El reflejo de Camelot
Probablemente, nunca fue tan impresionante. Convengamos en que Arturo y Morgana reflejaban una familia un tanto atípica, eso en el mejor de los casos. Pese a su habilidad con la espada, Lancelot no es la clase de amistad a la que una persona dejaría las llaves de su piso. No obstante, evocar Camelot es hablar de un maravilloso cuento, quizás porque nunca existió realmente. Acaso uno de aquellos caudillos en la Britania post-ocupación romana tuvo un consejero llamado Merlín y la imaginación hizo el resto. Pero hay cuestiones que importan más por lo que representan que en su realidad histórica.
No caben dudas tampoco de que John Fitzgerald Kennedy cambió muchas cosas a su paso por la Historia, algunas incluso de forma involuntaria. Sus célebres debates con Richard Nixon por la presidencia generaron controversia. Quienes los escuchaban por la radio solían afirmar que el candidato republicano daba mejores argumentaciones a sus propósitos. Por el contrario, aquellas personas que lo veían por el televisor quedaban prendadas de la buena estampa e imagen que ofertaba el demócrata. Surgido de una dinastía política de Massachusetts, JFK y su joven gobierno fueron llamados el nuevo Camelot, ratificado por la campaña por la conquista del espacio de la que hay reciente aniversario.
Su linaje, con sus luces y sombras, mostraría la nueva forma de hacer política, cinco años de intensa campaña que culminaban ambiciosos proyectos de generaciones, sorteando todo tipo de cuestiones, desde la condición católica del candidato al posible apoyo de la mafia en sus primeros años. Con lo que nadie contaba es que el joven Arturo falleciese en magnicidio de Dallas, uno de los episodios que marcaría el despertar de la infancia del joven país. De lo que no caben dudas con JFK es acerca de su buen gusto en varias cuestiones de la vida y su vinculación con Boston. Precisamente uno de sus restaurantes favoritos sigue hoy con las puertas abiertas: Union Oyster House.
El lugar que tanto gustaba al trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos sigue siendo un rincón encantador y muy cuidado. Desde los manteles decorados con ilustraciones del local, posiblemente allí se sirvan los mejores calamares de la ciudad de Boston, algo que es decir mucho, habida cuenta de la calidad general de este producto en la zona o los muy populares bocadillos de langosta que se encuentran casi en cualquier calle de la zona portuaria.
Por supuesto, todo ello acompañado de una gran variedad de cervezas, no olvidemos las raíces irlandesas del lugar. A nivel de postres está la típica Boston Cream Pie, la tradicional tarta de la región que goza de merecida fama. Eso sí, con un poco más de riesgo hay una rival de atura en la tarta de chocolate regada con "lava" (en realidad, otro chocolate ardiendo que lo atraviesa justo en medio). Una verdadera exquisitez.
A poca distancia encontramos Little Italy, un rincón donde las pizzerías y la pasta son religión. Cuesta decidirse ante tanta deliciosa oferta, aunque parece obligatorio mencionar a Regina, nada menos que la pizza oficial de los Red Sox, un sitio que siempre está muy concurrido y donde pueden ver algunas de las celebridades que han visitado el establecimiento y cuyos autógrafos y fotografías están exhibidas en una de las paredes.
El tercer tiempo
Con todo, Regina tiene una poderosa oponente en Antico Forno, una pizzería ubicada en la calle de Salem número 93, la cual debe su nombre al horno de leña en el que la propia clientela puede observar cómo se prepara de forma concienzuda su pizza. Para después del almuerzo, a destacar una de las especialidades de la casa: el tiramisú.
Si por un casual acuden a algún partido en Fenway Park y no les apetece cocinar después, una solución muy cercana es el local Popeyes Louisiana Kitchen, una franquicia de comida rápida sureña que tiene varios puntos fuertes recomendables, destacando las alitas de pollo con sus variedades (especialmente la picante).
De idéntica forma, Chinatown complacerá las expectativas de los paladares más dados a lo oriental, y es que en la ciudad de Boston nunca hay inconveniente en sacar un momento para un pequeño break.
De idéntica forma, Chinatown complacerá las expectativas de los paladares más dados a lo oriental, y es que en la ciudad de Boston nunca hay inconveniente en sacar un momento para un pequeño break.
- OLIPHANT, T. y WILKIE, C., The road to Camelot: Inside JFK´s five-year campaign, Simon & Schuster, New York, 2017.
- Union Oyster House [Fotografía realizada por el autor del blog]
- Pizzería Regina [Fotografía realizada por el autor del blog]
- Popeyes: Louisiana Kitchen [Fotografía realizada por el autor del blog]
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