domingo, 10 de enero de 2016

HELL´S KITCHEN: EL RENACER DE DAREDEVIL


Se había ido por la puerta grande y no podía regresar de cualquier manera. Corría el año de 1986 y Frank Miller ya era, por derecho propio, uno de los autores clave en la trayectoria de Daredevil (inexplicablemente traducido en España durante muchos años como Dan Defensor), el súper-héroe ciego del universo Marvel cuyos otros sentidos estaban tan afilados que le permitían realizar acrobacias inverosímiles en su lucha contra el crimen. Si bien había comenzado como dibujante, Miller labró su trayectoria con Matt Murdock (afamado letrado de día y heroica figura escarlata por las noches) como guionista, regalando algunas de las mejores sagas del personaje (Elektra, los enfrentamientos con Bullseye, etc.). 



Tras haber abandonado la colección, justo cuando había sumergido al antaño irreverente y alegre héroe en una figura hastiada de una realidad oscura y que hasta se cuestionaba la utilidad que podía tener en la búsqueda de justicia que un hombre adulto saltase tejado para golpear delincuentes, Miller se sentía defraudado porque Murdock estaba volviendo a ser un paladín más de los que pobablan las viñetas. Contando con la inmensa fortuna del dibujo de David Mazzuchelli (baste recordar que el guionista quedó tan complacido de su rendimiento que se lo llevó, dos años después, a hacer uno de sus proyectos más ambiciosos: Batman, Año Uno), el conocimiento de la colección permitiría a este artista realizar un reset total que con el tiempo no necesitaría tarjeta de presentación para los seguidores: Born Again



Apenas bastan un puñado de viñetas sombreadas para que asistamos a una re-formulación del mito de Fausto. En este caso, quien vende su alma es Karen Page, antaño una prometedora actriz que iniciaba la aventura en Hollywood, ahora, una mujer deprimida y sumida en el pozo de la heroína, dispuesta a todo por conseguir una nueva dosis. Lo único que le queda de valor a Karen es una información por la que el hampa pagaría mucho dinero. La identidad civil de cierta figura con cuernecitos y bastón que se ha especializado en hacer la vida imposible a los delincuentes de New York. Esa revelación vale una fortuna y nadie está más dispuesto a pagarla que Wilson Fisk, alias Kinping, el eficiente e imponente líder del crimen organizado en la ciudad, quien dirige con la eficacia de un bibliotecario a sus organizaciones de matones y el sentido inversor de un tiburón de Wall Street. 



Si por algo destacan esos primeros compases es por la inteligencia exhibida por el villano. Cuando el canon pediría que la Némesis del protagonista se lanzase contra él, Kinping reflexiona y se da cuenta de las múltiples ventajas que le otorga ese dato. En primer lugar, manda asesinar a los demás postores, puesto que un secreto es apreciado por su exclusividad. En segundo, dedica los siguientes 6 meses para atacar, no a Daredevil, sino a su identidad civil. No hay súper-poderes ni mutaciones de por medio. Todo es mucho más sencillo y pragmático. Logra sobornar policías para que declaren contra el letrado, varias llamadas al banco permiten congelar su cuenta, impagos en su hipoteca... Básicamente, convertir su día a día en un infierno sin que la víctima intuya quién está detrás de ello. 



La belleza y lo cotidiano del trazo de Mazzuchelli acompaña con elegante sobriedad los hábiles diálogos de un Miller con gran capacidad de síntesis, baste ver cómo logra resumir la imaginativa defensa de Foggy Nelson, socio de bufete de Matt, para evitar que vaya a la cárcel. Durante este viaje a lo Dante, la primera enseñanza que Kinping inflige a su cobaya es recordar que uno debe abandonar toda esperanza cuando atraviesa las puertas del infierno. Desconcertado por los golpes, el héroe irá perdiendo amigos, novia y aliados en una celosa paranoia de quien está acorralado sin saber cuál es la pistola que le apunta. 



Lo fascinante del reto de esta Odisea (cuya catarsis llega en el mítico momento del cristal roto en el taxi arrojado a los muelles) es que, involuntariamente, el magistral plan del hampón tiene un efecto colateral que ni siquiera su minuciosidad ha contemplado. Un hombre sin nada, es un hombre sin miedo. Del averno al que es sometido, Murdock vivirá un purgatorio pagano extraño que lo llevará a ser una persona distinta. Mazzuchelli juega con la iconografía más renacentista, emulando a La Piedad del mismísimo Miguel Ángel.  


El viaje en el que Miller y Mazzuchelli sumergen a Murdock tiene muy pocos precedentes en el género, convirtiendo sus páginas en un verdadero rito iniciático para Daredevil. No solamente para él, sino que secundarios recurrentes como Ben Urich (periodista del Daily Bugle) deberán enfrentarse a sus propios miedos. Consciente de la manipulación mediática que se torna contra el letrado, deberá decidir si publicar la verdad o ceder a las amenazas que se realizan contra su esposa y él. 



Poco más se puede contar sin temor a revelar excesivos spoilers que restarían magia al que está considerado, con toda justicia, como una de las mejores historias del universo Marvel. El tándem responsable del mismo volvería a repetir éxito con un giro de tuerca al origen de Bruce Wayne/Batman, confirmando la condición de ambos artistas como dos de los más relevantes en las últimas décadas del cómic-book norteamericano.  



Para Daredevil, curiosamente, fue la confirmación de que, a veces, hay que ir a la propia cocina del infierno para alcanzar la redención. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES: 






http://www.fancueva.com/comic/daredevil-born-again-la-historia-definitiva-del-hombre-sin-miedo/



https://www.pinterest.com/pin/447826756673404555/

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