jueves, 18 de febrero de 2010

LOS FANTASMAS DE GOYA



Y fue la noticia. Celda 211, el magnífico thriller carcelario que hasta entonces pensábamos que solamente se podía hacer en Estados Unidos, se coló con merecimiento en la fiesta del cine nacional, veni, vidi, vinci. Los ocho bustos del artista son la constatación de un éxito. Quizás, un poco exagerado, siempre suele suceder, tal vez hubo el típico desequilibrio, pero bueno, como dicen por ciertos lares: Solamente podía quedar uno.

Junto con el de mejor película, casi siempre el más codiciado, creo que hay uno que será para exhibir y hasta contar a los nietos por el ganador. Luis Tosar ha usado su talento y el regalo que era un personaje como Malamadre para batir un triunvirato de ensueño: Ricardo Darín, ese artista argentino al que parece que alguien le puso una varita mágica y le dijo: "Vas a actuar y lo vas a hacer como nadie", al camaleón de camaleones, Jordi Mollá y, al sorprendente De la Torre, dando su do de pecho en "Gordos". Lo cierto es que si cualquiera de los cuatro se hubiera llevado al gato al agua, pocos peros habría que ponerles, pocas veces se ha juntado tanto talento y menos polémica había en los seleccionados. Fue el premio que vi con mayor interés.

El maestro de ceremonias fue el monologuista y showman Andreu Buenafuente. Poco vamos a descubrir aquí de Andreu, rápido, sagaz e irónico, no obstante, me parece que en la gala se mostró menos corrosivo de lo que acostumbra, llegando a usar cosas muy trilladas. Lo más (por lo menos a mi modesto juicio) irritante fue la manía de lanzar guiños,no por el hecho en sí, sino porque quedaba más que patente la simpatía que siente por algunos (su complicidad con Resines u otros que han estado en su programa era evidente), lo cual se parece a cuando un profesor que se supone que es para todos se limita a atender las preguntas de ciertas bancas. Aunque Buenafuente siempre despierta sonrisas y sus momentos con la Sardá fueron de lo mejor. ¿Y en la pasarela? Decir que aún estamos lejos de lo bueno y lo malo de Hollywood, algunos de nuestros artistas siguen queriendo el distaciamiento pero si el glamour, pero tampoco se prestan a dar mucho juego a la hora de entrevistas. Me parece muy respetable ese celo, pero en ese caso no puedes pretender estar en el foco de las cámaras, pero solamente cuando te interese lucir vestido. Si quieres que solamente se hable de tu trabajo, que es de lo más digno, pefect, pero no se puede estar en misa y replicando. Pero vamos, que en cuanto a los más elegantes, que elijan las señoras (o los señores que entiendan de belleza, cuidado, que yo no lo hago porque carezco de gusto en este apartado), pero para mí, fijense, con poco ornamento, me sigue seduciendo más Kira Miró apareciendo en el sketch preparado por Andreu, y es que, para un servidor, esta actriz estaría radiante cubierta de harapos, a todo esto, ¿por qué nos quitaron "Gominolas"?

El honroso segundo puesto cayó en Ágora, de Alejandro Aménabar. Este director, auténtico niño prodigio del cine español, que nos dejó a todos boquiabiertos (sus arranques con Tesis, Abre los ojos, Los Otros, etc) con su fulgurante salto a la palestra, ha cedido ante el drama carcelario, pero se va con siete. Modestamente,aunque nunca diría que Ágora es un mala película, señalar que nuevamente hubo desigualdad. En especial me llamó la atención el casi visceral castigo a "El Baile de la Victoria" de Fernando Trueba, sin dudas, la gran perjudicada de la noche. Cierto es (espero sacar hueco y colocar una breve reseña de la cinta) que es una obra con muchos flecos,pero inmerecido ostracismo. Asimismo quizás se haya castigado demasiado a una obra con final tramposo pero una apuesta muy valiente, "Agallas", que, aunque desde luego no merecía ganar, quizás debió colarse en más listas como candidatas, como guiño a haber intentado hacer algo que aquí no se estila.

