Era un líquido que salía a borbotones y del cual emanaba un aroma parecido al aceite. Acostumbrados a la costa mediterránea, el historiador Robin Lane Fox advertía que no podíamos ser muy severos con los oficiales del ejército de Alejandro Magno cuando, mientras preparaban su campamento cerca del río Oxo en el año 328 a.C., no fueron capaces de identificar con exactitud el petróleo. Aristandro, sacerdote y adivino de la confianza del monarca, auguró que el nuevo elemento presagiaba grandes trabajos y penalidades, aunque con el resultado final de una gran victoria. Languideciendo el 2016, no caben dudas en afirmar que seguimos aguardando que el conflictivo combustible traiga ese anunciado triunfo.
Javier Espinosa y Mónica García Prieto brindan, entre otros testimonios de gran valor, el viaje que hicieron al refugio bajo tierra de un caudillo local en una Siria sumergida en guerra; una figura revalorizada en cuanto su flotilla de camiones para transportar los barriles le otorgaban atributos de soberano en su pequeña taifa. Una pareja de periodistas que nos lleva a un asunto del que se nos habla mucho en telediarios y redes pero del que sabemos muy poco: Siria, el país de las almas rotas es un libro descarnado, el cual nos arroja algunas verdades que desconocíamos.
Todo comenzó en marzo de 2011 cuando se inició una oleada de manifestaciones contra el régimen de Bashar al-Asad. Corresponsales de prestigio y con una amplia trayectoria a sus espaldas, de su alianza surge una crónica compleja y alejada de los blancos-negros al que somete el titular sensacionalista o la simplificación grosera. De inmediato abrimos sus páginas, nos vemos sacudidos por la desproporcionada e inhumana represión de un alzamiento en sus primeros compases de corte pacífico. Las tropelías de las autoridades sobre sus opositores fueron radicalizando a los alzados, generándose una guerra civil que iría más allá ante la opinión pública, habida cuenta del papel geoestratégico de Siria.
Poco han cambiado muchas de las directrices de las potencias a este respecto. El siglo XIX alumbró el Gran Juego, los distintos movimientos y alianzas orquestadas por la rivalidad mantenida entre el Reino Unido y Rusia por el control de puntos vitales en Oriente. Hoy en día, altos poderes en Estados Unidos, Israel, Turquía o la propia Rusia, entre otras naciones, siguen mirando el tablero de manera pragmática y desapasionada.
Un recorrido por las inhumanas condiciones de los campamentos de refugiados en el Líbano, la tensión por los movimientos migratorios en la frontera turca, el empleo de armas químicas contra población civil. Espinosa y Prieto mantienen la compostura para acercar la historia de una derrota, de un sueño de libertad que se va envenenando por todos sus frentes. Y es que ellos mismos vieron con estupor como ante la desatención del resto del globo, una célula tan peligrosa como ISIS fue penetrando en Siria para obtener sus propios y salvajes fines.
Antes de la locura, distintos habitantes de aldeas comerciaban e intercambiaban sin importar si el vecino era suní, alauí o cristiano. Paulatinamente, mujeres que habían sacrificado todo por un futuro mejor para su país se encontraban con un califato donde el primer soberbio con un Kaláshnikov determinaría cómo deberían vestir. Una perversión religiosa que no solamente abarca al propio ISIS y sus capacidad nada desdeñable de sacar tajada de la adversidad de los oprimidos, sino consentida, en no pocas ocasiones, por sus supuestos enemigos, encantados de venderles armas o utilizarles como perros rabiosos ante los que mostrarse ellos como los únicos poseedores de la vacuna.
Por supuesto, es una obra con la que también es pertinente tener una mirada crítica, pues es una lectura apasionada y donde sus protagonistas, inevitablemente, terminan tomando partido. A este respecto cabe destacar alguna consideración en la red (guerras posmodernas) donde se ponen de manifiesto las complejidades en la recolección de testimonios en lugares tan conflictivos como Gaza, Cisjordania, etc.
Recaudos que ya hablan muy bien de este trabajo, inclusive para cuestionarlo. Nos torna críticos, queremos saber más, situar las cosas en el mapa, ver disparidades en las cifras, observar qué es lo que se ha dicho y cuál ha sido la verdadera puesta en práctica del mundo ante este grave problema. De repente, Siria deja de ser una cuestión lejana para conocerla, aunque sea someramente, en su superficie.
Como triste epílogo, hace apenas unos días que un pistolero abatió a tiros a Andrei Karlov, embajador ruso en Turquía. El asesinato de una persona ejecutada a sangre fría, grabado en directo y con el grito de su verdugo: "Alepo, venganza". Nada nuevo en un conflicto repleto de almas rotas. Ese juego de ignorancia y que convierte en cifras la destrucción de los habitantes de barrios que habían existido durante siglos, mientras presuntos salvadores corren a susurrar a los supervivientes que la única solución es convertirse en corderos de sacrificio,
Como triste epílogo, hace apenas unos días que un pistolero abatió a tiros a Andrei Karlov, embajador ruso en Turquía. El asesinato de una persona ejecutada a sangre fría, grabado en directo y con el grito de su verdugo: "Alepo, venganza". Nada nuevo en un conflicto repleto de almas rotas. Ese juego de ignorancia y que convierte en cifras la destrucción de los habitantes de barrios que habían existido durante siglos, mientras presuntos salvadores corren a susurrar a los supervivientes que la única solución es convertirse en corderos de sacrificio,
-https://www.amazon.es/Siria-Pa%C3%ADs-Almas-Rotas-DEBATE/dp/8499925960
-http://www.elcultural.com/revista/letras/Siria-el-pais-de-las-almas-rotas-De-la-revolucion-al-califato-de-ISIS/38306 [Fotografía tomada por I. Prickett, refugiados sirios en la frontera turca]