domingo, 5 de febrero de 2017

LA PRINCESA GUERRERA DE THEMYSCIRA



Janice Race era una mujer preocupada. Su experiencia como editora no podía engañarla, estaban traicionando a un personaje con cuarenta años de historia a sus espaldas. Junto con dos iconos de la historieta como Superman y Batman, Wonder Woman (creada en 1941 por William Moulton Marston) era la el tercer lado del glorioso triángulo de DC Cómics desde la Edad de Oro. Sin embargo, a comienzos de la década de los ochenta del pasado siglo, la heroica amazona se estaba quedando muy atrás. John Byrne estaba re-formulando al Hombre de Acero, así como Frank Miller volvía a bautizar al Murciélago de Gotham en Año Uno (ver reseña año uno). Todo el universo de la franquicia había visto cómo le daban la vuelta (crisis en tierras infinitas), mientras la princesa Diana de Themyscira seguía anquilosada en fórmulas atávicas, relegada a ser una antigua leyenda e icono sexual para lectores masculinos. 



Antes de abandonar su puesto para volcarse en la edición de libros, la señora Race tomó una decisión por la que todo el Olimpo le estaría siempre agradecido: aceptar la oferta del dibujante George Pérez de hacerse cargo de Wonder Woman. Aunque ya tenía el merecido estatus de lápiz estrella dentro de la industria, nadie sabía a qué atenerse con el talentoso artista a la hora de elaborar un argumento, especialmente si en esa ocasión no iba a contar con la privilegiada cabeza de Marv Wolfman al guión, su mejor socio en la inigualable etapa de Los Jóvenes Titanes (contrato de Judas). Pero Race aceptó y el recién llegado decidió que la serie podía estar en horas bajas, pero que sus cimientos eran tan sólidos como evocadores: la mitología clásica.



Como persona inteligente, Pérez buscó ayuda en los temas que no era ducho. Fue asesorado para comprender mejor las distintas versiones (no pocas veces contradictorias) de algunos de los elementos que vertebraban a la protagonista. Se eliminó su identidad secreta y se actualizó su primer contacto con el mundo de los mortales. Karen Berger fue la sucesora de Race en las labores editoriales; exigente y sagaz para ayudar al guionista novato, Pérez iba alejándose de la mujer exuberante y pin-up para crear una presencia que pudiera rivalizar con lo que Walter Simonson estaba haciendo con Thor.


Otra decisión de logística acertada fue colocar en los primeros números a Len Wein como responsable de los diálogos de este nuevo desembarco de la hija de Hipólita a la Tierra. Con una edición cuidada, un artista prendado del proyecto y el asesoramiento de un guionista de experiencia para amortizar cada bocadillo en las cuidadas composiciones de Pérez, Wonder Woman también contó en su inicio con algunas de las ideas previamente planteadas por Greg Potter, quien había sido otra de las opciones barajadas al frente de la colección. A Potter se le debe vincular a Diana con Boston, ciudad natal del mismo, así como otros elementos de este nuevo periplo.



Bruce Patterson acompañó con el más delicado de los entintados el lápiz de un dibujante en perenne estado de gracia, capaz de transmitir al público la irrealidad de unas deidades que escapaban a nuestra comprensión. No obstante, carecían de invencibilidad, puesto que dependían de sus adoradores para poder funcionar y no ser olvidados. Consciente de que era necesario una amenaza a la altura de semejante protagonista, Pérez recurrió a Ares, señor de la guerra más que dispuesto a aprovechar la carrera armamentística de las dos superpotencias de aquellos días.



Hasta tal punto llegaban los poderes del díscolo hijo de Zeus que la princesa Amazona habría de ser algo más que una guerrera. La ingeniosa solución que planteará para asumir un reto que la sobrepasa en el plano físico, tiene una épica que no envidiaría a ningún cómic de Batman o Superman. Volverá a jugar con esa idea el autor cuando coloqué al lascivo padre de los dioses (la sufrida Hera podría dar cuenta de ello) como encaprichado de la retoña de Hipólita, volviendo a mostrarse la fuerza de voluntad y dignidad de una amazona que parecía estar alcanzando al fin todo el potencial que siempre poseyó.


El famoso episodio de Hércules y la reina de las mujeres-guerreras es aquí re-interpretado en toda su crudeza. Indudablemente, es una de las apuestas más arriesgadas de Pérez, quien logra plantear el espinoso tema con sensibilidad e inteligencia, sin rebajar nunca la gravedad. La fuerza de la que es capaz de otorgar a Hipólita y sus hermanas no había sido vista hasta la fecha, siendo Diana la única de su gente que no ha conocido los horrores del cautiverio y la violación. En un giro de tuerca arriesgado y certero, el guionista juega en humanizar al propio hijo bastardo de los dioses, poniéndolo frente al espejo de sus propios actos del pasado.



"Time Passages" (número 8 de este renacimiento de Wonder Woman) sería otro de los experimentos fructíferos de la colección: cuatro visiones de diferentes mujeres sobre el impacto que esta peculiar embajadora tendría en el mundo real. Una muestra sería Etta Candy, comparsa cómica en anteriores versiones, convertida aquí en una persona real muy interesante y con aristas. El contacto continuado a través de los intercambios epistolares con lectoras que empezaban a sentirse atraídas por Diana, permitió a Pérez iniciar un periplo que todavía hoy es considerado lo que mejor que se ha hecho con el personaje. Antagonistas como Cheetah alcanzaron, a la par, otros niveles de peligro y complejidad.



Contra fórmulas trilladas y estereotipos, el nuevo equipo creativo tampoco sintió una urgente necesidad de dar un inmediato interés romántico a la protagonista, que bastante tenía con aprender nuevos idiomas y enfrentarse a una sociedad completamente diferente a la suya. Diana ya no era solamente Wonder Woman, tampoco una simple princesa de cuento o una guerrera superheroica. Se había convertido de pleno derecho en la embajadora de Themyscira. Al fin, como pregonaba el oráculo de Delfos, se había conocido a sí misma.



BIBLIOGRAFÍA: 



-HERNANDO, D., En primera persona: George Pérez, Dolmen Editorial, Barcelona, 2004, pp. 114-130. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 






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