La gran machada de la noche la protagonizó Lola Dueñas, cara femenina de "Yo también", auténtico órdago a la grande y políticamente incorrecta, que desbancó a sus ilustres rivales, destacando la principal favorita, Penélope Cruz, que apareció por primera vez en el solar hispano con Javier Bardem (noticia que para muchos habrá sido lo principal de esto Goya, reconozco que a mí tampoco es que me quitara le sueño, aunque por chismorrear algo, decir que vi a Bardem mejor, más en la fiesta que una Penélope fríamente distante, algo que, a mí errado ojo, le pasó a Paz Vega, guapísima como siempre pero tampoco en su momento más emotivo, la verdad). El premio a mí me parece muy oportuno para recompensar a esta excelente representante (además, me gustó mucho su discurso, humilde, elegante y sobre todo, por el guiño final a su compañero de aventuras), y, al igual que con Tosar, creo que podrá enmarcar la victoria por los rivales que le tocaron en semifinales y finales.

Pese a todo lo dicho, el ganador de ganadores, fue el nuevo director de la Academia, Alex de la Iglesia, un tipo a quien hay que conocer, por lo menos su cine que es de calidad y de erudito irreverente, con vena freak. De la Iglesia logró reconciliar, para sorpresa de muchos, a la Academia con Pedro Almodóvar, tras una auténtica Guerra Fría. "Tenéis un director muy pesado", afirmó el manchego, pero Alex sonreía como quien sabe que con este movimiento se ha relanzado como figura a tener en cuenta. Creo que se puede esperar bastante de él como cabeza visible de la Academia, su amor por este arte es indiscutible, aunque temo que las exigencias del cargo y el politiqueo le alejarán de hacer cine propio... y eso es una pena, ojalá me equivoque.

No fue oro todo lo que relucía. Como bien me apuntó Easmo hace poco, tenemos un gran desconocimiento de lo que hacemos en animación, muchas veces no conocemos ni los nominados, no copan los titulares y estamos en pañales en un campo donde los estadounidenses y los japoneses, sin ir más lejos, nos pegan una patada, pero lo que más irrita es que, no pocas veces, las cabezas pensantes y los dibujantes los tenemos, falta apostar por ellos. Ambivalente me dejó lo de "Actriz Revelación" a Soledad Villamil, ¿de verdad no conocían a esta fabulosa actriz argentina? En fin, sé que se haría con buena fe, pero teniendo en cuenta las tablas que ya tiene, casi mejor que no pudiera ir a recoger el premio, no sabía ya uno como interpretarlo.Ah, y no se preocupen "El Secreto de sus ojos" pagó la pena de ser la extranjera, pero es un titán y cruzo los dedos porque en los Oscar simplemente la traten como se merece... en ese caso arrasará.

En conclusión, con agradables sorpresas, pequeñas decepciones y quinielas acertadas, Los Goya volvieron a estar a un nivel medio-alto que complace, aunque no nos quitamos el autocomplejo con los USA. Y es que, esto es muy importante, muchas de las cosas que no me gustan de este tipo de ceremonias (pompa y boato más que el cine per se), se aplican a la par a los Oscar... que tiene seis ponches. Pero bueno, eso es ya otra Historia...

viernes, 12 de febrero de 2010

QUÉ GRANDE ES LA NOSTALGIA



Título: Qué grande es el cine.

Director: José Luis Garci.

Productor: Ricardo Iznaola.

Productor ejecutivo: César Gil.

Realizador: Juan Luis Bustos.

Documentación: Isabel Samper.

Contertulios: Juan Manuel de Prada, Juan Miguel Lamet, José Sacristán, Miguel de Marías, Eduardo Torres Dulce, Oti Rodríguez Marchante, Fernando Sánchez Dragó, Antonio Giménez Rojo, Juan José Plans, Beatriz Pérez de Aranda,

Fecha de emisión: 1995-6 de diciembre 2005. TV2.

Dicen que el distanciamiento da objetividad. En ocasiones, estar demasiado involucrado en un proyecto o situación, nos priva de poder ser justos en nuestra valoración, mezclando sentimientos con razones. Así pues, lo que antes parecía blanco o negro, empieza a tornarse grisáceo, se ven mejor las aristas, se comprenden virtudes y defectos… Ya hace tiempo que un programa televisivo, Qué grande es el cine, dejó de emitirse. Puede ser, aunque es una quimera, que ahora podamos empezar a valorar mejor este intento de acercamiento al arte cinematográfico que fue dirigido por un equipo magnífico, con el director español José Luis Garci, a la cabeza.

