viernes, 19 de agosto de 2016

WHEN THE GARDEN WAS EDEN (CRÓNICAS DE NY, V DE VII)



"Es el lugar para mostrar tu talento para el basket"- Michael Jordan



El baloncesto y el hockey son dos deportes que pueden practicarse de manera muy satisfactoria en pista cubierta. Teniendo en cuenta las heladas, nieves y temperaturas bajo cero que puede alcanzar New York durante el invierno, no resulta nada extraño que sus respectivos equipos (Knicks [también hay escuadra femenina, las New York Liberty] y Rangers) sean muy apreciados y seguidos. Ambos comparten escenario, el mítico Madison Square Garden, un lugar que, por un motivo u otro, todo el mundo conoce. 



Para el turista es muy recomendable dejarse caer por la mañana en este enclave entre la Séptima y la Octava, ya que las actuaciones suelen ser por la tarde y noche. En una medida que deberían tener también otros grandes estadios, se ofrece un all access tour con guía que permite ver cómo este gigantesco complejo puede transformarse en poco tiempo en una pista de hielo, un parquet de basket, un concierto de los Rolling Stones, etc. También pueden observarse las estancias VIP que celebridades como Frank Sinatra tuvieron allí, o dónde se hicieron los festejos por uno de los cumpleaños de la actriz Elizabeth Taylor. 



Hay varios paneles que conmemoran distintos eventos que hicieron célebre al Madison. Un caballero llamado Michael Jordan aparece en varios de ellos. Un gesto de fair play que honra a New York, puesto que sin MJ y sus Bulls, probablemente aquellos Knicks de Patric Ewing habrían viajado a dos o tres Finales más de la NBA. Y es que esa pista parece hacer que los mejores lo sean todavía más. Estrellas como Reggie Miller, Lebron James, Kobe Bryant o Paul Pierce parecen haberse reservado algunos de los mejores trucos de su arsenal para citas con esta Meca del basket. Han pasado décadas desde When the Garden was Eden, pero la fiel hinchada permanece alerta y leal como siempre. Claro que el Madison tiene muchas más caras... 



Happy Birthday, mr. President




Sin duda, sigue siendo a día de hoy la celebración de cumpleaños con más grados de la Historia, something like it hot. Cuando Marilyn Monroe celebró el aniversario del presidente Kennedy, aquel hecho se convirtió en material para todo tipo de especulaciones y mitos de alcoba. No sorprende nada que estos dos protagonistas estuvieran vinculados, ambos todavía muy visibles en el imaginario popular de New York. Marilyn demostró que el metro de New York podía lucir más sexy que nunca, mientras el resto del mundo disfrutaba y el legendario Joe Dimaggio torcía el gesto; aunque nacida en Los Ángeles, miss Monroe tiene un lugar destacado en el podio de celebridades que pasaron por la Gran Manzana. 



JFK por su lado, tiene en su haber y debe una presidencia trágicamente interrumpida, una época dorada de Camelot en Guerra Fría que, por supuesto, tenía varios cadáveres bajo la alfombra, comenzando por la manera en que su progenitor había financiado su carrera política con amistades peligrosas. Igual que el rey Arturo, tuvo un gran gusto a la hora de escoger esposa (uno Ginebra, el otro Jacqueline), aunque sus affaires extra-conyugales se hicieron célebres. Inmortalizado en discursos como el pronunciado en Berlín, la propia historiografía sigue sacando revisiones de vida, obra y muerte de un presidente que, inconscientemente, fue el reflejo de toda una etapa en los Estados Unidos, con luces y sombras pronunciadas. 



Con todo, no es la célebre rubia la artista que más veces ha pisado el Madison. Tampoco Madonna o los Rolling, el récord de performances en semejante escenario corresponde a Billy Joel y su piano, los cuales tienen el honor de haber sido los que más veces han estado allí ante público, hasta el punto de que en muchos mentideros se solicita que sea reconocido ya como una franquicia más de este gigantesco negocio del ocio.  


"La única manera en la que un chico va a entrenar mucho es solamente si se lo toma como una diversión total... y ese fue mi caso"- Wayne Gretzky. 



Una cosa muy elogiable del Madison es que siente una singular respeto por sus héroes. Cuando subes arriba, puede apreciarse el dorsal retirado de Pat Ewing, así como todavía cuentan los guías la heroica resistencia de Walt Frazier a su lesión en las finales de 1970, anotando una canasta de las bien llamadas psicológicas y ensarzándose en una pegajosa defensa con el indomable Wilt Chamberlain. Dentro de ese Olimpo particular, Wayne Gretzky tiene el aura que solamente unos pocos escogidos alcanzan, habiendo convertido este originario de Ontario el Madison en el jardín de su casa, donde jugaba por divertirse. 



Aunque solamente estuvo tres temporadas en las filas de los Rangers (liderándonos a las Finales del Este), fue con esa camiseta cuando un comité de expertos lo saludó nada menos que con la catalogación del mejor jugador que se había visto hasta entonces en la NHL. Por supuesto, tras su retirada como Ranger, el Hall of Fame era su único destino posible.  



Y dejamos sin contar muchos otros momentos, como cuando las primeras filas para ver a Muhammad Alí y Joe Frazier eran tan costosas que los periodistas pidieron ayuda a celebridades como Woody Allen o Frank Sinatra para que tomasen fotos en su nombre. Una extraña mezcla de cultura popular y club exclusivo escandalosamente caro (el selecto Morgan). Recordábamos hace poco que John Lennon afirmaba que New York era el equivalente de la antigua Roma; sin duda, ya saben entre qué avenidas está el actual Coliseo. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-Captura del vestuario de los New York Knicks en el Madison Square Garden por parte del autor del blog [agosto de 2016]



-Captura del museo del Madison Square Garden por parte del autor del blog [agosto de 2016]



-Captura del museo del Madison Square Garden por parte del autor del blog [agosto de 2016]

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