Fue estrenada durante un caluroso mes de agosto del año 2.005. Lejos de tratarse de un programa más, "Rome", fue desde su estreno, un auténtico órdago a la grande. En pleno inicio de la Semana Santa, no se le ocurre a este blog nada mejor que narrar una de romanos, en la sección series TV.
Como entre países angloparlantes se entienden, las poderosas BBC y la HBO financiaron el proyecto, pero al igual que Craso, César y Pompeyo, el triunvirato es el número ideal, así que también es de justicia mencionar a la italiana RAI. Se trataba de una apuesta muy descabellada, con un gasto sin muchos precedentes en el medio televisivo y con capítulos que bien podrían ser considerados películas independientes, aunque con nudos comunes.
Generalmente no soy un partidario de las series cuyos episodios son de una extensión tan considerable, aunque hay que medir el tempo. Particularmente creo que en la comedia (ejemplos inmejorables Los Simpsons o Cheers), en 20 minutos se ronda la perfección. No obstante, el drama más puro y duro, ya sea en Los Soprano o Los Tudor, bien puede extenderse más si quiere contarse bien. Al igual que la segunda, Roma además necesita adecuarse (con mayor o menor rigor) a los acontecimientos históricos. La recreación por otra parte de la urbe ha sido espléndida, gracias a estar rodada en las inmediaciones de la propia Roma.
La ambientación comienza con una urbe que domina buena parte del mundo conocido por Occidente, territorios extensos que traen aparejados botines, esclavos, mujeres y placeres... pero la República es incapaz de gobernarse a sí misma. Mientras, Cayo Julio César (Ciarán Hinds) acaba de obtener su más importante triunfo en las Galias, doblegando al rey Vercingetórix. Aparentemente, César no debe tener nada de que preocuparse, sus éxitos se suceden, pero algo le inquieta... su hija Julia ha fallecido. Aparte de la pérdida afectiva, esa hermosa muchacha era la esposa de Cneo Pompeyo (Kenneth Cranham, veterano actor). Ahora sin ella, Pompeyo se ha casado con la importante hija de uno de los políticos más desfavorables a César, quien, por el peso de sus legiones, sus ilustres antepasados y su ambición insaciable, podría aspirar a ser elegido monarca.
A pesar de ser el primer capítulo, el ritmo es vertiginoso y la sagacidad de sus guionistas (destacando Bruno Heller, John Millius, William J.Macdonald, David Frankel, Adrian Hodges y Alexandra Cunninghan) sublime, invitando a los sobre-entendidos. Aparentemente nadie en la ciudad quiere la guerra civil y las legiones de la Galia están tranquilas, pero incluso incorruptibles como Catón (Mark Pirkis) se atraen la vanidad de Pompeyo, quien parece más movido a enfrentarse a su antiguo camarada por celos que por patriotismo. Bajo las simples apariencias, las traiciones y maniobras de sus opositores no dejan otra salida a César, quien sin embargo, con Marco Antonio (espléndido James Purefoy) a sus espaldas, no dudará en comentarle a su subordinado: "Ya iba siendo hora".
Teniendo en cuenta estos ingredientes, la serie podría tener un talón de Aquiles grave, convertirse en un documental solamente aptos para los apasionados de la Historia. Pero, y aquí tienen un gancho potentísimo los hacedores de esta producción, Tito Pullo (Ray Stevenson, soberbio) y Lucio Voreno (Kevin McKidd). Estos dos legionarios han sobrevivio a la posteridad por los elogios que en sus comentarios dejó el conquistador de las Galias de ellos. Con esos lacónicos renglones a sus espaldas, la serie nos los presenta con un fin evidente, narrar la intrahistoria de la Roma más humilde. Puesto que aunque es un programa coral, los dos soldados tienen una influencia notable en cada episodio, detengámonos unos instantes en trazar sus pérfiles.
Mc Kidd se mete con todas las consecuencias en la piel de un espléndido centurión de a XIII legión (pero en la realidad, creo, Voreno era de la IX), un hombre absolutamente anclado en su tiempo, que no cuestiona ni las autoridades ni los dioses, a quienes teme ofender. Perfecto para sobrevivir en el campo de batalla y hasta hacer carrera en el ejército, la vida civil le trastorna, puesto que lleva demasiados años batallando en las Galias y su mujer es una perfecta desconocida para él... por no hablar de sus niñas, quienes incluso parecen temer al poderoso guerrero que en su retorno ha invadido la paz de su hogar. Pero, una vez crucé el Rubicón y, antes de perseguir a Pompeyo a Oriente, tanto César como Marco Antonio querrán utilizar con sus propios fines a un personaje que en principio goce de gran popularidad entre la soldadesca. Temeroso de adentrarse en ese mundo de tiburones (en el cual el gran depredador de la oratoria es David Bamber, que encarna a Marco Tulio Cicerón), Voreno tratará de llevar una vida respetable, pero se meterá en unos negocios ruinosos y un drama familiar que le forzarán a retomar la vida de las armas.