Este espacio se inicia en la década de los 90, la idea es acercar a los espectadores de la televisión pública a determinadas piezas que merecen ser descubiertas, o re-descubiertas. Como toda elección, muchas ausencias serán lamentadas, pero haciendo un repaso, no hubo malas elecciones. Lawrence de Arabia, Amadeus, El empleo, My fair lady, Con faldas y a lo loco, El apartamento, Casablanca, Ed Wood, Fort Apache… Básicamente, no estaban todas las que eran- se añora más presencia de cine oriental, por ejemplo-, pero si eran todas las que estaban.

La película constaría de una presentación breve, en una especie de mesa redonda donde determinados contertulios, darían unas pinceladas antes de presentarla. Teniendo en cuenta que algunas de ellas tenían un metraje muy prolongado –me viene a la cabeza Doctor Zhivago-, junto con los inevitables anuncios que por aquel entonces poblaban televisión española, a la par que un inicio en horario de noche, ya hacía ver que podía llegarse a las altas horas de la madrugada. Bajo una atmósfera de humo y tabaco –que por ejemplo, ha sido muy bien parodiado por algunos humoristas, como en el pasado Cruz y Raya- , una vez pasada la proyección, Garci y los invitados de aquella jornada dirimían algunas curiosidades, aspectos… En un ejemplo poco frecuente, había un apartado de bibliografía y hasta un contexto histórico. Desde luego, aunque tenía sus defectos, no era desde luego carente de rigor.

Empecemos con un problema que fue básico, estar establecido ese día maldito que las Parcas osaron llamar lunes. Acabar a semejantes horas un lunes, era una clara provocación, teniendo en cuenta que por su cierta cota cultural no iba a ser tampoco un producto vorazmente consumido, la fecha parecía contemplar que iban a reducir aún más el mercado. Fuimos varios los de la generación del vídeo y hasta los que, como me comentó en alguna ocasión Chespiro, disfrutaban mucho cuando el martes había puente. Se producía entonces un combo fantástico, volvías a casa tarde de pasarlo bien y en vez de anuncios de teletienda tenías un cine casero.

Si bien nadie puede decir que las obras escogidas fueron malas –de hecho, les estaré eternamente agradecido por haberme hecho descubrir El general de la Rovere-, no es complicado encontrar mucha gente que les reprochó pedantería en los comentarios, arrogancia en sus afirmaciones y esnobismo. A veces, pienso que la gente tiene una memoria tan prodigiosa como maliciosa y que a Garci nunca se le va a perdonar aquella frase que, evidentemente, fue muy desafortunada: “Para que sepan de cine casi tanto como yo”. No me parece el momento oportuno, para hablar de él como cineasta, aunque su filmografía y su trayectoria serán conocidas por todos, con un Oscar en el camino y varias nominaciones, que no están al alcance de todo el mundo, la verdad sea dicha. En esta reseña nos limitaremos a hablar de él como cinéfilo y presentador.

Parece casi inútil, querer discutir a Garci su amor por este arte. Apasionado en sus comentarios, bastante más respetuoso de lo que suelen ser otros colegas suyos a la hora de hablar de competidores, no quepa duda de que le dio su seño propio a la emisión. No pocas veces, veías con agrado como se finalizaba el programa mientras él y sus correligionarios continuaban insistiendo en tal o cual momento, en determinada escena o un polémico final.

Sobre los tertulianos podríamos tener mucha tela que rasgar. Hay que señalar que algunos de ellos fueron esporádicos, me viene a la cabeza el actor José Sacristán, por cierto, sublime, tanto en los debates de Viaje a ninguna parte y My fair lady. Además, tenía muy buen feeling con Garci, con quien ha estado en algunos rodajes. Otros, fueron más frecuentes, pero han sido tantos (y tantas, aunque es verdad que tal vez Garci no invitó a tantas féminas como debiera en sus centenares de programas, ¿tal vez caballerosidad en semejante tráfico de humo?), que es casi imposible tener una visión de conjunto, cada uno podría de por sí, ocupar varios párrafos.

Eduardo Torres Dulce, sin ir más lejos, fue uno de los más frecuentes. Haciendo honor a su apellido, tengo un excelente recuerdo de él, siempre recatado y amigo de su afición, fue un excelente contra-peso de Garci y se le notaba sobrado en la materia, como el alumno que no solamente lleva los deberes, sino que los tienen en la cabeza por si se los come el perro. Compañero en no pocos debates, con pipa sacada de La vida privada de Sherlock Holmes, era la calma dentro de la tormenta. Otros por ejemplo, me dan emociones bipolares, Juan Manuel de Prada, agradable por su erudición literaria (excelente encontrando las referencias homéricas a Fort Apache) y cinematográfica, pero menos agradable –a mí modesto juicio-, por su clara parcialidad política en su intervención en programas de actualidad política. Doctores tiene la Iglesia.

