viernes, 19 de agosto de 2011

VERSOS GRISES

A pesar de que la estética ya sería una buena pista, cuando buceamos en Youtube, no tenemos ningún inconveniente en descubrir que "Negro sobre blanco" (un título que, en verdad, da mucho juego) es un programa con carga añeja.
Emitido entre 1998 y 2004, se trataba de un programa de tertulia literaria, donde uno o más escritores se juntaban para debatir su trabajo, bajo la presentación del siempre polémico Fernando Sánchez-Dragó, verdadero experto en terminar provocando a propios y extraños.
Su pegadizo y refinado opening ya empezaba siendo publicidad fraudulenta. En verdad, no todo está en los libros, ni muchísimo menos, nos podríamos atrever a decir. Lo cual en ningún momento es óbice para declarar que desde luego no viene nada mal que le gusten a uno... y si encima se lo lee mejor, da para algún café y como decía Aristóteles en "Alejandro Magno" de Gisbert Haefs, le permiten a uno el noble intento de tratar de morir habiendo sido un poco más inteligente que su trasero.
Como era de esperar, un producto televisivo de esta naturaleza, era emitido después de "Estudio estadio" y no en la primera cadena, sino en la 2, donde los documentales y la oferta cultural encuentra un pequeño nido discreto. De cualquier modo, tuvo algunos momentos de real interés, logrando invitados del prestigio de Mario Vargas Llosa, ahora tan re-editado con motivo de su reciente premio Nobel en literatura.
El estilo entrevistando de Dragó se adecuaba bien a este espacio, en ocasiones con pretenciosidad, pero no se puede dudar de que conocimiento de causa. Algunas de las conversaciones allí mantenidas realmente serían hoy en día un pequeño oasis a lo que estamos acostumbrados, especialmente el duelo de insultos e indirectas divertidas y sarcásticas que en una ocasión mostraron en ese espacio Antonio Gala y Jesús Quintero, realmente inolvidable.



Como no podía ser de otra manera, otros momentos mostraron un aspecto más oscuro de esa supuesta intelectualidad bienintencionada. Dos poetas terminarían a tortazo limpio (en significado literal), así como algunas de las tertulias se revestían de cierta carga ideológica o esnobismos que verdaderamente eran buscarle los tres pies al gato (animal al que Dragó siempre ha venerado con acento egipcio).
Pero, probablemente sin esos versos grises compuestos, no se hubiera podido descubrir, al menos no para nosotros, el gran público, la vertiente más literaria y menos macarra de Joaquín Sabina, quien después de unos de los sustos más grandes que le pegó su salud, apareció en aquel espacio con su viejo conocido del café Gijón, para demostrar que además de buen letrista era un ducho y despierto lector de Quevedo, Valle-Inclán y Neruda, entre otros. Y, comulgando con lo dicho con Sabina, por lo menos, hay que reconocerle a Dragó, que pese a no tener una pronunciada capacidad para hacer amigos ajenos, es un estupendo lector de versos y pasajes, seleccionados casi siempre con un acertado gusto estilístico.
"Negro sobre blanco" tal vez necesitase más perspectivas y giros de tuerca, bajar un poco a la tierra más llana de vez en cuando, pero, de cualquier forma, uno piensa que tanto sus virtudes y mezquindades, que no es condían peleas, intereses subterráneos y dardos, estaban al menos enmarcados en un campo más limpio que las peleas, intereses subterráneos y dardos que hemos de ver en otros platós de televisión, donde, no solamente se diría que no todo está en los libros... sino que tal vez la cuestión sería si sus artífices han leído alguno por accidente.
No era negro sobre blanco, se trataba simplemente de un tono gris. Pero, desde luego, mal van las cosas cuando no hay hueco para programas de este contenido... aunque fuera para criticarlos.

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