miércoles, 31 de julio de 2019

WHERE EVERYBODY KNOWS YOUR NAME (CRÓNICAS DE BOSTON, PARTE II DE VII)


"Todo el mundo se conocía en el pub. No había televisión, solamente gente charlando o grupillos jugando a los dardos"- Jack Ellis recordando el local Bull & Finch Pub.



Una de las ofertas turísticas que brinda la ciudad de Boston a la persona visitante son los autobuses guiados. Independientemente de la compañía que escojan, a buen seguro habrá una parada obligatoria para todas las líneas. De hecho, con un poco de suerte, instantes antes de llegar oirán una melodía pegadiza. Compuesta por Judy Hart Angelo y Gary Portnoy, interpretada por el segundo y Julin Williams, Where Everybody Knows Your Name fue la afortunada intro de la serie Cheers, un programa emitido con gran éxito entre 1982 y 1993. 



El programa estaba ambientado en un popular bar de Boston regentado por Sam Malone (encarnado por el actor Ted Danson), un antiguo lanzador de los Red Sox, popularmente apodado Mayday, quien había tenido problemas con la bebida y la misma facilidad en el arte de la seducción que reveses a la hora de encontrar estabilidad. Con el ágil formato de la sitcom, el show era muy fácil de seguir, amparado en la gracia de los diálogos y un casting pensado a conciencia. Si bien los primeros capítulos tuvieron una preocupante audiencia, la paciencia dio sus frutos y la parroquia de Cheers alcanzó un puesto de honor en la cultura televisiva estadounidense. 



Actualmente pueden visitarse dos Cheers en Boston. El primero, cuyos exteriores son los que aparecen en la televisión, se halla en el número 84 de Beacon Street. El segundo es una estupenda recreación en el Quincy Market. En su recorrido podremos hallar el rincón que Sam reservó para Norm Peterson (George Wendt), un cliente tan habitual que siempre era sonoramente saludado por todo el bar y cuyo jefe le mandaba la nómina directamente al local. La popularidad de las reposiciones y la exportación de la serie al extranjero garantizan un constante peregrinaje a ambos lugares. 


Cliff: ¿Cuál es la historia Norm? 

Norm: Chico conoce cerveza. Chico bebe la cerveza. Película a las once. 




El lugar escogido eran los cimientos de que fuera conocido como Bull & Finch Pub, local de tremenda popular en Boston, una hábil reforma de Hampshire House, domicilio particular. Durante las tremendas nevadas de 1978, el local se convirtió en un refugio apreciado en días duros. Siempre se ha dicho que la mejor propaganda viene del boca a boca. Pronto, la iniciativa de Tom Kershaw y Jack Veasy se convirtió en un punto entrañable de la ciudad. Más allá de la cerveza, los dardos o a habilidad poniendo martinis, aquel sitio era un punto de encuentro especial en unos días donde no había móviles o redes sociales. ¿Qué mejor forma para quedar que citarse en aquel hospitalario recinto?



Generalmente, para la planta baja del local y almorzar/cenar suele haber cola, si bien el personal es notablemente eficiente organizando las listas de espera y la posibilidad de disfrutar una de las barras mientras se espera. Todo en el Cheers original está orientado a una nostalgia que se ratifica en una tienda de regalos donde podemos encontrar una bola de béisbol firmada por Sam con el logo del bar o un muñecos de Cliff Clavin, el entrañable y sabelotodo cartero que frecuentaba el establecimiento casi tanto como su amigo Norm. Magistralmente caracterizado por John Ratzenberger, Cliffy se basaba en un parroquiano de Bull & Finch Pub de buen corazón pero que solía opinar sobre todo, lo divino y lo humano, con la famosa coletilla: "It´s a little known fact that...".



