domingo, 22 de mayo de 2016

EL ENCANTO DE LO COTIDIANO: FARGO (II TEMPORADA)



El primer sorbo a la taza había dejado un regusto inmejorable, un cálido y agradable sabor a café recién hecho en una jornada invernal (PRIMERA TEMPORADA DE FARGO). Sin embargo, pareciera que esta segunda entrega incluso supera lo mostrado por su predecesora. Esos lugares perdidos de Minnesota siguen teniendo el encanto que ya poseían en la mítica película de los hermanos Coen a los que esta serie debe su título (1996). Fargo vuelve y lo hace por la puerta grande, repitiendo muchas de las virtudes que Noah Hawley y su equipo mostraron y corrigiendo algunos de los flecos que quedaban por cubrir en el camino a la excelencia. Estamos ante una mini-serie dentro de la saga, diez capítulos que harán las delicias de los espectadores. 



En primer lugar, vuelve a escogerse un casting acertadísimo. Veteranos de lujo como Ted Danson o Jean Smart se ponen a las órdenes de los distintos directores (Randall Einhorn, Michael Uppendahl, etc.) para volver a demostrar su solvencia con cualquier clase de personaje. El protagonismo recae en los hombros de Patrick Wilson, quien cumple con nota la elevada exigencia de hacer del yo-joven del entrañable Lou Solverson (al cual dio vida Keith Carradine, ese apacible policía retirado que regentaba una acogedora cafetería entre la nieve). Con todo, estamos, nuevamente, ante una trama coral. El argumento nos hace viajar al pasado, al año de 1979, cuando los Gerhardt, caciques al margen de la ley de los negocios ilícitos de un pequeño pueblo del estado, ven como un implacable sindicato de Kansas City mandan a agentes suyos para "absorber" su empresa familiar. Sin ser conscientes de ello, el matrimonio Blomquist (unos espléndidos Jesse Plemons y Kirsten Dunst) se verá involucrado en el torbellino de violencia que esta guerra de bandas provoca. 



Extraños crímenes y sucesos que van dejando un rastro de sangre que deberá ser desmenuzado con sensatez y calma por Solverson, quien cuenta con la ventaja de la ayuda de su suegro (Ted Danson) y esposa, Betsy. La segunda es caracterizada por Cristin Milioti, quien ya demostró todo su potencial en apenas un puñado de episodios en la última temporada de Cómo conocí a vuestra madre. No se tratan de deducciones a lo Sherlock Holmes o épicos tiroteos, uno de los encantos del universo Fargo desde su origen es mostrar a estos agentes del orden como personas sin habilidades excepcionales, simplemente tienen una cabeza bien amueblada y un orden vital que los lleva a seguir la pista de sus, generalmente, no muy brillantes, sospechosos. 



"Ya no hay lugar para los negocios familiares...", se lamenta la viuda Gerhardt, cuando se desencadenan una serie de rivalidades que parecen una metáfora adecuada del capitalismo más salvaje. Fieles a la atmósfera surrealista de los Coen, destacan sicarios como el de Bokeem Woodbine, quien da vida a  Mike Milligan, un hombre de particular visión empresarial y que se verá estorbado en sus estrategias por la miopía de sus propios colaboradores. 



En ese sentido, el endogámico y ambicioso micro-cosmos del clan Gerhardt es uno de los platos fuertes de la serie, puesto que propicia una tensión casi constante que queda reflejado en hijas desobedientes, pulsos entre hermanos y asesinos al servicio de la familia de ascendencia india como el inquietante Hanzee Dent. Una hoguera de vanidades que únicamente necesita una pequeña chispa para arder con una intensidad que lo reducirá todo a cenizas. 



El arco de la primera temporada de Fargo era espectacular en su inicio, aunque, quizá, iba cogiendo más dosis de inverosimilitud a medida que sus personajes evolucionaban. Creo que, empezando tal vez con menos fuerza, esta segunda entrega posee más solidez en ese sentido, aunque se alcanza un épico clímax, las situaciones que pasan, pese a lo extremo de las mismas, tienen un poso mayor de coherencia y se encuadran a la perfección con lo que sabemos de las personalidades de sus protagonistas. 



Al más puro estilo Pulp Fiction (1994), los creadores logran dar una sensación de historia circular, sumando arcos de una y otra etapa para dejar la impresión de que estamos en el mismo universo siempre, ese lugar de historias "basadas en hechos reales". El nivel de actuaciones es excelente, sobresaliendo cómo va avanzando la trama del personaje de Kirsten Dunst, hasta límites insospechados y generando un gran suspense. 



La música de Jeff Russo nos introduce en estas pequeñas comunidades inter-conectadas a través de peligrosas carreteras, entre olor a tostadas y tortitas recién hechas, donde el frío cala los huesos y todo el mundo conoce a sus convecinos, sin sospechar que cualquiera de ellos puede sorprenderle el día menos pensado saliendo en el noticiero por un suceso insospechado. 



Lo han vuelto a conseguir, dejándonos con ganas de que llegue pronto esa tercera temporada de Fargo... 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 











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