"Cuando juegas al juego de Tronos solamente puedes ganar o morir". Con tan simple pero adictiva premisa, da comienzo una de las sagas más renombradas de la literatura fantástica, de rabiosa actualidad pese a los años transcurridos desde su arranque, gracias a la adaptación a la pequeña pantalla efectuada por la prestigiosa HBO.
George R.R. Martin, autor de reputada trayectoria, encontró con esa saga (conocida como Canción de Hielo y Fuego y que actualmente se compone de los libros: "Juego de Tronos", "Choque de Reyes", "Tormenta de espadas", "Festín de cuervos" y "Danza de dragones") el broche de oro a su carrera literaria, aunque también ha provocado una expectación tan brutal en sus lectores/as, que se cuentan por legión, que muy extraño será que logre un desenlace que resulte a plena satisfacción de todos... pero eso, es ya otra historia.
¿Qué explica el éxito de esta gallina de los huevos de oro? Alberto de Cuenca declaraba en el programa de radio "Cow-boys de Medianoche" que Martin es el heredero de Tolkien (de hecho, se cambió su nombre para lograr esa reminiscencia a su reverenciado maestro) y que su capacidad de redacción se asemeja a la del mismísimo William Shakespeare. Lo cierto es que se trata de una afirmación de las osadas, pero no cabe duda que alguna de las escenas en el marco de Invernalia, podrían insertarse sin ningún rubor en algún momento de "El rey Lear" o "Macbeth". En géneros diferentes y con coyunturas distantes, tanto el inigualable Bardo como Martin, logran tratar temas universales, la ambición, el honor, la crueldad, la traición, etc.
La aventura comienza cuando en un mundo fantástico (donde los años no están numerados, sino que transcurren por estaciones, destacando unos inviernos terribles y muy largos que causan gran daño a la población), dividido claramente entre los territorios del norte y del sur, con un carácter feudal donde hay grandes señores y vasallos. Se supone que hubo criaturas fantásticas, como dragones o Los Otros, pero hace muchas estaciones que nadie los ve e incluso algunos hombres empiezan a ser descreídos sobre que alguna vez hubieran existido).
Uno de esos señores es Ned Stark de Invernalia, quien en el pasado fuera uno de los más destacados caballeros que se alzaron contra Aerys II, déspota rey de la dinastía Targaryen, apoyando a un joven llamado Robert Baratheon, quien finalmente se hizo con el trono gracias, entre otros, al apoyo incondicional de Ned en la batalla conocida como la del Tridente. Desafortunadamente, la hermana de Ned, Lyanna estaba prometida con Robert, a quien siempre le atormentó no haberla podido salvar durante la guerra de la violación y el asesinato de Rhaegar Targaryen, príncipe e hijo del enloquecido rey. Esto propició que Robert se casase ya coronado con Cersei Lannister, heredera de un noble linaje que pese a su belleza nunca superó el espectro de la difunta prometida en Robert y, además, exponente de un clan de intrigas cortesanas que jamás gustó a Ned, quien enfrió su relación con su gran amigo y abandonó el trono del sur para volver a su norte añorado.
Si ahora el lector/a se siente atormentado y en una película que ha empezado en la mitad, simplemente refleja que son gente inteligente y con sentido común. Es el efecto que quiere proponer Martin. Estamos ante una novela río donde el desfile de personajes puede aturdir al público, no obstante, el rompe-cabezas se va uniendo, mientras quedamos boquiabierto. Por cierto, no se fíen de nada de lo que les he contado en el anterior párrafo, pues todas estas batallas, raptos, violaciones y ascensos, pueden cambiar mucho según los ojos de quien los esté narrando en esos instantes.
Baste decir que "Juego de Tronos" hace confluir varias tramas. Viserys y Daenerys, dos jóvenes hermanos, últimos exponentes de la casa Targaryen, prácticamente exterminada durante la victoria de Robert, conspiran en la ciudad de Pentos, con el apoyo de unos pocos fieles, para recuperar el Trono de Hierro que un día fue suyo, aunque el joven e impulsivo muchacho, es incapaz de mantener siquiera la lealtad de su joven hermano, por su comportamiento hosco y violento. Pese a ello, tiene una buena idea al unir a su jovencísima y hermosa hermana a Khal Dogo, un bárbaro líder de una horda que un futuro podría estar interesado en reclamar los derechos de su prometida más allá del Mar Angosto...
Mientras ese juego sucede, Robert viaja a Invernalia para convencer a Ned de que ocupe su puesto en el sur como Mano del Rey (algo así como el Maestro a Caballo de los dictadores romanos o el valido en la Edad Moderna europea), debido a que el anterior, Jon Arryn, murió en una situación tan natural que conociendo a Martin más de uno empieza a intuir que la gente que desempeña ese cargo no dura tanto. Asentado en tiempos de paz y con una familia a la que ama (su esposa Catelyn, sus dispares hijas Arya y Sansa, junto con sus retoños Rickon, Robb, Bran y Jon), Ned dudara en aceptar un caramelo envenenado que lo llevará hasta Desembarco del Rey, tierra muy alejada de sus dominios y donde la justicia no es honorable y los hombres no resuelven sus disputas a golpes, sino con conjuras y maquinaciones, encabezadas en muchos casos por Meñique, cuyo verdadero nombre es Lord Petyr y cuyos modales solamente esconden una serpiente tan inteligente como repulsiva para el lector/a.
