DESEOS OSCUROS
Dos son las grandes frustraciones del ser humano, decía Oscar Wilde. Una, no conseguir lo que desea. ¿La otra? Obtenerlo. Por paradójico que pueda resultar, nuestras ambiciones más utópicas, el sueño que no confesamos a nadie, pero se presenta puntual cada noche, podría llegar a cansarnos o, simplemente, revelarse mucho menos fabuloso de lo que se había imaginado. La caja envuelta con el regalo de Reyes suele ser más fascinante que el contenido, por bien escogido que esté el presente. De algo de eso, habla el film que hoy nos ocupa: Magical Girl (2014).
Carlos Vermut propone un rompe-cabezas repleto de ingenio y de tristeza, una historia que es mucho más de lo que aparenta, aunque exige alguna pequeña abstracción para poder disfrutar de este ejercicio de eclecticismo del bueno. Una mezcla que alterna el anime con Eyes Wide Shut, la copla con Buñuel y los toros con turbios pasados que atrapan, dignos de Brian de Palma. Un truco de magia que es excelente si se hace bien, aunque mezclar todos estos ingredientes en la coctelera podría ser un sinsentido poco agradable al paladar; afortunadamente, Vermut demuestra ser mucho más que un atento aprendiz de brujo.
El punto de arranque es un tema espinoso y que ya advierte que esto no es un juego para tomarse a risa. La enfermedad terminal de Alicia, una niña de apenas 12 años, lleva a su padre Luis a querer encontrar un premio que la haga realmente feliz, sabedor de que puede ser el último. Mejor intención imposible, aunque la comunicación entre progenitor y retoña no anda tampoco en su mejor momento. La búsqueda provocará que vidas paralelas atormentadas se crucen, ¿puede un simple disfraz infantil de una serie nipona de moda desencadenar unas fuerzas tan viscerales?
JUGUETES ROTOS, ESPEJOS DESTROZADOS...
Todo puede cambiar en un giro, un accidente inesperado, algo que se tropieza en nuestro camino. Tal vez, caer incluso desde la ventana del vecino, por ejemplo. La belleza de Bárbara (Bárbara Lennie, muy merecidamente galardonada con un premio Goya por su actuación), igual que los inofensivos deseos infantiles de Alicia, parecen dar una falsa sensación de seguridad a Luis (Luis Bermejo), sin saber el triángulo tan peculiar que han formado, un triunvirato de juguetes rotos, destrozados por la codicia de otros.
Pero, atención a esto, cuidado que no nos hallamos ante un rosario de víctimas oprimidas y con las manos limpias. Tanto Bárbara como Luis comparten la misma enfermedad, la capacidad de arrastrar su maldición y ser casi tan crueles como su entorno cuando la situación lo exige o les da la oportunidad. De su encuentro, surgirán los hilos que conducen a estas vidas derruidas a una danza inquietante.
A medida que avanza la rueda, algo oscuro empieza a surgir, si bien quedan muchos elementos de la ecuación ocultos, a pesar de que las matemáticas se jacten de ser una de las verdades inalterables en un mundo que no puede presumir de esa continuidad. Y es entonces cuando irrumpe en escena lo que se había prometido en su atípico prólogo...
CON LA EDAD NO CAMBIAS, SOLAMENTE PIERDES EMPUJE...
Todo el público es consciente de que no puede limitarse a esos instantes en el inicio, un flashback que, al igual que ocurría con Jack en The Departed, nos da la grata ilusión de que uno de los actores con más carisma ha recuperado unos cuantos años. La irrupción de José Sacristán en Magical Girl es la de un peso pesado de la escena española. Estos últimos años, el legendario intérprete ha apostado por colaborar con gente joven, seguir jugando a ser el nieto que asustaba a su abuela fingiendo ser un indio apache. Ahora, es un veterano con la ilusión de un novato, una combinación que es muy difícil de superar.
Su personaje, enigmático y de quien nos faltan las coordenadas, es el último nexo de la maldición de Bárbara, la hermosa estudiante de mesa impecablemente ordenada. Con Sacristán, Vermut puede embarcarnos en un final a la altura de lo que se había insinuado. Por supuesto, esta fábula puede tener sus fallas, pues todas las tienen, pero arrastra a dejarnos embaucar, a creer que los objetos desaparecen en las manos del prestidigitador. Solamente para descubrir que, incluso los implacables asesinos pueden ser víctimas de los celos y ser incapaces de aguantarle la mirada a su presa más indefensa, quizás la única que no tiene miedo en esta procesión de vanidades.
2014 ha sido el año de Isla mínima, Relatos salvajes y alguna ilustre película más en castellano. Indudablemente, esta cosecha ha sido excelente, hay que degustar estos vinos con la calma que merecen.
ENLACES IMÁGENES:
http://www.fotogramas.es/Peliculas/Magical-Girl/Exclusiva-el-cartel-definitivo-de-Magical-Girl-disenado-por-Carlos-Vermut
http://revistamagnolia.es/2014/10/62ssiff-iv-negociador-borja-cobeaga-magical-girl-carlos-vermut-murieron-por-encima-de-sus-posibilidades-isaki-lacuesta-la-decima-carta-virginia-garcia-del-pino/
http://www.fotogramas.es/Cinefilia/Los-mil-rostros-de-Jose-Sacristan
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