domingo, 2 de octubre de 2016

EL LETRADO DE LA COCINA DEL INFIERNO (DAREDEVIL, PRIMERA TEMPORADA)


Justo cuando la proliferación de películas ambientadas en el mundo superheroico parecía abocarnos a rincones lejanos y la más pura fantasía, una apuesta de Netflix ha venido a recordarnos que, en muchas ocasiones, conviene bajar a pie de calle. De la factoría de donde han salido productos como House of Cards, viene ahora la azarosa carrera de Matt Murdock, brillante abogado en la Cocina del Infierno de New York durante el día, justiciero enfundado en traje de diablo por la noches (Freud tendría mucho que escribir sobre míster Murdock), conocido como Daredevil. A lo largo de trece episodios, su primera entrega se confirma como una más que digna adaptación del héroe creado décadas atrás por la fértil imaginación de Stan Lee y Bill Everett. 



Con acierto, Drew Goddard y los otros directores del programa han optado por escoger la estética de la etapa de Frank Miller en la colección de Daredevil. Oscura, madura y con un toque de cine noire, aquellos cómics marcaron la esencia de un héroe muy especial, puesto que Matt es invidente a raíz de un accidente. Su sobrehumana compensación con los otros sentidos lo hacen un caso único en la amplia nómina de paladines de Marvel. Ver los entonados títulos de crédito invita al optimismo, puesto que entre los productores se aprecian nombres como Jeph Loeb, quien firmó junto con Tim Sale un retrato muy intimista del abogado: Daredevil Yellow. Cuando hay gente involucrada que conoce al personaje y está dispuesta a jugarse la pasta por él, la señal es inmejorable. 



Charlie Cox es el encargado de poner rostro al protagonista, quedando la impresión desde la primera vez que le vemos andando por las calles con su bastón de que está perfectamente familiarizado con el rol que le toca desempeñar. Con eficaces y sobrios flashbacks, pronto iremos conociendo más de la infancia de Matt, criado con dificultad pero esfuerzo por su padre, Jack "Batallador" Murdock, un boxeador en declive que lucha tanto en el ring como para que su hijo se gane el pan con los libros y no recibiendo golpes en una esquina. Por supuesto, veremos cómo adquiere sus poderes, aunque hay muchas lagunas en su biografía, aunque dé la sensación de que siguientes entregas irán deshilvanando un puzzle fascinante. 


El elenco de secundarios que rodean a una figura tan atormentada y carismática como Murdock exigía estar a la altura, algo que un casting hecho con mucho gusto consigue. Elden Henson se consagra como Foggy Nelson, el eficaz compañero de bufete de Matt, amigos desde la carrera, aunque las decisiones de Murdock de terminar saltando azoteas en busca de criminales puede provocar malentendidos en la mejor de la amistad. Pronto, a su pequeño negocio llegará una joven que sabe mucho más de lo que aparenta, Karen Page (una Deborah Ann Woll de menos a más durante todo el show, hasta el punto de convertirse en imprescindible), una presencia que desencadenará involuntariamente que los dos picapleitos vayan metiéndose con quién no deben. 



Los cánones marcados desde la Edad de Plata de los cómics exigían una Némesis para el lado del bien. Incluso el lector más ocasional de Daredevil sabía que Kingpin era la única elección posible, habida cuenta que para ese universo de Hell´s Kitchen es el absoluto equivalente a lo que supone el ilustre profesor Moriarty para los dos sabuesos de Baker Street. Esperábamos un gladiador y una presencia apabullante, justo para que Vincent D´Onofrio nos trajera algo mucho más complejo e interesante. En todo momento, los guionistas inciden en la personalidad y psique de Wilson Fisk, lo cual hace que sea más fascinante ver su transformación en Kingpin, un señor de los bajos fondos que dirige a las bandas de New York con la despiadada eficacia de un general de Genghis Khan y la racionalización coherente del mejor bibliotecario de Constantinopla. 



Igual que ocurre con Matt, se nos regala algún pequeño flasback del joven Wilson, quizás el mejor plato de una primera temporada que no deja descanso a su afortunado espectador. Asimismo, el cortejo de Fisk con la elegante marchante de arte Vanessa (Ayelet Zurer) es otra declaración de intenciones. Como él mismo dice de manera magistral, el no demasiado honesto hombre de negocios no está interesado en mujeres que se puedan comprar con dinero, lejos de buscar una goomar joven y tan espectacular en lo físico como descerebrada por dentro, el futuro Kinping intenta aspirar a una sofisticada, elegante y misteriosa mujer. Que Fisk sea capaz de fijarse en alguien como Vanessa refleja que hay aristas en el villano de la historia. Que Vanessa vea algo en Fisk, advierte que la inteligente dama tiene también sus rincones oscuros. Su romance es una delicia compleja que vuelve a hablar de la inusual madurez de una serie que no se contenta con piruetas y acrobacias de una figura escarlata con cuernecitos en su máscara, aunque el traje definitivo tardará en llegar, con homenaje previo a John Romita Junior. 


Dentro de los secundarios, hay verdaderos lujos como el de Ben Urich (Vondie Curtis-Hall), el periodista por antonomasia de las viñetas, un momento de relax entre tanta mafia rusa, filantropía con derecho a asesinato, complejos justicieros y muchas acción. Urich supone uno de los últimos y más carismáticos ejemplos de ese periodismo escenificado en filmes como Todos los hombres del presidente (1976). Es decir, esos periodistas honestos y de olfato fino que saben ver más allá de la versión oficial. Urich tarda poco en convertirse en uno de los más queridos de toda la serie por su humanidad. 



El otro bocado de cardenal que Netflix se permite es el fichaje de toda una estrella como Rosario Dawson para dar vida a una curtida enfermera que empieza a escuchar noticias de una figura con pasamontañas que parece estar intentando arreglar las cosas, aunque sus métodos no sean los mejores. Claire Temple se erige pronto como una espléndida presencia que, además, es capaz de plantar cara y una raya moral al nuevo héroe, de similar manera a lo que Jim Gordon puede significar para cierto Murciélago de Gotham City.  



Todo parece funcionar en esta brillante obertura donde no quedan más preguntas que hacer a su señoría. Quedaba con ansiosa espera una segunda entrega menos profunda y más trepidante, la cual intentaremos desmenuzar dentro de cuatro semanas. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://www.revistameta.com.ar/archivos/9676



-https://moviecomicswhoswho.wordpress.com/2015/03/24/ben-urich/



-http://www.nolapeles.com/2015/04/10/estreno-de-la-serie-daredevil-de-marvel-por-netflix/

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