Precisamente la política tiene más que ver en nuestra historia de lo que parece. No son pocas las veces en las se ha dicho que ciertas elecciones condicionaron también para que desapareciera el programa televisivo de Garci, debido a su ideología (que todos sabemos cuál es, estemos de acuerdo o no, pero me repatea tener que dar este tipo de datos, porque no me gustan los híbridos que tantas veces se dan, pero bueno…). El parte oficial fue que se trató de un retiro de mancomún acuerdo, además, la audiencia era bastante fiel pero nunca abundante. Me gustaría creer por una vez la versión oficial. Pero, desgraciadamente, en España, y en muchos más lugares, la fuerza dominante coloca a sus adeptos. Sea derecha, izquierda o centro, y me temo que hasta los que votamos en blanco nos pondríamos a colocar a dedo a nuestros más afines.

Hoy en día, gracias a la generosidad de algunos cautos conservadores de VHS (hablar de ellos ahora parece que se trata de habar del Neolítico, pero estuvieron hasta antesdeayer), mediante el programa de Internet Youtube, se han colgado algunas de esas reuniones. Hay joyas como El Hombre tranquilo o El cartero siempre llama dos veces, viendo los comentarios, no me deja de producir una sonrisa irónica que ahora sean ellos los protagonistas. Tras años aguantando aquello de “Lo único bueno de aquello era la peli en sí, con aquellos plastas pedantes nadie se tragaba nada”, pero ahora resulta que lo extraño se torna bello, lo rebuscado tiene traducción y la gente no busca tanto Ciudadano Kane como las reflexiones de aquellos eruditos/as, a veces sesudos, otras desenfadados, prepotentes y humildes y acertados o errados, sobre la misma. No obstante, un programa distinto y con sabor a tabaco amargo, aunque agradable, como salido de La reina de África.

Se han cambiado las tornas, ¿acaso el show se modificó tras ver bailar a Gilda? Probablemente sean los espectadores/as quienes lo hayamos hechos, a horas más decentes, empezamos a intuir lo que significaban aquellas mesas redondas, a aprender a apreciar este arte. Incluso cuando discrepamos con ellos es un hallazgo del programa, porque te has metido en la piel de una obra de ficción y estás discrepando con lo que te quieren vender otros, tienes criterio propio, eso es lo máximo que creo que se puede conseguir en la caja tonta…a la cual yo quiero mucho y por favor no me la quiten. Qué grande es el cine tuvo virtudes y defectos, pero con sus valores negativos en la ecuación seguía siendo positivo… Empieza a haber nostalgia.

Siempre nos quedará youtube.

Fuentes consultadas en la red:

www.blogdecine.com/.../que-grande-es-el-cine-desaparece-de-la-parrilla - Muy recomendable, porque además veremos valoraciones no tan positivas del programa. Es bueno no quedarse con una única versión.

www.ucm.es/info/multidoc/.../grande/grande.htm- Repaso al programa. Muy medido y con datos sumamente interesantes.

http://www.ciao.es/Que_grande_es_el_cine_TVE_1__Opinion_948863- Reflexiones maravillosas y muy recomendables de algunos usuarios de dicho sitio web sobre las emociones que les suscitaba aquel programa. Alta calidad media, con alguna verdaderamente emotiva.

jueves, 4 de febrero de 2010

ABRIR UNA CAJA ÓXIDADA

Título: Súper-López: La Caja de Pandora.

Editorial: Bruguera.

Autor: Jan.

Aparecido en: Mayo de 1993

Consciente de que este domingo no podré cumplir con la agradable tradición de escribir en este blog, nos adelantamos para estrenar el mes de febrero como se merece, nada menos que con un producto nacional, Súper-López, creado por el genial dibujante español Juan López, a quien a partir de ahora llamaré por su mote artístico, Jan.

En concreto nos detendremos en una de sus aventuras (a mi muy modesto juicio) más inspiradas, la de Pandora. Efectivamente, retomando el hilo mitológico de los helenos, el protagonista y su entorno se verán afectados por aquel recipiente de maldiciones que una inconsciente (¡qué machistas aquellos griegos!) mujer desató. Y para temor de todos, el ultimo de los males está por desatarse.