El bueno del señor Clavin tiene una sopa especial dedicada en el menú, si bien uno de los platos más seguros que pueden pedirse es el Frasier´s Chiken Panini. Delicioso sándwich con pollo, pesto, tomates y fresca mozzarella, este bocado es un homenaje al psiquiatra que sería el gran adversario amoroso de Sam Malone por el corazón de Diane (Shelley Long). Kelsey Grammer creó a un estudioso de la mente humana tan esnob como bondadoso en el fondo, hasta el punto de que pronto se ganó un puesto fijo en el programa y un exitoso spin off (en la otra punta del país, Seattle), donde varios de sus antiguas amistades de Cheers le rindieron visita. Particularmente, las recepciones a Sam y Diane tendrían un punto de emotividad que festejaban ese largo y divertido triángulo romántico.


Frasier Crane: Recuerdo mi último día en mi viejo bar de Boston. Una noche extrañamente emotiva.

Martin Crane: Debe de ser por la gente. Echas de menos no poder volver a ver ciertas caras. 

Frasier, temporada 2, episodio 5, "Duke´s We Hardly Knew". 



A pesar de los años transcurridos, el viejo bar bostoniano se mantiene, hoy y siempre, resistente ante el invasor paso del tiempo. ¿Cuál fue el secreto de la poción mágica que Carla Tortelli (una camarera de humor tan ácido como el de Walter Matthau, representada de forma inigualable por Rhea Perlman) y cía tomaban? Resulta difícil descifrarlo, si bien no podemos dudar de que una de las bases fue un profundo cariño por todos sus personajes sin que eso impidiese ponerles en las peores situaciones. Siempre nos reímos con aquella clientela antes de que de ellos/as. Convertir a la audiencia en cómplice es un truco complicado, pero el embrujo que lo logra suele venir para quedarse.



Por ejemplo, entre 1982 y 1985, uno de los pilares del show era el entrañable entrenador Ernie Pantusso (Nicholas Colasanto), cuyo fallecimiento fue un duro golpe para todo el equipo. Los guionistas consiguieron dar un despedida digna y emotiva al personaje, quien perviviría en el recuerdo pese a su desaparición física. Hablamos en la anterior entrada del incomparable Larry Bird como la persona venida de Indiana más querida por Boston, si bien es seguido no muy a la zaga por Woody, un lugareño muy desorientado en la gran ciudad pero de encantadora inocencia. Su actor fue nada menos que Woody Harrelson, un joven con mucho talento que estaba llamado a prosperar en Hollywood. Cuando Shelley Long abandonó la parroquia en otro bonito episodio, llegaría Kirstey Alley. Mal gusto nunca tuvieron para hacer los casting.



Los últimos días de rodaje fueron una fiesta en los alrededores, la ciudad entera parecía querer rendir tributo a una serie que había puesto en el ojo del huracán televisivo a Boston. En una ocasión, un gran amigo me comentó que le encantaba la canción de Cheers, si bien apreciaba que tenía un fondo de tristeza encubierta dentro de su letra. Tal vez eso presidió la gran fiesta de despedida. Si cuando abandonamos un sitio no sentimos una punzada de perder algo, quizás faltaron cosas. En cambio, la capital de Massachusetts sabía que no habría otra Cheers. Que no había nadie imprescindible, aunque en nuestra vida hay cosas importantísimas. 



Por eso la preservan como un tesoro, los ecos de un viejo brindis que hizo feliz a mucha gente.



BIBLIOGRAFÍA:



- BJORKLUND, D., Cheers TV Show: A comprehensive reference, Praetorian Publishing, Londres, 2017.



- DAROWSKI, J. J. y DAROWSKI, K., Frasier: A cultural history, Rowman & Littlefield, New York, 2017.



- PRATI, S., Cheers from the Bull & Finch Pub: The Inside Story of the World´s Most Famous Bar, Hampshire House Corporation, Boston, 2012. Ilustraciones de Eddie Doyle.



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



- Entrada a Cheers en Beacon Street, número 84 [Fotografía realizada por el autor del blog]



- Menú de Cheers [Fotografía realizada por el autor del blog]



-  Cartel promocional del último episodio de Cheers, decora una de las paredes del establecimiento [Fotografía realizada por el autor del blog]

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