Todos los seres humanos llevamos una máscara en determinado momento, quizás varias. No siempre nos mostramos tal y como somos. Probablemente, sea hasta saludable bien entendido el proceso. Una buena máscara no implica necesariamente engaño, tal vez simplemente sea un pequeño antídoto invisible, una forma de mantener inviolada una parcela de intimidad. Brad Meltzer, uno de los guionistas más interesantes de los últimos años, despoja de antifaces e identidades secretas a uno de los grupos más emblemáticos del universo superheroico: la Liga de la Justicia.
En apenas siete números, dicho autor diseña una hoja de ruta que va a ser una montaña rusa que demostrará que estos seres casi homéricos (Batman, Superman, Wonder Woman...) no dejan de ser de carne y hueso, con preocupaciones terrenales. Muchas veces se ha intentando esta fórmula, pero pocas veces se ha logrado con este nivel de día cotidiano donde, de repente, todo se tuerce. Una demostración palpable del éxito de la saga es el Hombre Elástico, un personaje no excesivamente conocido para el gran público. Sin embargo, basta ver su primera escena de patrulla para sentir una fuerte simpatía por él, casi como si fuera un integrante de nuestro grupo de amigos que nos preocupa.
Lo acompaña en la aventura un lápiz muy particular, el de Rags Morales, quizás la mejor elección posible para esta clase de aventura. Con un sabio entinado de Michael Bair, este dibujante brinda uno de los mejores trabajos de su carrera, estando perfectamente familiarizado con cada uno de los integrantes de esta compleja historia coral. Un terrible crimen hará tambalear los pilares y códigos del grupo, aunque lo peor es el hecho de que las motivaciones se ubican en un momento muy turbio del pasado de los paladines, el cual casi marca una escisión terrible.
Un cóctel de emociones que, habida cuenta el género al que pertenece esta obra, se alterna con secuencias de acción increíbles. De cualquier modo, que aquellas personas lectoras con aversión a las americanadas varias y excesos de puñetazos tópicos respiren con alivio, Crisis de Identidad tampoco se contenta con caminos trillados. Aquí una batalla que va aparte y es, bajo mi modesto juicio, una de las mejor narradas en aquel 2004, año del lanzamiento de esta mini-serie de consecuencias decisivas para entender mejor el universo DC de hoy en día.
Se hace en este punto referencia al combate que Deathstroke mantiene en solitario contra más de la mitad del supergrupo. El mercenario es contratado por alguien tan despreciable y poco significativo como Doctor Luz, el típico villano de su época mal envejecido y que se arrincona en el baúl de los recuerdos de los fans. Meltzer lo trae para provocar una pelea impresionante donde, armado con sus reflejos incrementados e inteligencia estratégica, este Memnón de Rodas con máscara es capaz de dar un clinic de control y dominio frente a contrincantes, sobre el papel, mucho más poderosos que él.
La única manera de sobrevivir a estos retos será, nuevamente, volver a estar dispuestos a enfangarse. No se trata de salvar el mundo o épicas batallas en el espacio exterior ante civilizaciones desconocidas, la Liga va a tener que adoptar métodos callejeros para proteger a los que más quieren. Aquí sobresale el tratamiento que los responsables de la aventura dan a Oliver Queen/Green Arrow, impresionante de principio al fin, el único capaz de comprender cómo hacer bajar a su nivel a Slade Wilson. El sarcástico arquero es empleado como un secundario de lujo, no es quien más sale en la película, pero cada uno de sus diálogos es una perla imperdible.
Como en todo relato de misterio que se precie, los crímenes no resultan exentos de ingenio y hay una serie de sospechosos a cual más inquietante. En esta faceta destaca la perspicacia de Bruce Wayne, sin dotes telepáticas o lazos de la verdad, es quizás el mejor conocedor de la naturaleza humana en el equipo. Él trazará la cuestión clave, Cui bono, la locución latina que cuestiona quién saca beneficio de actos terribles. Contestar correctamente o no a ese vital interrogante puede marcar la supervivencia de vínculos que parecían firmes.
La capacidad de Meltzer como novelista brilla con luz propia en este complejo juego, en perfecta armonía con un dibujante que entiende exactamente cómo debe plasmarse la letra impresa mediante su trazo, lo cual da una sensación de coordinación que convierte Crisis de Identidad en un verdadero placer, una lectura que engancha de principio a fin.
Una noche donde todo cambió para Sue. También para Bruce. Probablemente, para unos héroes que parecieron invencibles hasta que alguien descubrió los rostros que se escondían tras las máscaras...
-http://www.zonanegativa.com/crisis-de-identidad/
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
-https://comicsauthority.com/2013/08/21/review-identity-crisis/
-http://batman-news.com/2016/09/01/who-is-deathstroke/
-https://www.comixology.com/Identity-Crisis-4-of-7/digital-comic/5430