domingo, 10 de julio de 2016

EL BROMANCE DEL VERANO


SPIDERMAN: ¿"Yojimbo"? Querrás decir en la peli "Los siete samuráis". 



DEADPOOL: No, era la secuela. "Yojimbo" significa ocho en japonés. 



Debió haber ocurrido antes. Spiderman y Deadpool han sido dos personajes de Marvel con un destino común que iba encaminado a cruzarse antes o después. El trepa-muros había sido el primero en inventar chistecitos y frases ingeniosas para ocultar su miedo en las peleas superheroicas, terreno poco abonado hasta entonces para esa clase de monólogos. El mercenario más bocazas de la historia ha sido el más brillante de sus sucesores, con una tendencia al humor absurdo que no desentonaría en ninguna sitcom. Todavía más, cuando fue creado en la década de los 90, quedaba claro que la máscara de Deadpool estaba totalmente basada en la de Spidey, mientras que el resto de su diseño bebía de otro soldado de fortuna carismático, en este caso del universo DC, Deathstroke. 



Por ello, una de las noticias comiqueras de este 2016 ha sido el lanzamiento de una colección de ambos lenguaraces. Más prometedor todavía resultaba el primer equipo artístico que desembarcaría allí, nada menos que Joe Kelly y Ed McGuinness, el dueto guionista-dibujante más querido en los años dorados del mutante. Si el arácnido siempre ha sido la gallina de los huevos de oro de su editorial, la reciente buena acogida del film del segundo (2016) hacía que el marketing insistiese en la necesidad de juntar ambos carismas en el mismo escenario. Una montaña rusa cuyo inicio pretendemos comentar a continuación. 



"Tenemos juntos a Bugs Bunny y el Pato Lucas. Hay que aprovecharlo". La promesa de lanzamiento ya invitaba al optimismo. Tras muchas etapas oscuras y guerras de los clones de sí mismo, ha sido necesario que una generación de autores se empeñasen en recordar que, pese a las dosis de drama, el asombroso Spiderman tiene un componente divertido que no se puede dejar de lado. Entre los escasos contendientes que puede tener Masacre en el intercambio de diálogos rápidos, el alter-ego de Peter Parker es uno de los pocos que mantiene su ritmo. Eso lo entiende muy bien Kelly, quien además juega con la fórmula de La extraña pareja para mostrar una relación tensa que va derivando en un increíble e hilarante bromance. 


Para ello es fundamental el trazo McGuinness, quien, aparte de un dibujante excelente, tiene un cierto toque de dibujos animados clásicos en su trazo que para esta saga es el ideal. Lo expresivo de ambos enmascarados y la atmósfera a lo cartoon network que genera acompañan de una manera fluida el ingenioso estilo de Kelly. Igual que ocurría en su etapa en solitario con Masacre, el guionista a veces embarulla las cosas y deja flecos por desarrollar, pero siempre deja en sus lectores la sensación de que él sí sabe donde va a desembocar esta locura, una gamberrada con arte que alterna finas ironías con un toque mucho más escatológico y chabacano.  



Si la cosa funciona, como diría el maestro Woody Allen, no conviene mirarle el dentado a este simpático caballo que supone este Spiderman/Deadpool en las librerías. Incluso hay momentos para profundizar un poco en el verdadero carácter de Wade y Peter, algo muy importante, sobre todo para el caso del canadiense, en aras de humanizarlos ante el público. A comienzos de este arco, Deadpool está empeñado en hacer buenas migas con Spidey, el cual no puede tener peor concepto de partida del mutante. Dos amistosos vecinos obligados a entenderse, todo un regalo de vacaciones para sus legiones de fans. 



Referencias que van desde las pelis de Akira Kurosawa a los efectos psíquicos que se pueden producir en un ser humano al ver demasiado la televisión de las hermanas Kardashian, todo pasa por las afiladas, ingeniosas y enfermizas mentes de dos paladines incapaces de mantener la boca cerrada por un instante. La mejor manera de afrontar la travesura de Kelly, McGuinness y su equipo es abrocharse el cinturón en la atracción y disfrutar de la elevada velocidad del espectáculo. 


Habrá varios momentos memorables en este inicio, desde una inusual cita a ciegas con pleitos asgardianos a estampar un horrendo coche en las cercanías de los dominios de Misterio. Todo vale para dos autores que son especialistas en usar la cuarta pared y las referencias metaficcionales. Entre tantas guerras secretas, reseteos de personajes, multiversos alternativos para alternantes cosmos, es de agradecer un arco que únicamente pretende hacer pasar un muy buen rato al esforzado público. 



Sin subestimar el potencial de los futuros artistas que vayan llegando, es una pena lo pronto que Kelly y McGuinness abandonan el proyecto. Quizás vuelvan, pero es un reflejo de algo que últimamente le está faltando a los tebeos estadounidenses. Es decir, la agradable sensación de poder recitar de memoria el equipo artístico de tu personaje favorito en la actualidad, dando sensación de continuidad. Tal vez Marvel debería haber puesto número concreto a esta aventura (quizás una quincena de números) con el tádem original, puesto que Kelly parecía muy bien saber a dónde iba y muy poquitos le siguen con el talento de McGuinness.  



Deadpool y Spiderman es un cóctel explosivo y con visos de duración si está bien llevado. No obstante, corren asimismo el riesgo de Marvel Team-Up (cabecera donde el lanzarredes compartía mensualmente desventuras y hazañas con otros colegas de profesión); cuando tenían profesionales bien establecidos durante meses (especialmente, Claremont-Byrne) se exploraban sagas muy jugosas; cuando no, tramas moderadas y con la incómoda sensación de explotar la popularidad de héroes icónicos sin excesivo deseo de profundizar. El tiempo disipará o confirmará sospechas. De momento, lo firmado por Kelly y McGuinness confirma que el bromance el verano en viñetas tiene indiscutibles capos. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



http://www.batanga.com/comics/57512/spider-mandeadpool-1-por-estrenarse-en-enero



http://www.vox.com/2016/2/12/10979782/deadpool-explained



http://www.tumbnation.com/tumblr-tag/Miles%20Morales?page=1460906322

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