miércoles, 29 de agosto de 2018

HISTORIA DE DOS CIUDADES: POMPEYA Y HERCULANO (PARTE III DE VII)


Los últimos días de Pompeya



Uno de los debates bizantinos que se originan entre las visitas a Nápoles al final del viaje es decidir si ha gustado más Pompeya o Herculano. Cuestión interesante aunque un poco absurda, puesto que es imposible disfrutar de una sin apreciar la otra. De cualquier modo, es irrebatible que existen diferencias entre ambas. La primera es un entramado complejo, los restos diezmados de un gran núcleo urbano que recibió una puñalada por parte de la erupción del Vesubio en el 79 a.C. Lo que ha quedado resulta bastante para espolear la imaginación, particularmente en el campo de la Arqueología, siendo infrecuente el año en que un nuevo hallazgo arqueológico no enriquece nuestra perspectiva sobre ese escenario que ha fomentado novelas, películas, series de televisión, etc. 



Por su lado, Herculano ejercía una función distinta. Se trataba de un lugar residencial para las familias patricias y caballeros más pudientes, un lugar donde poder alejarse del ajetreo de Roma. La ferocidad natural golpeó de una forma terrorífica a sus pescadores y gentes, impidiéndoles en muchos casos escapar a tiempo de la tragedia. El grado de conservación es tan increíble que pareciéramos haber viajado en el tiempo para encontrarnos con la estampa de aquel lugar escogido por uno de los amigos personales de Augusto para ejercer de evergeta. 



Desde Nápoles son varias las agencias que ofertan sus servicios para hacer el recorrido en un día de sendas opciones. Por supuesto, una selección de la mejor parte de cada una de ellas. Para ver Pompeya en completo detalle deberían emplearse un par de días y no es ninguna hipérbole. El nivel medio de los/as guías es francamente notable y saben transmitir e entusiasmo por aquel episodio que conmocionó a la Península Itálica. 



"Festina lente"- Augusto. 



Son paseos repletos de detalles que quizás te hallas perdido. Desde lo más refinado a lo vulgar todo se combina en las aceras pompeyanas, donde podemos apreciar que los antiguos romanos ya tenían el sistema de paso de cebra y sus propios locales de comida rápida. Asimismo, pinturas en Herculano ya dejaban claro que se servían vinos de distinta calidad para adecuarse al poder adquisitivo de marineros, comerciantes y ricos aristócratas. 



Obviamente, la litología ocupa un lugar destacado en ese recorrido, fiel reflejo de los particulares condicionantes de esta tierra de volcanes. Desafortunadamente, junto con el espíritu también hay que alimentar el cuerpo en algún momento de este recorrido, lo cual, probablemente, les obligará a recurrir a alguno de los restaurantes circundantes que, fieles seguidores de Sexto Pompeyo y sus aliados corsarios, aprovechan la posición geoestratégica de oferta y demanda para cometer verdaderos atropellos en calidad-precio. 



"Apresúrate despacio" parece sugerirnos la propia atmósfera de estos lugares. Ante tanta información es fácil perderse. Pese a los siglos transcurridos, los restos nos hablan de escasas diferencias. En Herculano podemos observar la falsa columna de mármol (en realidad, rellena de estuco) que un comerciante que quería prosperar mandó construir en su casa para, sin duda, aparentar un estatus superior con el que soñaba. De igual forma, una primitiva farmacia ya advierte de nuestros intentos de intentar un poco paliar nuestros males. 


"Ha sido posible excavar el terreno y encontrar los residuos orgánicos de las plantas. Así con el análisis del polen sabemos con precisión dónde estaban y sobre todo de qué planta se trataba"- Grete Stefani. 



Las posibilidades que siguen brindando estos destinos son increíbles. Una tienda de nudos marineros en Herculano nos advierte del sentido de oportunismo empresarial más agudo. El trasiego por Pompeya fue todavía mayor, tornándola en una bulliciosa capital donde se alternaba el refinamiento poético más agudo con espectaculares juegos de gladiadores, dioses de la sangre y la arena, cuya leyenda se nutre de mitos como el de aquella dama de la aristocracia fallecida por la erupción en las cercanías de la Escuela de un prestigioso lanista mientras portaba una suma considerable de dinero. 



En otras fechas del año lejanas al calor estival, las voces de cada guía turístico pugnan con el llamamiento de la ranas, en este caso, no la de Aristófanes. Obras del segundo eran más fáciles de encontrar en los dos teatros pompeyanos, donde una de las artes más apreciadas era la pureza del canto y donde, con certeza, hunden sus raíces las simpatías del pueblo napolitano ante los ejercicios de canto. 



Se abandonan Pompeya y Herculano con la percepción de que a nuestra nueva visita estarán algo cambiadas, habrán surgido nuevas cosas, en permanente mutación como siempre sucede con los verdaderos monumentos históricos. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 



-Estatua de centauro por Igor Mitoraj, ubicada en el centro de Pompeya [Fotografía realizada por el autor del blog]



-Cruce de calles en Pompeya [Fotografía realizada por el autor del blog]



-Precio en ases de distintos vinos en Herculano [Fotografía realizada por el autor del blog]

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