Número 8 de la Colección Olé, nos encontramos con un Súper-López mucho más trabajado y preparado, lejos de limitarse a ser una parodia de tiras cómicas de los años 70 del gran icono de Superman (propiedad de DC Comics), aquí tenemos un auténtico universo propio. Jan mostrando una gran erudición, no se limita a poner al bueno de López buscando la aguja en el pajar, sino que las deidades de otros mundos se inmiscuyen (ejemplos de ello: los divinos egipciones y los ancestrales credos hindúes).

La trama se eleva más allá de lo que sería el mímimo exigido para un público juvenil, de hecho, los cambios de escenario son constantes y a pesar de los usuales gags incorporados por Jan, para aligerar la carga, el argumento es complicado y más profundo del que parece. En ocasiones, amistades de un servidor a quienes reconozco como excelentes catadores de tebeos, me han indicado que Jan, aún siendo un todoterreno de talento innegable, a veces tiende a ser pretencioso, un poco Lisa Simpson, para ser exactos, eterno Pepito Grillo de sus lectores. Pues bien, si podemos admitir que eso le ocurre en otros trabajo suyos, éste dista de caer en tal error, con un final ácido, divertido y a gusto del consumidor, aunque el mensaje es muy claro si nos molestamos en leer entre líneas.

El nivel de dibujo es extraordinario, especialmente majestuoso El Olimpo, donde Jan muestra casi desde primera hora identificación con el Padre de todos los dioses. También hay guiños a la cultura azteca y las escenas de acción son muy fluidas. El único defecto de semejante proyecto (que el elenco de secundarios normal brillase por su ausencia en una epopeya de estas características), no es tal, puesto que con encaje de bolillos, veremos como los clásicos Jaime, el jefe, Luisa (la versión mandona de Lois Lane que siempre temió y por la que no se atrevió a preguntar)... y hasta el nunca bien ponderado Hólmez. El halo cósmico y las manchas de ambrosía en las viñetas no le impiden volver a sus temas universales (los pelotas en el empleo, el conserje, problemas de aparcamiento, el fútbol como eje de la vida del españolito medio...).

Con el aroma de los mejores clásicos, el cómic ha envejecido notablemente bien. Es innegable mencionarlo con las míticas "La Semana más larga", "Infierno", "Los ladrones de oxono"...Y a mi juicio, solamente Infierno (recordadme que algún día le hagamos una reseña a esa maravilla de cómic) está un escalón por encima. Es una pena, aunque lógica por otra parte, que desde Norteamérica se le pusieran trabas por el uniforme, la capa... Jan sabía lo que hacía, pero, creo que ve la vertiente de súper-héroe de López es el vehículo idóneo para que su guionista exprese sus preocupaciones sociales (no olvidemos que le ha metido recientemente hasta en el fenómeno del botellón). Chespiro, a quien todos los seguidores que se precien de serlo de Mortadelo y Filemón, conocen, dio con la tecla: "Algunos de los personajes más divertidos del tebeo español, Mortadelo, Pafman, Anacleto o Súper-López,tienen oficios como agentes secretos o héroes, eso te da una gama tremenda para la comedia". No podemos sino estar de acuerdo con esa aseveración.

Dudo mucho que estas joyitas que ha ido dejando Jan a lo largo de su dilatada y ejemplar trayectoria (es una pena que no haya tenido esa pizca de suerte de los inmortales maestros Ibáñez y Escobar), queden reducidos al ámbito hispano-parlante, pero en muchas zonas se ha prohibido su distribución. Probablemente si hubiera sido estadounidense y cómo Stan Lee hubiera creado una submarca para parodiar a sus propios personajes y los de la DistiguidaCompetencia, le hubiera ido mejor. Pero no, creo que sus más acérrimos críticos y los censores poco espabilados se quedan en la portaba y no abren el tebeo: "Aj, se parece a Superman". Sin embargo, hay mucho más dentro de esta caja de Pandora... si nos atrevemos a desafiar los peligros que la envuelven.

Tan placentero fue este número que Jan siguió tocado por la varita mágica de la inspración y muy pronto nos regaló La Gran Súper-producción. Mas dejemos adormecido al malvado califa hasta que los exámenes me permitan volver a este blog, pues ésa, es otra historia... Cordiales saludos.