El crossover se había llevado a buen puerto con la eficacia de los almirantes solventes. Vader Derribado resultó un ejemplo de cómo podían combinarse con éxito las distintas cabeceras de los nuevos cómics de Star Wars. No obstante, fiel a su estilo medido, Gillen no iba a cometer el error de abusar demasiado de Leia, Luke y Han. Estaba claro que situaba su acción en eventos fundamentales antes del episodio V, pero pensaba que el villano más carismático de la galaxia tenía un entorno menos explorado y conocido por el gran público: los dominios de Palpatine.
¿Para qué servía el Imperio? Independientemente de la trilogía fílmica de la saga a la que aludamos, para poco más que intentar masacrar rebeldes y explotar planetas con risas malvadas de fondo. Con pericia, Gillen quiere demostrar un poquito de su estructura y forma de ejercer el dominio. En el primer episodio, cuenta con Leinil Yu, quien firma un trabajo más que competente para presentar a la reina Trios, una mujer de fuerte personalidad que gobierna sobre un rico y conflictivo enclave: Shu-Torun. Junto a sus barones locales, tendentes a la conspiración cortesana, la soberana debe lidiar con la incómoda circunstancia de ser dependiente del poderoso Imperio.
Yu cumple con creces los requisitos del encargo. El problema es que ya estamos tan acostumbrados al nivel excelso de Larroca en estas páginas que siempre se le echa de menos. Con todo, el artista valenciano vuelve para rendir varios homenajes; uno de los más emotivos a Constantino Romero, cuyo doblaje de Vader lo convirtieron en un sonido inconfundible para distintas generaciones que no pudieron tener mejor versión al castellano del Lord Sith más peligroso.
Con la amenaza del comandante Karbin despedazada, literalmente, Vader afronta una misión diplomática para la que no está dotado, aunque sus virtudes son muchas, como bien mostrará esta interesante saga, un punto y aparte que abre los entresijos de conjuras bizantinas por sentarse a la derecha del emperador. "No soy tan tonto como para negar que Vader es genial, aunque genial no significa necesariamente bueno", llega a afirmar el gran general Tagge.
Por violentos y expeditivos que puedan ser los barones en sus maquinaciones, Vader es, simplemente, una apisonadora, pero con más sentido de estado de lo que le atribuyen sus detractores. Igual que el coronel Walter E. Kurtz, quien fuera Anakin Skywalker ha descubierto que se puede ganar la guerra de Vietnam en caso de cumplir una máxima: ser más temido que cualquier horror que haya ideado tu adversario.
Gillen tiene aquí mucho talento para explorar la psique de un antiguo esclavo que quiere orden. Una estabilidad que el libre albedrío de los jedi nunca permitió y consentía barbaridades en recónditos lugares como su planeta natal. Entre Trios y él se crea una incómoda alianza donde los dos poseen el suficiente sentido común para ser conscientes de su mutua dependencia.
Larroca vuelve a moverse con su característica destreza para dar un protagonista amenazante, sin perder por ello estilismo y cierta nobleza muy oculta en lo más profundo. El dibujante incluso se usa a sí mismo como modelo para dar imagen al frío Cylo, un ejemplo de los avances tecnológicos del imperio, quien ahora alberga a una pareja de gemelos que vuelven a confirmar las pesquisas de su maestro para buscarle sustitutos dignos y a su altura.
Tanto Trios como Vader se verán empujado a ser tan fuertes como taimados a la hora de permitir a su círculo más cercano actuar en orden de intentar desbancarlos. El ritmo de a saga está muy bien llevado y encaja dentro de la continuidad, especialmente por ciertos androides sanguinarios al servicio de Vader que intentan gestionarle la captura (viva o muerta) de la carismática doctora Aphra.
En Shu-Torun, igual que Vader, Gillen y Larroca están tan seguros de su equipo que dejan a personajes titulares en el banquillo sin ningún miedo. Ya solamente les quedaba la última pieza del puzzle para cerrar su epopeya con el villano al que encanta odiar...y, en muchos momentos, entender.
Tanto Trios como Vader se verán empujado a ser tan fuertes como taimados a la hora de permitir a su círculo más cercano actuar en orden de intentar desbancarlos. El ritmo de a saga está muy bien llevado y encaja dentro de la continuidad, especialmente por ciertos androides sanguinarios al servicio de Vader que intentan gestionarle la captura (viva o muerta) de la carismática doctora Aphra.
En Shu-Torun, igual que Vader, Gillen y Larroca están tan seguros de su equipo que dejan a personajes titulares en el banquillo sin ningún miedo. Ya solamente les quedaba la última pieza del puzzle para cerrar su epopeya con el villano al que encanta odiar...y, en muchos momentos, entender.
BIBLIOGRAFÍA:
- GILLEN, K., LARROCA, S. y YU, L., Star Wars: Darth Vader, Planeta Cómic, Barcelona, 2018, vol.3. Recopila los cómics 16-19 de Darth Vader y Annual # 1 de esa misma colección.
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
-https://www.amazon.es/Star-Wars-Darth-Shu-Torun-2015-2016ebook/dp/B01IO3NJVQ [Propiedad de fotografía: Amazon] [Consultada el 11/05/2020]
- https://readcomiconline.to/Comic/Darth-Vader/Issue-16?id=18355#22 [Propiedad de la fotografía: readcomiconline.to] [Consultada el 11/05/2020]
- https://starwars.fandom.com/wiki/Trios [Propiedad de la fotografía: starwars.fandom.com] [Consultada el 11/05/2020]
- https://starwars.fandom.com/wiki/Trios [Propiedad de la fotografía: starwars.fandom.com] [Consultada el 11/05/2020]
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