El último de los arcos argumentales de este primer libro se centra en los Lannister, la familia política de Robert, su fría esposa Cersey, junto con sus dos cuñados, Jaime Lannister, una especie de Tiran Lo Blanch es la Tierra Media pero sin tanto sentido del juego limpio y Tyrion, el tercero de los hermanos y condenado a una deformidad terrible en ese mundo tan cruel, la de ser un enano, considerados criaturas malformadas e indignas. Pese a ello, Tyrion es uno de los personajes más inteligentes de la saga, compensando su hándicap con una inteligencia a prueba de bomba y unos reflejos verbales que son muy utilizados por Martin para rebajar la tensión dramática y dar un respiro cómico que no desentona con el carácter de la obra.
Lo que convierte a Canción de Hielo y Fuego en una obra diferente al resto de las que han intentado imitar la maestría de Tolkien, es su tono más adulto, o si se prefiere, más verosímil, dentro de este marco mágico. En "El señor de los anillos", la diferenciación entre los dos bandos es clara, los reyes malos y los buenos, los poseídos y los que no... Incluso en el caso de las cabezas coronadas que son un poco ambiguas, se explica por la mala influencia de personajes como Saruman o Lengua de Serpiente. Por lo general, los reyes presentados por Tolkien aliados contra Saurón, incluso los senescales más ambiciosos, tienen una luz interior, un pozo de grandeza inmemorial.. En "Juego de Tronos", los monarcas se parecen mucho más a los que han copado el mundo real.
Ambiciosos, capaces de los peores crímenes, incestos, lascivos, crueles, desequilibrados... Martin se desmarca en ese punto de su relato de su admirado Tolkien, brindando un mundo que se parece mucho más a "Trono sangriento" de Kurosawa que a la beatífica alianza de Gandalf con Aragorn. Hay además guiños históricos muy apreciables, especialmente a la "Guerra de las dos Rosas", uno de los episodios bélicos y dinásticos más interesantes jamás acontecidos en Inglaterra. Por ende, estamos ante un salto literario de primer nivel y en una representación de gran calidad.
Como punto negativo, declarar que estamos ante una obra de aventuras muy densa, de hecho, no se recomienda leerlo a cachos, porque puede llevar a verdaderos atascos mentales ante tanto desfile de actores principales y secundarios. Eso sí, lejos de mí querer recomendarles algo porque ahora esté en el candelero, si que creo que nos hallamos en uno de esos casos donde se hace bueno aquello de que algo tendrá el agua cuando tanto la bendice.
SPOILER (NO LEER SI NO SE CONOCE YA EL LIBRO, DESVELA PARTES FUNDAMENTALES DE TRAMA Y ARGUMENTO):
Mucha gente suele quedar impactada por la muerte de Ned Stark al final del libro, mandando un mensaje claro Martin, nadie va a estar a salvo, ni siquiera uno de los protagonistas claves. Indudablemente, Eddard es uno de los personajes mejor construidos de este primer libro, comienza haciendo un acto terrible, la ejecución de un Guardia de la Noche de su propia mano, pero termina calando hondo en el público por su fuerte sentido del honor, su apego por la familia y su lealtad hacia Robert.
Hay un sector que considera que Martin lo presenta a fin de cuentas como un necio, a años luz de Cersei o Meñique a la hora de urid la tela de araña cortesana, no obstante, creo que es una reducción simplista que le quita calidad a la ejecución de Ned, uno de los mejores momentos del libro. Pero mucho antes de ese acto, de ese sacrificio silencioso de quedar como un traidor a cambio de salvar a su hija Sansa, la verdadera esencia de Ned está en el diálogo con Cersei, cuando afirma que ha cometido muchos errores en su vida, pero que desde luego no fue erróneo no conspirar con Jaime para hacerse con un trono que no sentía como suyo. Su caballerosidad, terrible para él, de dar la posibilidad de salvar el cuello a Cersei, coloca a Stark a la altura de los personajes homéricos, en la vida real no siempre ganan los buenos... escritores como Shakespeare o el mismísimo ciego heleno siempre han jugado con eso, en "La Ilíada" fallecen Héctor, Patroclo, Aquiles... los que arriesgan su juventud y felicidad en un campo de batalla por un sentido del honor que va más allá de las ventajas del privilegio.
La expectación que ha creado este primer libro es fantástica, aunque ahora viene lo más difícil, seguir sorprendiendo, y eso, ha medida que vaya eliminando personajes puede ser terrible si no se hace con dignidad y sabiendo introducir elementos extraños en la ecuación. Pero parece que con Martin estamos con buen timonel en estas procelosas páginas mojadas por un río que a todo y todos salpica.