Tito Pullo, como bien fue definido en la página web de la serie es "Un guerrero de la época homérica con la ética de un pirata". El ejemplo perfecto (que también se ve en la película "En tierra hóstil), de que un tipo iracundo y sin paciencia, puede ser un verdadero héroe en una campaña militar. Sin la constancia de Voreno, Pullo será la travesura de los guionistas, quienes explicarán (a veces abusando del recurso hasta el exceso) muchos puntos de inflexión vitales con la intervención indirecta de Pullo. Todo quedará perdonado por el maravilloso clímax de la primera temporada, donde la relación entre Voreno y Pullo (condenados a odiarse y entenderse) les unirá en una lucha a muerte, justo cuando ambos acaben de perder el afecto de las dos mujeres más importantes de su vida.
La diégesis más polémica ha sido la de insertar a Pullo como un poco el protector del sobrino-nieto de Julio César, nada menos que Octavio (un frío e inquietante Max Pirkis), lo cual permite a la serie ahondar en el núcleo familiar del futuro Augusto. Nada que objetar a este espléndido rol, salvo en la recreación de las dos mujeres de su domus, su madre Atia (una Polly Walker muy sensual) y su hermana, Octavia, que es recreada Kerry Condon. Ambas son dos actrices consumadas, tanto que Walker ha sido premiada por su excelso papel, reflejando a la perfección las artimañas de algunas de las supuestamente irreprochables matronas romanas. Pero, y este es el problema de querer hacer estereotipos, lo que hubiera quedado muy bien en Fulvia, Clodia o incluso Metela Calva, no cuadra con el retrato que históricamente tenemos de Atia (quien además debería fallecer poco después de los idus de marzo), una viuda bastante ejemplar durante toda su vida, obsesionada por la carrera de su hijo, pero alejada de muchas de las perversiones que le ponen en la serie. Atia, para evitarnos dolores de cabeza, debe ser interpretada por el espectador como una creación literaria genial que en nada debe confudirse con la realidad. Disfrutemos de la performance de Walker, simplemente.
En cuanto a Octavia, aparte de aspectos que sí sucedieron (su fracasada relación de matrimonio con Pompeyo, la influencia de Atia, etc), es empleada en ocasiones para explicar la decadencia moral que empieza a suceder en la Ciudad Eterna. En ocasiones, creo que por influencia especialmente acentuada por los peplum de Hollywood, se creen algunos guionistas (incluso algunos de la calidad de los de Roma) determinados vicios sexuales y orgías de un nivel casi imperial (me refiero especialmente a los días de gente como Calígula o Nerón) a una fase tardorepublicana donde es evidente que hubo una "juventud dorada" (como decía Montanelli) que rizó el rizo ante tanta opulencia.
Y es que la primera temporada de la serie se mueve entre un contenido de alto nivel (intrigas políticas, muy buena recreación de las técnicas militares, decorados impresionantes...) y otros aspectos que, me he visto tentado en ocasiones a pensar, parecen establecidas para atraer a la mayor cantidad de espectadores posibles. Y la pareja son dos temas tan universales como el sexo y la sangre, las cuales en ocasiones inundan la pantalla pequeña del televisor. Si nos quitamos los remilgamientos, no podemos negar que fue un mundo de una agresividad brutal y donde los secretos de alcoba estuvieron muy ligados al poder.
La primera temporada termina con la famosa conjura contra César, encabezada por Marco Junio Bruto (Tobias Menzies), uno de los jóvenes predilectos del nuevo régimen y perdonado tras la guerra civil por el mismísimo César en persona. Bruto es además hijo de una de las grandes patricias de la ciudad, Servilia (Lindsay Duncan). Duncan protagoniza un potente duelo con Polly Walker, que solamente se ve estorbada (de nuevo el morbo) por la impensable licencia de un triángulo amoroso de Octavia-Octavio y Servilia que parece motivado únicamente por mostrarnos nuevas indiscreccione de salsa rosa. En cambo, los amorios e indecencias de Marco Antonio si me parecen bien llevadas y necesarias para conocer todas las facetas del personaje.
El balance de la primera temporada, a pesar de sus muchos gastos, es favorable. Aunque algunos puristas se tiran de los pelos por la tendencia a la verosimilitud morbosa antes que la exactitud, no pocos admiten que hay un trasfondo de más nivel del que cubre la sangre y que, algunos momentos en la corte senatorial están más allá de un nivel divulgativo. La segunda temporada tiene luz verde aunque(especialmente en Italia) algunos países han censurado varias escenas por ser juzgadas inadecuadas. En España nos las vemos y deseamos para seguir el día a día de los capítulos, debido a un horario bastante infumable de Cuatro. En la retina, discusiones historicas a margen, queda una tremenda guerra en Alejandría, el conmovedor final de Pompeyo (especial atención a su diálogo con Voreno) y varios momentos donde la antigua Roma ha vuelto a la vida.
En la próxima entrada hablaremos de su segunda temporada.
Wa, pedazo de reportaje, sigue así (No opino sobre el tema porque no vi la película, sorry...)
ResponderEliminarGracias Xobolina. Te recomiendo que la veas en cuanto tengas un hueco. Saludos
ResponderEliminarVale, gracias por el consejo, me descargaré un par de capis ;)
ResponderEliminarMagnífica reseña que me ha inspirado un gran proyecto.
ResponderEliminarNo es así amigo?
Jajajajajaja... y tanto, amigo Francisco. A mí me lo vas a contar. Pronto subiré la segunda reseña. 1 fuerte abrazo.
ResponderEliminar¿Pronto? Estaré ahí para leerla ^^
ResponderEliminar