Ha sido un largo camino pero al fin encajaron las piezas. Cuando Stan Lee y Jack Kirby, dos de las cabezas pensantes más importantes para la creación del universo Marvel, plasmaron su propia versión del dios nórdico Thor para las viñetas no sabían qué estaban haciendo realmente. Con constantes y sagaces improvisaciones, el personaje pronto consiguió colección y cabecera propia, siendo una mezcla audaz de mitología, ciencia ficción y aventuras. Con Thor Ragnarok (2017), de repente, toda esa esencia es llevada a la gran pantalla por Taika Waititi de manera íntegra, superando en bastante a las dos entregas anteriores.
Dentro de la proliferación excesiva del mercado superheroico para las carteleras, Ragnarok encuentra su originalidad, un acomodo para ser algo distinto, sin renunciar a las convenciones más palomiteras. Entra por los ojos, es fresca, divertida y tiene la dosis necesaria de épica. El apocalipsis de Asgard podía verse de muchas maneras, si bien Eric Pearson, Craig Kyle y Christopher Yost entienden en su guión que la clave humorística es fundamental. Durante un poco más de horas, se nos lleva en volandas en un relato que no da tregua ni la pide.
Admito que siempre he tenido mis reticencias sobre Chris Hemsworth como la deidad del trueno. Nombres como Charlie Hunnam o Travis Fimmel quizás tenían más toque norteño para reflejar la nobleza, en ocasiones brutal, del primogénito de Odín. No obstante, es en esta tercera parte donde más cómodo se le ve con su papel. Como si el corte de pelo hubiera quitado tibiezas, aquí tenemos a un Thor muy parecido al de sus primeros cómics, lanzándose guiños constantes a aquellos míticos relatos de Asgard y, muy especialmente, a la famosa etapa de Walter Simonson al frente de la colección.
También hay que decir que es una de las ocasiones en que mejor rodeado se ha encontrado. La clave de su química fraternal con Loki es que el segundo no debe ser el villano, el personaje de Tom Hiddleston funciona a las mil maravillas cuando es el compañero forzado y traicionero de su pariente. Es un antihéroe y competidor antes que la amenaza fatal. De su complicidad surge una de las grandes fortalezas del asunto, un improvisado buddy film donde estarán condenados a entenderse les guste o no.
Otro temor para esta saga de películas es el tema de Anthony Hopkins. Que es un intérprete de calibre legendario nunca se ha dudado. No es menos cierto que esta clase de estrellas pueden verse en la muy humana tentación de hacer estos encargos con poca motivación y buscando un sustancioso cheque. Y aquí se produce la paradoja de esta tercera parte. Quizás salga menos minutos que en cualquiera de las anteriores, pero es una presencia mucho más constante, que marca a su prole. Cuando Hopkins se lo propone, es capaz de darle mil matices al pasado del Padre de Todos, volviendo a confirmar que todos los reinos tienen sus cadáveres bajo la alfombra en su forja. Antes que el emperador que cerró el templo de Jano, el princeps Augusto fue el cruel Octavio en la lucha por el poder de Roma. El ojo cerrado de Odín oculta asimismo secretos en las salas doradas.
La inminencia de la caída lleva al surgimiento de Hela. Para la ocasión, Marvel tira la casa por la ventana y trae nada menos que a Cate Blanchett, quien desde el principio roba todos los focos. Una adecuada mezcla de la Maléfica de Disney con la parca griega, además con más ricos matices que el simple villano de turno que busca la destrucción. En un sistema tan monárquico y atávico, la buena de la deidad de muerte tiene aspiraciones genealógicas correctamente cimentadas para ambicionar el trono y recuperar la gloria que le fue arrebatada. Blanchett podría hacer el papel con los ojos cerrados y es un acierto de casting innegable.
Ese núcleo épico está bien aderezado con subtramas propias de road movie y que van bien orientadas a terminar convergiendo. En el trailer podía haber recelos con aspectos relativos a los cameos. De cualquier modo, se ubican bien en la historia y tanto Doc Strange (Benedict Cumberbatch) y Hulk (Mark Ruffalo) no está solamente como reclamo, sino que tienen su importancia para dar la sensación, al igual que en los cómics, de universo compartido dentro de este Panteón.
Por su lado, Tessa Thompson y Jeff Goldbum desembarcan en el proyecto con todos los honores, desempeñando un papel decisivo en el nudo de la trama. Casi pareciera que la coctelera se agita para combinar el aroma de un buen episodio de Futurama con otro de Stark Trek. Lo sorprendente es que el sabor resultante es delicioso. Y cuando se tiene el cuidado de respetar el particular arco de Skurge (Karl Urban), las verdaderas personas creyentes desempolvan sus viejas bibliotecas Marvel con alegría. Lástima que no se haya encontrado acomodo en esta adaptación para la gran pantalla a la Encantadora, elemento clave para entender al primer personaje.
El Ragnarok podía haber sido un desastre, pero termina siendo la gran oportunidad para reconstruirse. Tenemos al Heimdall leal y heroico de siempre, la nobleza y la astucia de los asgardianos, una villana reclamando lo que es suyo y secundarios que siempre están a la altura. Entretenimiento del bueno, una oportunidad de evadirse de lo cotidiano en una cinta que, al fin, nos ha traído a los hijos de Odín tal y como los recordábamos.
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
-https://www.popsugar.co.uk/celebrity/Doctor-Strange-Thor-Ragnarok-44171895
-http://www.refinery29.com/2017/03/146391/cate-blanchett-thor-ragnarok-first-female-villain
-http://www.denofgeek.com/uk/movies/thor-ragnarok/52826/thor-ragnarok-14-spoiler-filled-questions-answered
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