recopilatorio/dp/8491468072 [Propiedad de la fotografía: Amazon] [Consultada el 07/06/2020]



https://comicnewbies.com/2016/10/14/darth-vader-kills-doctor-aphra/ [Propiedad de la fotografía: comicnewbies.com] [Consultada el 07/06/2020]



https://comicnewbies.com/2016/08/26/cylo-ivs-secret-weapon-against-darth-vader/ [Propiedad de la fotografía: comicnewbies.com] [Consultada el 07/06/2020]

domingo, 7 de junio de 2020

NADA


Año 1971. Woody Allen acaba de publicar Cómo acabar de una vez por todas con la cultura. En su versión al castellano, la editorial Tusquets matiza en la contraportada que el primer paso que debería dar el cineasta es acabar consigo mismo, puesto que Woody Allen es una de las personas más inteligentes que danzan por estos lares. En pleno 2020, a lo largo de sus deslabazadas memorias, el propio receptor del piropo intenta rehuir semejantes méritos, empeñado en mostrarse como alguien terrenal y bastante alejado de ese término difuso que conocemos como "intelectual". 



Actualmente, contamos con bastantes fuentes para reconstruir de un modo bastante certero la trayectoria de uno de los artistas más influyentes del pasado siglo en el séptimo arte en particular y el humor en general. Documentales, entrevistas, artículos periodísticos, crítica y un largo corpus que harán a muchos pasajes aquí descritos como ya conocidos. Curiosamente, seguirá insistiendo en la felicidad de su infancia, si bien hay algunos recuerdos de su relación materno-filial que matizarían esa insistencia. Como se dice en estos casos, nadie suele ser buen Sherlock Holmes de sí mismo. 



Por lógica vital, puede ser el último gran testimonio en primera persona de un tipo singular. Sinceramente, creo que el más detallado análisis fílmico son las minuciosas entrevistas de Eric Lax, un tremendo experto en la materia. Aquí no hay ese lujo de detalles, si bien en el vuelo de pájaro de un tipo que ha conseguido un ritmo de casi película por año, dejará alguna consideración sorprendente. En esa obsesión de Hollywood por la posteridad, su forma de enfocar las críticas y recordar que el futuro no va a hacer nada por nosotros tiene un punto de lucidez innegable. 


De hecho, uno de los puntos más atractivos de la presente obra son las pequeñas pinceladas que él deja de su pasado con monólogos y sketches. Sinceramente, suena como si ahora se descubriera un manual de Cicerón con sus trucos para impresionar al jurado. En apenas unos párrafos es capaz de transmitir su pericia puliendo un chiste, su forma de insertarlo en el tempo justo y cómo sabe cuando ha funcionado o los motivos de no lograr la carcajada. Seguiremos, eso sí, preguntándonos de qué habló exactamente en aquel almuerzo con Groucho Marx. 



Pese a su propia reiteración en afirmar que se parece poco a los personajes que interpreta en sus filmes, Harvey Meltzer y David Panich están presentes en Todo lo demás (2003), además de una de las relaciones amorosas más intensas y con altibajos de su vida sentimental. También es una delicia cualquier recuerdo con Diane Keaton, formidable actriz con otra biografía de alto interés que espero pueda ser comentada en el blog a lo largo de las próximas semanas.



Quedan revindicadas figuras como Jack Rollins, verdadero mentor y agente durante los primeros años. Asimismo, habrá referencias a directores de fotografía, actrices, montadores, dialoguistas y ese recuerdo que una obra cinematográfica siempre es deudora de muchos esfuerzos. Admirador de Bergman, Allen tiene una percepción curiosa sobre su legado, teniendo aversión a Manhattan (1979), considerada un clásico por varias generaciones. Si bien tiene momentos en que profundiza algo, es mucho más sencillo verle apasionado por Un tranvía llamado deseo (1951), debido a su devoción absoluta por Tennesse Williams, antes que por su filmografía. 


Lógicamente, uno de los puntos más esperados era su versión de la famosa disputa con Mia Farrow. Sin duda, una relación con muchos vaivenes y que culminó de la forma más triste posible, con acusaciones de extrema gravedad. Puesto que en todos los mentideros públicos se vertieron opiniones tajantes sobre el asunto, parece de justicia que el propio Allen presté su consideración. Unos pasajes para leer con calma e intentar sacar conclusiones, no obviando que es mucho más compleja la realidad que el taxativo titular de las redes sociales. 



Pese a sus intentos de distanciarse de cada alter ego que ha tenido en la pantalla, considero, modestamente, que en Recuerdos (1980) están bastantes de las claves de la filosofía vital de un individuo que ha tenido la perspicacia de reconocer la influencia de la suerte en muchas facetas de la vida. En sus periplos europeos, conoció a figuras como Roberto Benigni, a quien regaló un ejemplar del Satiricón como regalo de despedida. 



Cerrar las páginas de esta autobiografía no es eliminar cuestiones sobre esta figura artística tan interesante. Da la sensación de que Woody Allen ha sido un disfraz bastante útil para su creador a la hora de ocultarse. Decía García Márquez que hubo un héroe que tuvo el valor de dinamitar su propia estatua. Allen, a su manera, muestra la perspicacia artística de no querer perder mucho tiempo analizando su trabajo. 



BIBLIOGRAFÍA:



ALLEN, W., Woody Allen. A propósito de nada. Autobiografía. Alianza Editorial, Madrid, 2020. Traducción: Eduardo Hojman. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.alianzaeditorial.es/libro/libros-singulares-ls/a-proposito-de-nada-woody-allen-9788491819950/ [Propiedad de la fotografía: Alianza Editorial] [Consultada el 05/06/2020]



https://www.65ymas.com/ocio/libros/woody-allen-cuenta-su-cena-privada-con-felipe-vi-en-nueva-york_15527_102.html [Propiedad de la fotografía: 65ymas.com] [Consultada el 05/06/2020]



https://www.filmaffinity.com/es/film964279.html [Propiedad de la fotografía: Filmaffinity] [Consultada el 05/06/2020]